La nueva gastronomia
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Oasis gastronómicos en Los Ángeles
Tengo la sensación de que cada vez se da menos importancia a la calidad de los platos y a la elaboración de los menús, pero en este escenario también se pueden encontrar oasis gastronómicos de extraordinaria calidad como estos
Con motivo del nacimiento de mi primera nieta, he pasado doce días en Los Ángeles junto con mi mujer, mi hija y mi nieta, Sofía. Aprovechando la oportunidad, pude hacer un recorrido gastronómico por la ciudad.
En general, tengo la sensación de que cada vez se da menos importancia a la calidad de los platos y, lo que es peor, a la elaboración de los menús. En muchos casos, son platos únicos, o se piden a la vez para compartir entre los comensales y, a menudo, los platos calientes se toman fríos y los fríos, calientes. Quizá la gente valora más el espacio, la música, los contactos personales y la diversión.
Pero en este escenario también se pueden encontrar oasis gastronómicos de extraordinaria calidad. Aunque hay más, yo quiero referirme a cuatro: Gucci Osteria, Agua Viva, Nobu y Tatel.
Gucci Osteria, da Massimo Bottura
El primero de ellos es el que ha puesto en marcha uno de los número 1 del mundo y, para muchos, el que tiene, en estos momentos, la mejor cocina en su restaurante Osteria Francescana, en Módena. Se trata de Massimo Bottura.
El restaurante, situado en la Tienda de Gucci de Los Ángeles, se llama Gucci Osteria da Massimo Bottura. Entendí que si Massimo se había decidido a poner su nombre y su prestigio, el restaurante se correspondería con unos altos estándares de calidad.
Efectivamente, Gucci Osteria no me defraudó. Con un excelente equipo en la cocina y con un gran servicio de sala, que se ocupa tanto de la atención al cliente como de la bodega, tuvimos una cena inolvidable en todos los sentidos.
Entre los platos, probé un risotto camuflado de pizza con tomate, albahaca y stracciatella; unos tortellini con salsa de queso Parmigiano Reggiano; y un excelente bacalao a la Milanesa con paté de tomate de agricultores locales. De los postres, me gustó mucho el helado de pistacho con lima, menta y sake.
Agua Viva, de José Andrés
El segundo “oasis gastronómico” es, sin duda, tan destacable como Gucci Osteria, especialmente si tenemos en cuenta la relación calidad-precio. En el Hotel Conrad Los Angeles se encuentra Agua Viva, otra obra maestra de José Andrés, el chef que ha trascendido su imagen de cocinero para convertirse en el símbolo de la solidaridad gastronómica a nivel internacional.
Y allí, en la terraza del Hotel Conrad, al aire libre, con unas vistas maravillosas, pudimos comprobar cómo unos platos aparentemente sencillos se convierten, de la mano de José Andrés y de su equipo, en algo memorable. El menú empezó con unos entrantes muy españoles, como las patatas bravas, el gazpacho estilo Algeciras o las croquetas, en este caso, de cangrejo. Y continuamos con una hamburguesa “Txule”, muy buena, de chuletón con queso americano, pimientos de piparra y salsa brava-alioli; y un besugo entero frito, con hierbas frescas, salsa tártara, mojo verde y cítricos.
Nobu, Los Angeles
El tercer lugar al que quiero referirme es Nobu Los Angeles, el restaurante de cocina japonesa del chef Nobuyuki Matsuhisa. Nobu cuenta con más de 50 restaurantes en todos los continentes. El director de Nobu Los Angeles, Daniel García, es parte del equipo que se va a ocupar de la puesta en marcha de Nobu en Madrid. En nuestra visita a Los Ángeles, nos atendió Enrique Sapene que, además, trabaja en una cadena de televisión con más de 50 millones de telespectadores, y es un gran profesional en todos los sentidos.
Nobu continúa siendo un lugar oscuro, de apariencia oriental y con música alta, donde yo, hasta ahora, no había valorado demasiado la oferta gastronómica. Sin embargo, el otro día me quedé gratamente sorprendido. El menú consistió en un sashimi de jurel con jalapeños, muy bueno, el famoso bacalao negro con miso y un solomillo de primera con chimichurri, entre otros. Algunos de los platos excelentes y, en general, todo muy bien planteado, muy bien presentado, con una gran belleza en la construcción de los platos y un servicio de gran calidad.
Tatel, Beverly Hills
Por último, no puedo dejar de mencionar el restaurante español por excelencia en Los Ángeles: Tatel. El Tatel de Beverly Hills da continuidad al que nació en Madrid y estuvo, por un breve espacio de tiempo, en Miami. También está en Ibiza y tiene otros proyectos en Bahrain y en Riyadh (Arabia Saudí).
En esta ocasión, como iba acompañado de unos amigos americanos, pedimos unos platos que quizá yo no hubiera elegido y, por tanto, mi experiencia no fue todo lo positiva que podría haber sido. Curiosamente, muy bien los pescados. Yo probé el branzino y, sobre todo, el lenguado de Dover. Y de postre, una estupenda tarta de queso.
Hay que decir que Tatel no es caro y es bastante asequible. Destaca la calidad de la materia prima y de la oferta gastronómica, española con toques creativos e internacionales. Yo recomendaría a los futuros clientes que elijan platos, principalmente, de la cocina española, como pueden ser los arroces, la tortilla de patata, el gazpacho y tantos otros.
Con motivo del nacimiento de mi primera nieta, he pasado doce días en Los Ángeles junto con mi mujer, mi hija y mi nieta, Sofía. Aprovechando la oportunidad, pude hacer un recorrido gastronómico por la ciudad.