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La utopía del doctor que fundó una 'ciudad saludable' sobre aguas "muy radiactivas"
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Miguel Díaz Martín

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La utopía del doctor que fundó una 'ciudad saludable' sobre aguas "muy radiactivas"

Este es el ambicioso proyecto de ciudad-balneario que transformó un pequeño pueblo de la sierra de Madrid en la meca de las vacaciones medicinales antes de albergar un aterrador preventorio infantil

Foto: Vivienda de inspiración anglosajona con balcón y jardín en la colonia. (Archivo Municipal de Guadarrama)
Vivienda de inspiración anglosajona con balcón y jardín en la colonia. (Archivo Municipal de Guadarrama)

De ciudad de vacaciones para ricos a sanatorio antituberculoso y a preventorio infantil de los horrores. Hoy en Caminemos Madrid queremos llevarte al sueño del doctor Federico Rubio y Galí, que edificó en la sierra madrileña un centro con villas campestres de lujo, baños medicinales y hasta casino. Todo un complejo de salud y descanso con arquitecturas singulares cuyo uso fue alterado para fines nada lúdicos pocas décadas después de su fundación.

¿Pero quién fue este médico y cómo se embarcó en semejante aventura? Federico Rubio y Galí no iba para doctor ni para promotor inmobiliario, precisamente. Nació en el Puerto de Santa María (Cádiz) en 1827, acabó Filosofía y quiso ser político, pero la represión de sus ideas liberales y republicanas le frustró como presidente del Partido Demócrata y como embajador en Gran Bretaña. Por ello, se vio obligado a ganarse la vida con una profesión por la que no sentía "la más mínima inclinación", según la Real Academia de Medicina. Ello no le impidió convertirse en gran referente de la práctica quirúrgica española: fundó la primera Escuela de Enfermeras, el Instituto de Técnica Operatoria -germen de la actual especialización médica- y trató a la reina María de las Mercedes de la infección ginecológica que provocó su muerte.

Foto: Vista general del triple graderío con la cubierta volada en uve del Hipódromo. (Cedida: Hipódromo de la Zarzuela) Opinión

A finales del s. XIX, Rubio y Galí había alcanzado el culmen de su carrera, pero tenía un deseo por cumplir: fundar una ciudad de vacaciones medicinales al estilo de las ricas estaciones termales europeas. Para construirla eligió el municipio de Guadarrama, lugar que ya había albergado sanatorios de tuberculosos y enfermos respiratorios. Aquí volcó todo el saber sobre bienestar urbano y salud que había adquirido durante sus años de exilio y estudios en París, Londres y Breslau. Esa visión dio lugar a un complejo de amplias calles arboladas, casas con jardín o huerto e instalaciones para baños sanadores y recreativos. El proyecto se edificó en solo tres años bajo la dirección del coronel de Ingenieros y constructor militar Eligio Souza.

Así nació la Colonia del Doctor Rubio o, como la definió el investigador Miguel Ángel Soto Caba, la “utopía de los higienistas” en la sierra madrileña, que ahora os proponemos recorrer.

Belle Époque

Para evocar la Colonia del Doctor Rubio debemos pensar como un madrileño de 1904. En el cambio de siglo, el agua corriente, la electricidad y el alcantarillado apenas acaban de generalizarse en la capital gracias a la guerra del agua entre el marqués de Salamanca y el Canal de Isabel II, como bien saben los lectores de Caminemos Madrid. Esquivar la suciedad y el calor -no digamos ya tener vacaciones- era un lujo al alcance de quienes podían acudir a los ostentosos jardines de recreo o pagar el tren desde la Estación del Norte hasta Guadarrama.

placeholder Comedor del Gran Hotel de la Colonia del Doctor Rubio. (Archivo Municipal de Guadarrama)
Comedor del Gran Hotel de la Colonia del Doctor Rubio. (Archivo Municipal de Guadarrama)

Imaginemos que podemos hacerlo y que llegamos a la entrada de nuestra ciudad-balneario. Aquí, encararíamos el bulevar que articulaba la Colonia, dispuesta en una malla urbana casi ortogonal, según el archivo urbanístico de la Comunidad de Madrid. A la izquierda del eje hallaríamos el Casino, edificio exento de una planta edificada en torno a un patio central de estilo andaluz y dotado con teatro, peluquería, salones y hasta un tiovivo. Vestidos con nuestras mejores galas, reviviríamos entre cafés, cocteles, cigarrillos y música de gramófono el ocaso de la Belle Époque y los placeres de unos felices años veinte apenas visibles en España.

Protegidos por las copas de los pinos y los plátanos de sombra, continuaríamos por el bulevar, observando a izquierda y derecha las viviendas u "hotelitos" de aires europeos. Como casa de veraneo podríamos escoger uno de los chalets de estilo suizo realizados en piedra y madera con grandes ventanales y tejados a dos aguas; o bien, alojarnos en las casas que imitaban los tradicionales hogares anglosajones con jardín, levantados en piedra y ladrillo con vanos adintelados en la planta baja, ventanas abuhardilladas en el tejado de pizarra y balcones soportados sobre la puerta principal. Para llenar la fresquera, la Colonia ofrecía alimentos, leche fresca y pan producidos en sus propias huertas, ganaderías y hornos.

placeholder Chalet serrano de estilo suizo en la Colonia del Doctor Rubio. (Archivo Municipal de Guadarrama)
Chalet serrano de estilo suizo en la Colonia del Doctor Rubio. (Archivo Municipal de Guadarrama)

También veríamos el Gran Hotel, rotundo edificio de tres plantas rematado en los flancos en forma de torres cuadradas, que alojaba un salón de columnas de forja con entradas bajo arcos rebajados y de medio punto. A continuación, acudiríamos a la atracción estrella de la Colonia: los baños cubiertos. Estos se beneficiaron de la fama y las propiedades del manantial de La Porqueriza, que nutría la zona. Su poco sugerente nombre, adjudicado por ser el sitio donde retozaban los cerdos de los ganaderos de Guadarrama, sería ensalzado por la Guía de las Playas y Balnearios de España, que en 1924 destacó sus aguas minero-medicinales "bicarbonatadas-cálcicas, oligo-metalíticas y muy radiactivas". Esta condición benigna provenía del gas radón, acumulado en zonas con alta concentración de granito como era el caso de nuestra sierra.

De ciudad jardín a preventorio

Las vacaciones medicinales de Federico Rubio y Galí sedujeron a la burguesía europea, pero, sobre todo, a la alta sociedad española, conquistada por el doctor gracias a sus tratamientos privados y a sus pioneras operaciones maxilares o ginecológicas. En este punto, el investigador Soto Caba otorga al médico un mérito mucho mayor, pues la Colonia hizo realidad el nuevo ideal de ciudad-jardín saludable y relativamente autosuficiente que desarrollarían los grandes urbanistas del continente como alternativa a las hostiles y contaminadas ciudades industriales.

Foto: El Puente de Ventas, una de las obras de Manterola en la capital. (Cedida) Opinión

Basta con ir al Colegio de Arquitectos de Madrid para comprobar que la Colonia del Doctor Rubio aplicó las mismas recetas para una ciudad sana y ordenada que el urbanista Arturo Soria estaba implantando en la nueva Ciudad Lineal de Madrid, como insiste Soto Caba. El lector no podrá encontrarlas hoy, pues la Ciudad Lineal fue desnaturalizada por la edificación masiva tras la Guerra Civil y por la reconversión de los bulevares del tranvía. Sin embargo, aún podemos hacernos una idea de su significado si visitamos la antigua colonia de casas baratas de la Fuente del Berro. Esta coincidencia es fruto de la formación de Rubio y Galí y de su vínculo con la Institución Libre de Enseñanza, donde compartió teorías reformistas e higienistas con el pedagogo Giner de los Ríos y con el médico y alcalde de Madrid José Francos Rodríguez.

Sin embargo, la ciudad sanadora de Guadarrama apenas tuvo quince años de esplendor. La colonia cayó en el abandono. El Gran Hotel se convirtió en hospital para los militares que llegaban desde Marruecos tras el desastre de Anual y después en sanatorio respiratorio. Su etapa más oscura se produjo tras la guerra, cuando las instalaciones fueron usadas como preventorio infantil. En 2012, el periodista Octavio Fraile reunió las denuncias sobre castigos corporales y psicológicos que decenas de mujeres realizaron sobre el centro, señalado por castigar a niñas de familias vigiladas o represaliadas por la dictadura. Libros como Las hijas de Eva o La voz de la memoria, de Consuelo García del Cid, recogen aquellos hechos.

placeholder Diseño y medidas del bulevar de Ciudad Lineal contemplando carruajes y tranvía. (COAM)
Diseño y medidas del bulevar de Ciudad Lineal contemplando carruajes y tranvía. (COAM)

Hoy, aquel preventorio es una residencia. El resto del urbanismo sanador desapareció, pero el visitante curioso que se acerque a contemplar los muchos atractivos de Guadarrama aún podrá observar retazos de aquellas villas de veraneo en los edificios reconstruidos en estilo neomudéjar (con paños de sillería se mezclan con ladrillo, teja cerámica y balcones o porches sobre columnillas de hierro) dispersos en las fincas anexas alrededor de la carretera principal.

La Colonia del Doctor Rubio es un eco en el recuerdo del municipio y un hito en la historia de Madrid que recuperamos para seguir aprendiendo y construyendo las nuevas ciudades, ahora que el debate sobre el nuevo modelo urbano está más abierto que nunca y que hemos recuperado el concepto de la 'Ciudad de los Cuidados' en respuesta a la pandemia del covid.

De ciudad de vacaciones para ricos a sanatorio antituberculoso y a preventorio infantil de los horrores. Hoy en Caminemos Madrid queremos llevarte al sueño del doctor Federico Rubio y Galí, que edificó en la sierra madrileña un centro con villas campestres de lujo, baños medicinales y hasta casino. Todo un complejo de salud y descanso con arquitecturas singulares cuyo uso fue alterado para fines nada lúdicos pocas décadas después de su fundación.

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