La escenografía en la restauración de Madrid

En los últimos tiempos, la belleza, la estética, han adquirido una importancia extraordinaria. Al final, gran parte de lo que vemos en el teléfono o en las pantallas, son imágenes atractivas, bellas, divertidas e interesantes.

Hoy en día, cuando la gente va a un restaurante o a un bar valora mucho la imagen, la decoración, el ambiente, incluso las vistas de fuera. En el fondo, ocurre lo mismo que en la ópera o en una obra de teatro, donde importa mucho, más allá del cantante o los actores, la escenografía. Es decir, los elementos visuales, el conjunto del decorado, la iluminación, la caracterización, etc.

Por eso he querido dedicar este artículo a un elemento tan importante en la hostelería como es la escenografía, concretamente, en los restaurantes de Madrid.

La escenografía en los espacios gastronómicos de Madrid

Es importante, por supuesto, en los grandes restaurantes y en los establecimientos de lujo, pero también en las tabernas, en los bares, en las casas de comidas y restaurantes de barrio.

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Empiezo por un lugar aparentemente sencillo, el restaurante Caja de Cerillas, que ha conseguido crear el ambiente de un bistró elegante de París. Además, de la mano de Enrique Valentí, se come admirablemente bien.

Otro lugar que es muy interesante, desde el punto de vista de la decoración y la presencia interior, es Tribeca. También está inspirado en los bistrós franceses, establecimientos gourmet con un aire más informal. Uno de sus platos estrella es la mousse de chocolate.

También creo que está muy bien diseñado el interior de A’barra. Con una decoración moderna y elegante, su salón, que tiene vistas a un jardín interior, transmite calma y armonía.

Sin olvidar el restaurante de Paco Roncero, en el Real Casino de Madrid. Desde la escalera que lleva al primer piso, digna de uno de los mejores palacios de este país, hasta la moderna decoración del restaurante, obra del interiorista Jaime Hayón. En la terraza, pueden verse las partes más altas de edificios como el del Banco Bilbao, en su día, o el Banesto.

Y en el palacete de Saldaña se sitúa ABYA. El histórico edificio, de estilo neobarroco, contrasta con la decoración interior de sus cuatro plantas, con una iluminación tenue y un estilo ecléctico que incorpora grandes cuadros y muebles traídos de México.

En el hotel JW Marriott de Canalejas, se sitúa un restaurante con un diseño espectacular, obra del interiorista Jean Porsche: Lelong. Sus diferentes salones, conectados por la barra central, recrean un escenario asiático de lujo.

Y, sin duda, el otro restaurante de Jean Porsche, Coque, del que ya he hablado en numerosas ocasiones. El "templo" de los hermanos Sandoval es un recorrido por seis espacios totalmente diferenciados, diseñados para ofrecer una experiencia gastronómica única.

También he hablado muchas veces de Zalacaín, y es que su interiorismo merece una mención, con los cuadros de Ciria que inundan todo el espacio, una distribución que permite hablar y estar tranquilo, una buena iluminación y, por supuesto, los reservados, que dan a un jardín interior con vistas muy agradables. Desde la calle, un camino ajardinado te lleva hacia la entrada.

Restaurantes con jardín

Hay otro elemento importante: los jardines interiores, el entorno y las vistas exteriores. En la capital, hay lugares como el hotel Santo Mauro que son verdaderos oasis vegetales. Su jardín interior, con terraza, tiene un diseño entre francés e inglés, con una vegetación que da la sensación de estar en una selva tropical.

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Otro espacio digno de mención es el jardín del hotel Ritz, una terraza donde se pueden degustar los platos diseñados por Quique Dacosta, mientras se contempla una impresionante estatua de la diosa Diana.

Y un restaurante que acaba de abrir en uno de los lugares más emblemáticos de Madrid, es La Terraza del Campo del Moro, en los jardines del Campo del Moro, junto al Palacio Real. Johanna Müller-Klings junto a Ucalsa, desarrolla este concepto y hace suyo “un rincón único donde la historia, la naturaleza y la gastronomía se fusionan para crear una experiencia inolvidable”.

Terrazas en las azoteas

Otros restaurantes ofrecen vistas desde las alturas. El Palacio de Cibeles aloja, en su azotea, el restaurante Cornamusa, con vistas a la plaza de Cibeles. Aquí, además, todos los platos tienen algún ingrediente que se produce en la Comunidad de Madrid.

También del Grupo Azotea, el Club Financiero Génova tiene unas impresionantes vistas aéreas. Al atardecer, todos los clientes y el personal salen a la terraza para contemplar una de las puestas de sol más espectaculares de Madrid.

Y en la séptima planta del hotel Four Seasons, unas vistas panorámicas permiten ver, desde arriba, la concurrida plaza de Canalejas. Creo que Madrid es uno de los destinos urbanos más interesantes del mundo y, yo diría, líder mundial en gastronomía y en turismo. Un destino con una oferta gastronómica inigualable, que se enriquece, sin duda, con la escenografía interior y exterior de la hostelería.