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David del Cura

Entresijos y gallinejas

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Los musicales de gira se dejan a los músicos en Madrid

El sector trabaja por recuperar las cifras de facturación anteriores al covid cuando la taquilla anual en la capital superó a la del Cine

Foto: Momento del musical 'Ghost'. (EFE/Emilio Naranjo)
Momento del musical 'Ghost'. (EFE/Emilio Naranjo)

Quienes el pasado fin de semana fueron a disfrutar del musical 'Ghost' en Coruña no pudieron aplaudir a los músicos al final del espectáculo. Es algo que se ha hecho con entrega en los dos años, pandemia mediante, de éxito arrollador en Madrid. Al salir de gira por provincias, por utilizar el término clásico, se han dejado a la orquesta en la capital. “Van con la banda fantasma, aunque técnicamente se llama reducción orquestal” y supone que una persona “le da al play”. “Es el gran karaoke, eso sí, Bustamante pone la voz”. El que hace las aportaciones es Antonio, batería curtido en decenas de espectáculos.

Ni se llama Antonio ni toca los tambores pero se cobija en el anonimato porque reconoce que este es un mundo “muy cabrón, lleno de cobardes y buitres. Además, tengo que ganarme la vida y los musicales son, eran, la mejor manera de conseguir un sueldo mensual”. Utiliza el pasado porque el presente, en algunas producciones pasa por la liquidación de la parte orquestal. “Del foso nos llevan a la fosa para hacernos desaparecer”.

Foto: Manifestación del sector del espectáculo por la falta de ayudas. (EFE)

En la publicidad este detalle se pasa por alto, no se explicita, y la propuesta es ser “testigo de la historia de amor que va más allá de la mayor de las fronteras. 18 voces inigualables y música en directo”, pero no ejecutada en directo. Se ha esfumado el reclamo de principios de año, antes de recorrer España “con músicos en directo, Ghost cuenta con una banda integrada por pianistas, batería, bajista y guitarrista”. Nadie nos ha contestado, lo hemos intentado, para explicarnos esta repentina desaparición que no estaba ni en la película de Jerry Zucker ni en la adaptación de Bruce Joel Rubin. Despedidos, sin fantasma que se aparezca en directo.

Ni instrumentistas ni productores quieren o pueden cuantificar la merma progresiva del número de músicos, pero después del parón de la pandemia aumentan los musicales “con reducción”, “sin músicos”, insiste Javier, otro habitual de escenarios y fosos. Una conversación con músicos de musical es asomarse al apocalipsis laboral, pero no hay ni una sola pista de que se unan para unificar la queja y la protesta. Siempre se puede justificar a nivel empresarial que el negocio ha descendido con la pandemia pero hay productores que insisten en que “la música tiene que ser en directo sí o sí”.

Foto: Los musicales no han vuelto desde marzo. (EFE)

Antes del covid en Madrid se facturaban “110 millones de euros en taquilla en musicales, más que todo el cine en sala, ahora estamos en un 60-70%”. Los datos nos los da Marcos Cámara, CEO de Som Produce, que reconoce que este es un sector muy ligado al turismo nacional y hasta que no se recupere por completo no se llegarán a las cifras precovid. Esta realidad también azota al resto de capitales musicales del planeta con Nueva York a la cabeza, seguida de Londres y Hamburgo y Madrid acariciando el pódium con 7 grandes teatros permanentes y carpas con capacidades para más de 1.000 personas, aforo mínimo para hacer frente a los costes de estas funciones.

Es un negocio en el que se han volcado las administraciones local y regional porque suponen un poderoso ingrediente al cóctel turístico de la capital asociado cada vez más al adjetivo “cultural”. Y para afianzar el crecimiento lo que ya es una realidad es la formación de artistas integrales. Se ha puesto en marcha Som Academy con título universitario para mejorar la cualificación y empleabilidad de unos artistas que son y serán necesarios para completar los elencos de los musicales que se producen o llegan a Madrid, aunque algunos luego salgan de gira olvidándose de ellos.

Quienes el pasado fin de semana fueron a disfrutar del musical 'Ghost' en Coruña no pudieron aplaudir a los músicos al final del espectáculo. Es algo que se ha hecho con entrega en los dos años, pandemia mediante, de éxito arrollador en Madrid. Al salir de gira por provincias, por utilizar el término clásico, se han dejado a la orquesta en la capital. “Van con la banda fantasma, aunque técnicamente se llama reducción orquestal” y supone que una persona “le da al play”. “Es el gran karaoke, eso sí, Bustamante pone la voz”. El que hace las aportaciones es Antonio, batería curtido en decenas de espectáculos.

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