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El misterio de la ciudad olvidada que desenterró a su Medusa para asombro de Madrid
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Miguel Díaz Martín

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El misterio de la ciudad olvidada que desenterró a su Medusa para asombro de Madrid

Acompáñanos a la ciudad carpetana de Titulcia, que desapareció de la Historia durante ocho siglos antes de ser repoblada y de mostrar al mundo un tesoro mitológico único en la Península Ibérica

Foto: Reconstruccion ideal del complejo alfarero de la Titulcia romana (Comunidad de Madrid)
Reconstruccion ideal del complejo alfarero de la Titulcia romana (Comunidad de Madrid)

Hay en Madrid una villa que desapareció durante más de 800 años. La misma villa fue asaltada mucho antes de que la idea de España ni siquiera existiese y fue devastada por completo durante la Guerra Civil. A pesar de ello, resistió contra viento y marea guardando en su interior un tesoro único para nuestro país. Os doy la bienvenida a la ciudad olvidada de Titulcia.

La primera curiosidad de este pueblo próximo a Chichón es su auténtico nombre: Bayona de Tajuña. Así se llamó hasta que el conde de Torrehermosa la rebautizó en 1814. El conde se adueñó nada menos que del topónimo que el astrónomo y matemático griego Ptolomeo incluyó en su Geographia, obra del siglo II d.C. donde recogía las paradas -o mansiones, como se las llamaba entonces- que había en las calzadas que unían las grandes ciudades del Imperio Romano en la Península: Caesar Augusta (Zaragoza), Complutum (Alcalá de Henares), Toletum (Toledo) o Emerita Augusta (Mérida).

La Titulcia madrileña existió, por supuesto, como dijeron el propio Ptolomeo, el catálogo conocido como Anónimo de Rávena o el Itinerario Antonino de Caracalla -el sanguinario emperador que podemos ver en la película Gladiator II-. Su ubicación real, sin embargo, jamás ha podido acreditarse. Pero nada de esto resta un ápice de magia a nuestra protagonista.

Foto: Auto de Fe en la plaza Mayor de Madrid, de Francisco Rizzi. (Museo del Prado) Opinión

La actual Titulcia se desparrama desde la cima llana de un promontorio protegido en su cara norte por un acantilado de 50 metros de altura. El imponente cortado natural y las riberas de los ríos Tajuña y Jarama sirvieron de forma ininterrumpida a pueblos del Paleolítico, de la Edad de Bronce, celtíberos, romanos, musulmanes y cristianos como atalaya privilegiada, tierras de cultivo, refugio y posta de categoría. ¿Qué paso entonces para que Titulcia saliese de los escritos históricos durante siglos?

La pátera de la Medusa

La respuesta a la pregunta que hemos hecho está bajo tierra. Los trabajos arqueológicos que se hicieron en el cerro durante el siglo XX alumbraron un poblado carpetano anterior al siglo IV a.C. con una necrópolis adosada, además de alfileres o fíbulas, teselas de diferentes mosaicos y tumbas romanas del siglo I d.C. Entre los restos también se documentó “un lienzo de muralla romana”. Pero no fue hasta el verano de 2009 cuando la villa salió en todos los periódicos y televisiones tras desenterrar la conocida como Medusa de Titulcia.

Esta era una pátera o plato ceremonial carpetano brillantemente decorado y realizado en lámina de plata sobredorada. Su relieve interior representaba “un monstruo o animal fantástico de carácter mitológico, más cercano a un felino (tal vez un león)” cuyas barbas y cabellos crecían hasta conformar dos serpientes que casi llegan a tocarse en la parte superior, de acuerdo a los arqueólogos María del Carmen Valenciano y José Polo.

La peculiar pieza, única en la Península ibérica según sus descubridores y que hoy es uno de los principales reclamos del Museo Arqueológico Regional, había sido cuidadosamente enterrada, envuelta en una tela y colocada boca abajo, en un lugar especialmente excavado en el suelo de lo que sería un santuario o zona de celebración. Este se diferenciaba del resto del poblado por sus “características constructivas más notables”, como el suelo y las paredes de adobe pulidos y enlucidos de color blanco.

placeholder Pátera de Titulcia con cabeza zoomorfa de felino y serpientes coronando la efigie (Museo Arqueológico Regional)
Pátera de Titulcia con cabeza zoomorfa de felino y serpientes coronando la efigie (Museo Arqueológico Regional)

Sobre este estrato, los arqueólogos encontraron cenizas y restos de grandes derrumbes, lo que, junto a la datación de la pátera y del resto de enseres encontrados, permitió a los expertos afirmar que el poblado fue asaltado al comienzo de las guerras lusitanas (años 147 al 139 a.C.). Nuestra Titulcia ya existiría, por lo tanto, cuando el líder militar Viriato primero y el general cartaginés Aníbal Barca después combatieron al Imperio Romano en el territorio de lo que luego se conoció como Hispania.

Aquella urbe tendría un trazado ortogonal -en cuadrícula- con calles perfectamente planificadas y construcciones de planta más o menos rectangular con zócalos de piedra revocados y muros de adobe. El “ataque repentino” que provocó su abandono -insisten los autores- provocaría una “huida precipitada” y un expolio posterior del que la pátera se salvó gracias al cuidado que sus propietarios pusieron al esconderla.

La ciudad superviviente

Tras estos episodios, las referencias a Bayona-Titulcia se pierden entre el ocaso de la dominación romana y el esplendor del Al-Andalus musulmán. Su abandono antes de la llegada de los Omeya se da por sentado. Los testimonios sobre su devenir son inexistentes entre los años 300 y 1100 d.C., como podemos leer en el volumen Arquitectura y Patrimonio Urbano, la mayor fuente de datos sobre los municipios de la región editada por la Comunidad de Madrid y el Colegio de Arquitectos (COAM).

Esta etapa de oscuridad no cesa hasta que Alfonso VI de León arrebata Toledo a los musulmanes y Alfonso VII materializa la repoblación cristiana con ayuda de órdenes militares cristianas como la de Malta o la de Santiago, que contribuyen a defender el centro peninsular con castillos y fortalezas. En el año 1150, olvidada ciudad de Bayona reaparece documentalmente como núcleo poblado y estratégico debido a su ubicación, lo que lo convertirá en protagonista de episodios como la revolución comunera (s. XVI) o la Guerra de Sucesión (s. XVIII).

placeholder Vista panorámica desde el Mirador del Jarama de Titulcia (Ayuntamiento de Titulcia)
Vista panorámica desde el Mirador del Jarama de Titulcia (Ayuntamiento de Titulcia)

Ya en la etapa moderna, la ciudad en manos de los republicanos fue asediada con artillería y bombardeada desde el aire por las tropas franquistas durante la Guerra Civil. Poco quedó del pueblo, que tuvo que ser reconstruido por completo durante la dictadura a través de los planes de la Dirección General de Regiones Devastadas. Conociendo estos datos, es aún más sorprendente que la pátera de la Medusa haya llegado intacta hasta nuestros días.

Si el lector se acerca hoy hasta el cerro de Titulcia -o cerrón, como lo conocen los vecinos - encontrará un pueblo tranquilo, casi dormido, que suena a periferia tranquila y huele a pasto y aire limpio. Sus poco más de 1.300 habitantes ofrecen hospitalidad e invitan a visitar el Centro de Interpretación local, donde presumen -con más razón que un santo- de historia milenaria y, cómo no, de su joya carpetana.

La iglesia de Santa María Magdalena -del siglo XVI, con elementos góticos y un pórtico renacentista- la Ermita de Nuestra de La Soledad, el puente de Carlos III sobre el Tajuña y el puente de hierro sobre el Jarama (siglo XIX) bien merecen un día de nuestro tiempo. Un tiempo que en Caminemos Madrid seguimos dedicando a descubrir el patrimonio y la arquitectura de nuestra comunidad.

Hay en Madrid una villa que desapareció durante más de 800 años. La misma villa fue asaltada mucho antes de que la idea de España ni siquiera existiese y fue devastada por completo durante la Guerra Civil. A pesar de ello, resistió contra viento y marea guardando en su interior un tesoro único para nuestro país. Os doy la bienvenida a la ciudad olvidada de Titulcia.

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