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Tesis para una espantada II: la farsa de las primarias
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Javier Caraballo

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Tesis para una espantada II: la farsa de las primarias

En Andalucía nunca se han celebrado unas elecciones primarias en el PSOE, el partido que ha mantenido durante treinta años, sin grandes alteraciones, la hegemonía política

En Andalucía nunca se han celebrado unas elecciones primarias en el PSOE, el partido que ha mantenido durante treinta años, sin grandes alteraciones, la hegemonía política en la región, y la primera vez que se convocan se despachan en un mes y al principio de una legislatura. Tenía más lógica la cerrazón anterior al proceso (la propia normativa del PSOE desautoriza las primarias cuando se está en el gobierno)  que esta convocatoria de primarias exprés que han nacido bajo la sospecha de ser un mero paripé del presidente andaluz, José Antonio Griñán, para imponer a su candidata, su consejera de Presidencia, Susana Díaz. Ocurre, sin embargo, que, como sostiene el aparato del partido para desmentir esas críticas, los plazos de tiempo de los que se dispone para reunir los avales son los mismos para todos los candidatos y luego, ante las urnas, todos los militantes son libres a la hora de depositar su voto. "El problema no es de tiempo, es de apoyos. Y lo que no se puede es intentar justificar la falta de apoyos por una supuesta premura de tiempo, que es para todo el mundo igual", afirman en la ejecutiva regional del PSOE andaluz.

A partir de ahí, en la propia ejecutiva se resalta como muestra definitiva de la validez de estas elecciones primarias en el PSOE andaluz que, además de la de Susana Díaz, se han presentado tres candidaturas más, entre ellas la de otro consejero del gobierno de Griñán, Luis Planas, con lo que cualquier sospecha de un proceso teledirigido quedaría anulada. Y es justo en ese punto donde surge la duda: si habíamos establecido como tesis que la espantada de Griñán de la Junta de Andalucía no tenía otro objetivo que la huida del escándalo de los ERE, ante la previsión de que vaya a ser imputado en próximas fechas, ¿la estrategia se mantendría igual si en las primarias sale elegida Susana Díaz o Luis Planas, ambos consejeros de Griñán? "No, para nada. Sería radicalmente distinto", sostiene el dirigente del PSOE andaluz que fue hilvanando decisiones y gestos en su partido hasta concluir que Griñán sólo pretende con su renuncia eludir el riesgo de ser el presidente que tuvo que dimitir por el enorme escándalo de los ERE.

Si Griñán se hubiera limitado a expresar su deseo de no repetir como candidato dentro de cuatro años, en el PSOE andaluz se habría abierto el melón sucesorio y la capacidad de maniobra de todos, críticos y no críticos, sería mucho mayor que en este proceso de primarias exprés que ha cogido a todo el mundo descolocado

Y continúa: "A quienes sostienen que Luis Planas es un candidato de paja, algo que, por otra parte, es lo primero que se piensa por todas las circunstancias que le rodean, les convendría reparar en lo que sucedería si eligieran a Planas como candidato. Sencillamente, a Griñán se le desmorona la estrategia previsible de abandonar la presidencia de la Junta y buscar el aforamiento del Tribunal Supremo como senador. ¿Qué por qué? Muy sencillo, porque resulta que Luis Planas no es diputado andaluz, con lo que de ser elegido candidato, la renuncia de Griñán tendría que forzar necesariamente a unas elecciones anticipadas de forma inmediata. Así que, adiós Senado. Eso, que es fundamental, no sucede con Susana Díaz, que sí es diputada andaluza y, por tanto, puede ser elegida presidenta en cuanto Griñán abandone el cargo. Ese es el plan previsto, por eso se hace todo a la vez, de golpe, para que en septiembre, en función de cómo vaya evolucionando el caso de los ERE, se puedan tomar la demás decisiones en el momento que más convenga. Primero dimitirá Griñán como presidente y elegirán a Susana Díaz; a él lo nombrarán senador y ella, a partir de ahí, con tranquilidad, con todo ya resuelto, convocará las elecciones cuando mejor le convenga. ¿El año que viene? ¿El otro? Eso ya es lo de menos, cuando estén mejor las cosas, se rompe el pacto con Izquierda Unida y se va a las urnas. Y seguro que, para entonces, el PP andaluz todavía no habrá levantado cabeza".

En esa estrategia, claro, es donde encajan perfectamente los acontecimientos. Desde la misma celeridad con la que se ha convocado el proceso, dando la apariencia de los hechos consumados, hasta la rigidez con la que se han planteado las exigencias de avales a los sindicatos. Dicho de otra forma, si Griñán se hubiera limitado a expresar su deseo de no repetir como candidato dentro de cuatro años, en el PSOE andaluz se habría abierto el melón sucesorio y la capacidad de maniobra de todos, críticos y no críticos, sería mucho mayor que en este proceso de primarias exprés que ha cogido a todo el mundo descolocado. Quizá la expresión más clara de ese contrapié sea la propia candidatura de Luis Planas, alentada en la sombra por Manuel Chaves y Gaspar Zarrías, que sólo han logrado eso, animarlo a presentarse. Pero nada más.

Y se explica también, como queda dicho, que la ejecutiva regional se haya mostrado inflexible en dos cuestiones que, con toda probabilidad, hará naufragar las pretensiones de los candidatos para reunir los avales necesarios: ni se entregan los censos de militantes (censos de los que sí disponen, obviamente, los ocho secretarios provinciales que apoyan a Susana Díaz) ni se admiten los avales telemáticos, a pesar de que se trata de los mismos formularios oficiales, sólo que escaneados y enviados por correo electrónico a través de las redes sociales. "La negativa a esas dos peticiones es un torpedo en la línea de flotación, y además en la línea de salida", sostienen los portavoces de las candidaturas del alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez Salas, y de Luis Planas. El primero de ellos, además, que se ha mostrado más agresivo en su pugna con Susana Díaz, ya ha puesto el asunto en manos de los tribunales de Justicia, alegando la vulneración del derecho constitucional a la igualdad de oportunidades. Todo se complica si se tiene en cuenta que la militancia del PSOE andaluz ha sufrido en los últimos años, fruto de la crisis interna y de los escándalos de corrupción, un descenso sustancial. Los menos de 40.000 afiliados de la actualidad no representan ni el 50% de los que había hace diez años, según fuentes socialistas. "La única salida que nos dejan es ir casa por casa, municipio a municipio, preguntando si vive allí algún militante del PSOE. Y eso antes del día 17 de julio", se lamentan en la candidatura de Planas.

Sea como fuere, a la espera de lo que puedan decir los tribunales, a día de hoy, el fracaso de la recogida de avales parece inevitable

Sea como fuere, a la espera de lo que puedan decir los tribunales, a día de hoy, el fracaso de la recogida de avales parece inevitable. En la candidatura de Luis Planas, por ejemplo, se admite que, en el mejor de los casos, podrían llegar a unos 4.000 avales, pero que sin la posibilidad de promoverlos y recibirlos a través de las redes sociales, que es lo que mejor les funcionaba, no habrá tiempo suficiente para completar los casi 7.000 que se exigen. En el caso de la candidatura del alcalde de Jun las previsiones son aún peores porque el grueso de los avales se pensaba recoger en Internet, que es el territorio que mejor domina Rodríguez Salas.

"Por esa cuestión, tal y como están las cosas, el problema de Luis Planas es que, aunque no sea un candidato de paja, va acabar prestándole a Griñán el mismo servicio", concluye, desconcertante, este hombre, cercano en tiempos al presidente andaluz, curtido en gobiernos y asambleas de partido. "Sí, verás, el dilema al que debe enfrentarse ahora Luis Planas, y ya algunos de su entorno se lo han dicho así, es si continúa en el proceso de primarias, a pesar de que sabe que son casi nulas las posibilidades de conseguir los avales, o si renuncia a seguir adelante y le da una patada al tiesto, con la denuncia clara de lo que realmente está pasando. Lo lógico sería lo segundo, renunciar y denunciar; lo otro, sencillamente, es prestarse a legitimar un proceso de primarias amañado, que en realidad es una farsa. De ahí que, aunque no lo sea, el problema de Planas es que como no se decida ya, a todos los efectos solo habrá ejercido de hombre de paja en estas primarias".

En Andalucía nunca se han celebrado unas elecciones primarias en el PSOE, el partido que ha mantenido durante treinta años, sin grandes alteraciones, la hegemonía política en la región, y la primera vez que se convocan se despachan en un mes y al principio de una legislatura. Tenía más lógica la cerrazón anterior al proceso (la propia normativa del PSOE desautoriza las primarias cuando se está en el gobierno)  que esta convocatoria de primarias exprés que han nacido bajo la sospecha de ser un mero paripé del presidente andaluz, José Antonio Griñán, para imponer a su candidata, su consejera de Presidencia, Susana Díaz. Ocurre, sin embargo, que, como sostiene el aparato del partido para desmentir esas críticas, los plazos de tiempo de los que se dispone para reunir los avales son los mismos para todos los candidatos y luego, ante las urnas, todos los militantes son libres a la hora de depositar su voto. "El problema no es de tiempo, es de apoyos. Y lo que no se puede es intentar justificar la falta de apoyos por una supuesta premura de tiempo, que es para todo el mundo igual", afirman en la ejecutiva regional del PSOE andaluz.