Es noticia
Suerte, Berlanga
  1. España
  2. Madrid
Juan José Cercadillo

Miredondemire

Por

Suerte, Berlanga

Un peculiar robo en Tomelloso desata la indignación local: un encapuchado exige cinco tanques de calimocho a cambio de devolver un pañuelo robado del toro de Osborne

Foto: Luis García Berlanga. (Efe)
Luis García Berlanga. (Efe)
EC EXCLUSIVO

Querido y admirado Luis: confío en que desde 2010 que nos abandonaste hayas podido completar alguna película en tu nuevo destino o dimensión. No tengo prisa por verla, me refiero a la dimensión, no a la película. Seguro como estoy de que no podrán programarla donde yo me encuentro aguantaré las ganas hasta que me toque visitar las salas del Cinema Paraíso en el que te mereces estar disfrutando y, espero, yo merezca lo más tarde posible. Te imagino ultimando alguno de tus geniales guiones. Tus próximas películas no podrán ser sino celestiales dadas tu ubicación y tu talento. A la altura de El Verdugo o la Escopeta Nacional. Seguro también que no te faltarán fuentes de inspiración conversando con todos los que por allí se encuentren. Épocas, clases sociales, clero y políticos mezclados de todos los tiempos tienen que dar juego y buenos diálogos. No sé si habrá un cielo español donde se concentre nuestra idiosincrasia después de muertos, aunque estaría bien para conservar cerca de Dios nuestro surrealismo a salvo de la influencia de otras culturas más aburridas.

En cualquier caso, y consciente de no ser en absoluto necesario para que tu inspiración arranque, paso a relatarte la noticia con la que me topé esta mañana, sorprendentemente visible en un periódico de prestigio y tirada nacional. Con timidez y con la certeza de la difícil mejora de tus anteriores historietas patrias, te describo los hechos acontecidos por si funcionara en el inicio de una de tus próximas películas. Solo tú puedes convertirla en un clásico que describa nuestra forma colectiva de pensar, nuestra manera individual de comportarnos y las rocambolescas situaciones y derivadas que generamos en suelo ibérico cuando las mezclamos. Será el clima. Ahí te va la noticia relatada con neutralidad y rigurosidad.

La acción se desarrolla en Tomelloso. Ese que pudiera ser el lugar del que no quiso acordarse Cervantes, quizá por su particular condición y que explica a la perfección los hechos descritos. Concretamente en la ubicación que eligió el toro de Osborne, o su director de marketing, para instalar su negra figura. Destacan los santos cojones de ambos vista la ubicación, tan cercana a la carretera, y las desproporcionadas criadillas del recortado perímetro del ungulado. La valla publicitaria más ibérica y explícita fue la localización elegida para la performance de la Hermandad de la Virgen de las Viñas. Previsible que el término performance y Hermandad en la misma frase arrancaran con regular pie esta historia. Por mucha experiencia que acrediten las agrupaciones religiosas en la realización de teatrillos que pretenciosamente signifiquen algo, si se salen del carril que marca la biblia y las encíclicas patinan más que San Pedro.

Preparando la romería de 2023 un estudiante de publicidad recién acogido en la hermandad propuso, presuntamente tras la disputada cata a ciegas para la elección del vino de misa del año, la instalación de un enorme pañuelo en el morrillo del toro. Tradición, neo animalismo y, sobre todo, antropomorfismo buenista se juntaban en la propuesta de engalanar al morlaco, por otra parte indefenso para la huida debido a sus firmes anclajes. Pero no con un pañuelo cualquiera. Con el pañuelo de hierbas que identifica a los lugareños en trance de feria y fiesta. Ese que, con formato y textura de manta zamorana, exhiben en pleno agosto sobre los hombros los tomelloseros. Conocidos también, los que sobreviven al golpe de calor, por tomellosanos. No sé si por motivos de transpiración o tradición lo embadurnan con esencias de hierbas aromáticas, de ahí su nombre: el pañuelo de hierbas. Lanoso y a cuadros alberga la imagen de su virgen y no parece sencillo colocarlo. Ni sobre tus hombros ni desde luego sobre el torazo.

Foto: Cuadro de 'Asalto al coche', de Francisco de Goya.

A pesar de la dificultad, el final de la romería celebraba el apañuelamiento del cartel publicitario de la bodega, hoy anónima por no sé qué ley. Dejando un bonito recuerdo y un enorme, y muy visible gesto de orgullo local, al convertir al toro en uno más de los suyos. Sin embargo, la desazón recorrió el alma de los romeros al correrse la voz, días después, de la desaparición del tocado que con tanto esfuerzo habían instalado. Nadie se explicaba el robo, qué interés podría haber en eso… pero el hecho cierto es que el toro volvía a estar desnudo, ultrajado. No habría rastro de perdón cristiano, ni siquiera los más devotos se lo plantearon, para el que hubiera cometido la manchega afrenta.

Meses pasaron sin que se hablara de otra cosa en el municipio. Sin avanzar en dirección alguna, sin encontrar pista fiable con la que tirar del hilo de tamaña felonía. Hasta que el alma de cofrades, y de todo un pueblo solidarizado, volvió a revolverse esta vez con la viralidad de un vídeo de youtube. En él aparecía un hombre encapuchado, armado con cuchillo de gran porte, junto al pañuelo de ramas, perdón de marras, sustraído. Con voz ridículamente distorsionada, de película de Almodovar, realizó su amenazante manifiesto. Estaba en posesión del pendón y su decisión inquebrantable era la destrucción del mismo salvo que se cumplieran sus sencillas instrucciones.

Foto: Cuadro de Góngora.

Viendo el comienzo del video nadie esperaba reivindicaciones políticas de altura geopolítica, tampoco humanitarias, liberaciones de justicia o reclamaciones históricas aplastadas por algún imperio. Pero de ahí a que el rescate reclamado fuera la entrega de cinco tanques de calimocho hay un largo trecho intelectual y cultural.

Desconozco si la medida "tanque" está homologada en tierra de vinos, supongo que sí, y me imagino una gran cantidad la reclamada. Que fuera de calimocho, tirando por tierra cualquier expectativa de calidad sobre el vino local, aumentó el cabreo de los feligreses. Cinco tanques de calimocho o el pañuelo quedaría reducido a jirones con el cuchillo que exhibía. La indignación de los lugareños creció al mismo ritmo que el descojone colindante. La noticia con la que me topo de mañana describía la efectiva operación policial para dar con el secuestrador y chantajista que fue arrestado en su domicilio en posesión del objeto sustraído y el arma del crimen que no llegó a ejecutar. Dos años de arduas investigaciones, de colaboración ciudadana alimentada por la sed, en este caso de venganza dieron con el borrachín. Confesó y pidió perdón de inmediato tratando de conseguir que le permitieran llevarse al calabozo un litro de calimocho. Luis, ¿empiezas o prefieres esperar al juicio?.

Querido y admirado Luis: confío en que desde 2010 que nos abandonaste hayas podido completar alguna película en tu nuevo destino o dimensión. No tengo prisa por verla, me refiero a la dimensión, no a la película. Seguro como estoy de que no podrán programarla donde yo me encuentro aguantaré las ganas hasta que me toque visitar las salas del Cinema Paraíso en el que te mereces estar disfrutando y, espero, yo merezca lo más tarde posible. Te imagino ultimando alguno de tus geniales guiones. Tus próximas películas no podrán ser sino celestiales dadas tu ubicación y tu talento. A la altura de El Verdugo o la Escopeta Nacional. Seguro también que no te faltarán fuentes de inspiración conversando con todos los que por allí se encuentren. Épocas, clases sociales, clero y políticos mezclados de todos los tiempos tienen que dar juego y buenos diálogos. No sé si habrá un cielo español donde se concentre nuestra idiosincrasia después de muertos, aunque estaría bien para conservar cerca de Dios nuestro surrealismo a salvo de la influencia de otras culturas más aburridas.

José Luis Moreno YouTube Religión