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“Lo de la puta foto”...o cómo empezó la crisis interna del PP de Madrid
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David del Cura

Entresijos y gallinejas

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“Lo de la puta foto”...o cómo empezó la crisis interna del PP de Madrid

Solo una reunión de Casado y Ayuso con una fecha para el congreso y un plan podría desatascar la situación. Este fin de semana no se van a cruzar en Castilla La Mancha

Foto: Feijóo, Ayuso y Casado. (EFE/ Manuel Bruque)
Feijóo, Ayuso y Casado. (EFE/ Manuel Bruque)

Para entender la evolución de la crisis entre la Puerta del Sol y Génova conviene saber por qué comenzó todo y cómo cada una de las partes ha acentuado sus planteamientos hasta hacer muy difícil el armisticio, de la paz ni hablamos. El 5 de septiembre de 2020, en el Parlamento de Galicia, Feijóo tomaba posesión como Presidente de la Xunta por cuarta vez. Dijo eso de que “cuando se olvida la estabilidad las comunidades políticas se debilitan”. Poco después en uno de los pasillos de la cámara autonómica, fuera del foco de los periodistas y solo a tiro de los institucionales, el gallego se encontró con Miguel Ángel Rodríguez y enseguida se unieron a la conversación Ayuso y Casado. En ese instante un gesto inició las hostilidades...“lo de la puta foto”.

El entonces Jefe de Gabinete del líder popular se acerca a Rodríguez, uno dice que le coge del brazo, otro que le aparta con un movimiento a la altura de la tripa, y le espeta: “quita de la foto”. En la airada respuesta ante el gesto de Pablo Hispán tampoco hay coincidencia en el verbo que acompaña a “cabeza”. No recuerdan si fue abrir, partir, arrancar o algún otro. Así es como un día de otoño en Santiago de Compostela se declaró la guerra. De vuelta a Madrid, los de la dirección nacional proclamaron “¡esto es intolerable!” y en Sol lo de “a Génova ni agua”. Desde entonces cada uno ha ido desarrollando su estrategia y así seguirán. Eso de que en el PP “no se explican qué está sucediendo” denota una cierta pereza y desidia intelectual. Es perfectamente comprensible y hasta lógico, eso sí, sin la exhibición pública de miserias.

placeholder Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Lavandeira jr)
Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Lavandeira jr)

En la dirección nacional desde que Casado ganó las primarias en la segunda vuelta, la de los compromisarios, el objetivo ha sido dominar la organización. En esto marxistas y conservadores coinciden, primero controlar el partido y luego el poder. Se han vivido episodios de tensión discretos en comunidades que ya han pasado por procesos congresuales. Hasta que Ayuso dijo que ella quería presidir el partido en Madrid y hacerlo cuanto antes. Esto ha supuesto poner en solfa la autoridad de Génova que encima tiene la sala de trofeos un poco desangelada. Más allá de la decisión personal de Casado con Almeida y Ayuso, la primera vez, en las paredes solo cuelga el haber evitado una moción de censura en Murcia con una peculiar trapisonda. Exiguo botín para un partido “de gobierno”. Así que a falta de “imperium” y justitos de “potestas”, hubo quien pensó llegar a una cierta “auctoritas” derrotando a Miguel Ángel Rodríguez. Resulta grotesco poner a funcionar la maquinaria para “cargarse” al Jefe de Gabinete de una Presidenta autonómica y un año después, elecciones del 4-M mediante, certificar que Madrid se ha convertido en un fenómeno nacional.

Plantear una lista alternativa es un charco de sangre innecesario

Llegados a este punto solo un encuentro de Casado y Ayuso con una fecha y las condiciones para el Congreso puede reconducir la situación. Plantear una lista alternativa es un charco de sangre innecesario y quizá es demasiado tarde para colocar un porcentaje de integración. Esperar para que Ayuso se “desgaste” es un cálculo fatal y un deseo impropio de compañeros de partido. La Presidenta de Madrid tiene más calle que libros y mantiene el olfato atento, ya lo dijo en un Hormiguero de récord, “las urnas me dan más libertad que los despachos”. Nunca es tarde para hacer un cálculo de daños y evitar el desgaste de la organización y de sus figuras. Si Casado necesita a alguien que le defienda en Madrid no va a encontrar a nadie mejor que Ayuso. La otra posibilidad pasa por pedir a Nacho Cano que antes de completar su pirámide Azteca les deje a los populares la estructura y monten una “cúpula del trueno” como aquella de Mad Max. Esa lucha a muerte en la que el público encaramado a los hierros gritaba eso de “¡dos hombres entran, uno sale!”. La sangre en el suelo y también en las bandejas de plata siempre es un engorro... sale fatal.

Para entender la evolución de la crisis entre la Puerta del Sol y Génova conviene saber por qué comenzó todo y cómo cada una de las partes ha acentuado sus planteamientos hasta hacer muy difícil el armisticio, de la paz ni hablamos. El 5 de septiembre de 2020, en el Parlamento de Galicia, Feijóo tomaba posesión como Presidente de la Xunta por cuarta vez. Dijo eso de que “cuando se olvida la estabilidad las comunidades políticas se debilitan”. Poco después en uno de los pasillos de la cámara autonómica, fuera del foco de los periodistas y solo a tiro de los institucionales, el gallego se encontró con Miguel Ángel Rodríguez y enseguida se unieron a la conversación Ayuso y Casado. En ese instante un gesto inició las hostilidades...“lo de la puta foto”.

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