La incómoda realidad de la violencia en Madrid

Cuatro días después del asesinato a machetazos de un adolescente en Atocha y de un joven en Usera por la acción de bandas juveniles violentas, la delegada del Gobierno en Madrid y el consejero de Interior se reunirán el próximo lunes 21 de febrero. La carta de la delegada del Gobierno al consejero de Presidencia, Justicia e Interior terminaba con un “por supuesto, de cara a establecer la colaboración necesaria entre ambas administraciones, estaré encantada de mantener un encuentro de trabajo en cuanto sea posible”.

Además, Mercedes González también ha anunciado que se va a reunir con responsables del Ministerio del Interior y después con la junta de seguridad del Ayuntamiento de Madrid. Esta sí se ha adelantado, estaba prevista para finales de mes y será el día 18, 13 días después de los dos asesinatos. Si con la Comunidad es después ese encuentro no se produciría hasta el día 21. Salvo que el Gobierno regional se cuele en la junta de seguridad local donde habitualmente va el viceconsejero y vaya el propio consejero.

TE PUEDE INTERESAR

Los amigos del joven asesinado en Atocha le rinden homenaje en las redes sociales

A.F.

La violencia juvenil se ha convertido en otro asunto incómodo, como la operación Sana de prostitución de menores, algunas de ellas tuteladas por la Comunidad de Madrid. Los dos asuntos que más alarma e indignación social han provocado generan en las administraciones un siniestro e infantilizado “esto no es mío”, no es de mi competencia. Hasta ahora eso ocurría con la Cañada Real que como es responsabilidad de todos nadie da la cara. ¿Hay un problema de inseguridad en Madrid? Tanto la Delegación como el Ayuntamiento de la capital insisten en que no. ¿Hay un problema con las bandas juveniles violentas? Sí, porque están cambiando sus componentes, la edad, sus hábitos y su extensión por otras localidades de la región. La policía asegura que las actividades de estos grupos están controladas y ponen como ejemplo la rápida detención de dos personas por el asesinato de Usera.

TE PUEDE INTERESAR

Jaime G., una vida por el fútbol que acabó un sábado de fiesta en la calle Atocha

Lucía Franco

Desde la Agencia de Reeducación y Reinserción del Menor Infractor su responsable, Diego López, pone varios acentos a esta realidad. En primer lugar recomienda hablar con propiedad y evitar el “bandas latinas” porque sus miembros no son exclusivamente de procedencia sudamericana. Ha constatado que la actividad se ha extendido entre la población, llega cada vez a adolescentes más jóvenes, hasta de 14 años inimputables penalmente, las chicas se han incorporado y se amplían sus actividades delictivas más allá de los ámbitos y barrios habituales, lo que convierte el fenómeno en un problema social y de seguridad. A la espera de medidas o del refuerzo de iniciativas específicas, la bronca política entre gobiernos sigue por la cuestión numérica.

Según datos de la Delegación, hay 13.125 Policías Nacionales y 7.125 Guardias Civiles

La Comunidad de Madrid denuncia que faltan 2.500 agentes, el Gobierno central ha frenado las iniciativas para atraer a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como aquel proyecto de arrendamientos baratos y cesión de viviendas propuestas por Madrid y desestimada por Interior. Actualmente, según datos de la Delegación, hay 13.125 Policías Nacionales y 7.125 Guardias Civiles. El proceso de degradación informativa sobre la cuestión llega al último escalón cuando sirve para que Vox refuerce su mensaje contra la inmigración ilegal y contra los menores no acompañados.

Como en otras cuestiones, solo la transparencia y la colaboración operativa entre administraciones puede evitar que esta cuestión se convierta de argumento para el radicalismo. Mientras tanto, para cuando se reúnan los gobiernos, las flores blancas que desde el domingo recuerdan al adolescente asesinado en Atocha ya se habrán marchitado, también se habrán apagado las tres velas.