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Un buen cuerpo policial
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Juan José Cercadillo

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Un buen cuerpo policial

Dani, un buen chaval de Mallorca, pronto encamina sus pasos a verse de mediador entre la gente y el orden. Y se apunta a la academia donde acabará de agente y de allí a Barcelona, a infiltrarse en el movimiento okupa

Foto: Una persona se encara a los mossos en Barcelona durante una protesta ligada al movimiento okupa. (EFE/Andreu Dalmau)
Una persona se encara a los mossos en Barcelona durante una protesta ligada al movimiento okupa. (EFE/Andreu Dalmau)
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Entre James Bond y Mata Hari, Dani nos salió Anacleto. Infiltrado entre la chusma ha acabado chamuscado en titulares y memes. A la hoguera por madero, claman los desocupados mientras le encumbran de héroe del lado de los propietarios. Vamos a repasar la historia rezando para que el resumen le llegue un día a Scorsese y se lance a la secuela de su película Infiltrados. Tratando de facilitarlo renuncio desde ya a cualquier derecho por la recopilación de los datos que sea más que una entrada en el cine de mi barrio.

Vamos con la sinopsis. Dani, un buen chaval de Mallorca pronto encamina sus pasos a verse de mediador entre la gente y el orden. Y se apunta a la academia donde acabará de agente. Por su compromiso con las leyes o por disfrutar para siempre de las enormes ventajas de las que se provee al funcionario muestra talento y entrega hasta lograr su objetivo. Policía Nacional en menos que canta un gallo, sale de poli gallito con ganas de vivir escenas que vio en el cine de niño.

Foto: Protestas por el encarcelamiento de Pablo Hasél en Cataluña. (EFE/Víctor Lerena)

Una oportunidad incipiente, una prueba novedosa en la lucha contra el crimen en el caos de Barcelona, se le cruza una mañana con el favor de su jefe: “Dani, ¿quieres ser okupa? Tenemos que echar a esa gente”. Dani, sin dudar un segundo, se aferra primero a su porra y manda a la ídem su vida para iniciar la aventura de vivir con otro aspecto. Empieza su cambio físico inspirado en Mortadelo, otro de sus infantiles ídolos. Primero un buen corte de pelo que le haga una prominente cresta, que se querrá sentir gallo cuando acabe pareciendo un desplumado. Tatuajes con mensaje que no dejen lugar a la duda ni a trozo de piel sin anagrama o declaración de principios. Ropa desarrapada a juego con el no-armarios. Solo le quedaba pendiente para rematar su inversa metamorfosis, de lo bello a lo más básico, la elección de los pendientes, de los piercings y arandelas que dieran el toque creíble de toda una vida en casa ajena.

placeholder Imagen de archivo de una operación policial para desalojar un centro okupa de Barcelona. (EFE/Andreu Dalmau)
Imagen de archivo de una operación policial para desalojar un centro okupa de Barcelona. (EFE/Andreu Dalmau)

Con dotes de camaleón, por el eficaz cambio de aspecto que culmina el mimetismo y su extraordinaria paciencia, comienza la aproximación al núcleo duro de los grupos que organizan a los más desorganizados con la solución de su vivienda. Su misión es muy concreta. Precisa identificación de los cabecillas intelectuales, perdón si existe discordancia u oxímoron en ese término, y anticipar la información que facilite el control y detención de los que encumbran su vida a vivir como parásitos. Y dispuesto a fumigárselos dedica su día a día a escalar entre su aprecio pagando un precio muy alto.

Ciertas dotes de actoraje, ciertos réditos de gimnasio y ciertos estudios básicos que le hicieron destacar desde el principio, parece que facilitaron su integración en la manada. Combinando su presencia en eventos callejeros de vandalismo y escaramuzas con su capacidad de no hacer absolutamente nada durante largos periodos de tiempo, encajó como uno de ellos en cuanto se acostumbró al porro. Llevó hasta el fondo su implicación cuentan en los mentideros. Lo acreditan por igual varias falsas detenciones, multas que nunca pagó y la asunción del poliamor como moneda de cambio. Amor por información. Sexo por hacer algo.

Foto: Manifestación independentista en Barcelona. (EFE/Toni Albir)

Un buen número de hembras le otorgaron sus favores. O viceversa. Y del favor por favor, al por favor más fuerte, parece que hubo consenso en cuanto a las virtudes del poli. No pudiéndose negar para no levantar sospechas fue levantando los ánimos de sus sucesivas parejas. La integración fue total y conforme a los informes nadie quedó disconforme con el método policial. A base de monosílabos, gestos, gemidos y gritos los secretos sí fluyeron de forma muy eficiente durante el voluntario intercambio de información y fluidos. Intimidad como método más eficiente que la intimidación para rematar pesquisas. Historia de la civilización.

El trabajo del espía parece que llegó a su fin cuando la revolución del gallinero escapó de su control. O por nervios o por celos destapar su tapadera parecía ya inminente. Salió por patas de gallo tras tres años picoteando. Los expedientes secretos no han salido aún a la luz pero espero que no tarden. Ese diario reporte no debe tener desperdicio a poco que el bueno de Dani haya sido descriptivo mezclando dotes y datos. Desconocemos por tanto la eficiencia de sus métodos en la lucha contra el crimen, eso se lo han reservado. Abandonó sano y salvo el personaje ficticio, con eso nos conformamos.

placeholder Imagen de archivo de una patrulla de la Policía Nacional. (EFE/Salas)
Imagen de archivo de una patrulla de la Policía Nacional. (EFE/Salas)

Meses después, no sé ni cómo, llegó a oídos de los espiados okupas, y de las expiadas amantes, el policial subterfugio. La sorpresa fue muy grande, el cabreo cojonudo. Algunas, de asco propio, decidieron enfrentarse al fielato de la ducha. Tal llegó a ser su disgusto. Después de varias reflexiones y confesiones asamblearias más propias de Telecinco que de movimiento okupa la conclusión fue muy clara. La denuncia del ultraje tenía que ser inmediata.

Cinco de las ocho cameladas por la fuerza y la seguridad del Estado buscan ahora gubernamental resarcimiento. Renegando del Estado sólo para los aportes, su reclamación al presupuesto comunitario del que nunca han sido parte les parece irrenunciable. No importa si menoscaba sus posiciones políticas siempre que reposicionen sus recursos económicos al menos para unos días. La denuncia, que es de broma, se la están tomando en serio los enemigos del orden. En esta sociedad de guardería parece que se le da pábulo a tratar como a un infante a cualquier adulto que decida sentirse agraviado.

Foto: Agentes antidisturbios durante protestas en Via Laietana, Barcelona. (EFE/Enric Fontcuberta

Reclaman que dieron sexo tras caer en el engaño, que nunca se hubieran planteado coyuntar con policía. Que procede la denuncia y que el tema es muy, muy serio. Ojalá que algún juzgado tenga a bien considerarlo. Yo mismo llamo a Scorssese, apuesto a que viene volando.

Entre James Bond y Mata Hari, Dani nos salió Anacleto. Infiltrado entre la chusma ha acabado chamuscado en titulares y memes. A la hoguera por madero, claman los desocupados mientras le encumbran de héroe del lado de los propietarios. Vamos a repasar la historia rezando para que el resumen le llegue un día a Scorsese y se lance a la secuela de su película Infiltrados. Tratando de facilitarlo renuncio desde ya a cualquier derecho por la recopilación de los datos que sea más que una entrada en el cine de mi barrio.

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