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Andalucía, Pobreza 3.0
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Javier Caraballo

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Andalucía, Pobreza 3.0

La tragedia ha sido la muerte de tres miembros de una misma familia; lo dramático es la realidad que escondía. En el último informe de pobreza

La tragedia ha sido la muerte de tres miembros de una misma familia; lo dramático es la realidad que escondía. En el último informe de pobreza que se ha presentado en Andalucía, la Red Andaluza de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social acuñó para su campaña un término llamativo: 'Pobreza 3.0'. Hablaban de Andalucía, de la velocidad de vértigo con la que ha aumentado en esta región en los últimos meses. En sólo un año, ocho puntos más en el ranking de exclusión social que han colocado a Andalucía como la comunidad más pobre de España.

Hace un año, no era así. Según los datos de Eurostat de este año, Andalucía lidera ahora la pobreza en España con el 38,6% de su población sin los recursos económicos mínimos. Hasta ahora, Andalucía ocupaba el quinto lugar en esas estadísticas, siempre por detrás de Extremadura, Murcia, Ceuta y Melilla, comunidades a las que ya ha desbancado. En el suma y sigue de los desastres estadísticos de esta región, Andalucía lidera además la lista de ejecuciones hipotecarias en España y es la tercera comunidad autónoma en número de desahucios. Esa es la realidad de la que nace la tragedia, la miseria cotidiana que convierte a un fontanero de 50 años en un excluido social, un parado sin perspectiva alguna de volver a encontrar un empleo que se busca la vida entre los contenedores de basura.

En la tragedia de Alcalá de Guadaíra aún están por aclarar las circunstancias en las que se produjo la muerte fulminante de los padres y una de las hijas del matrimonio de Concha y Enrique Caño, pero lo que permanecerá inalterable, sea cual sea el origen de esa devastación mortal, es la realidad de pobreza a la que se enfrentan a diario miles de familias. Estas mismas asociaciones de lucha contra la pobreza estiman, sin que, evidentemente, exista un cálculo preciso, que en la actualidad hasta 100.000 personas pueden estar viviendo de los contenedores en Andalucía y que en toda España esa misma cifra asciende a 600.000 desgraciados.

La situación es paradójica especialmente en Andalucía porque, hasta ayer mismo, en el Gobierno formado por el PSOE e Izquierda Unida, se seguían oyendo proclamas contra la troika y los recortes neoliberales

Por eso, cuando, como este fin de semana, nos sobresaltamos con la muerte de una familia, el aldabonazo mayor es el que nos descubre multiplicado por muchos cientos de miles a tantas familias que malviven igual. La pregunta entonces ya no se limita a un fontanero en paro que vivía de los contenedores ni a una barriada marginal donde otros tantos dicen vivir de lo mismo; la pregunta se extiende a una región y a un país. ¿Cómo se ha llegado a este desastre social?

La situación es paradójica especialmente en Andalucía porque, hasta ayer mismo, en el Gobierno andaluz, formado por el PSOE e Izquierda Unida, se seguían oyendo proclamas contra "la troika y los recortes neoliberales" como si en las políticas del Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional se encontraran todas las respuestas de la situación andaluza. Esta región, es oportuno repetirlo una vez más, ha estado gobernada por el Partido Socialista durante los últimos 30 años, al igual que la mayoría de los municipios del interior, como Alcalá de Guadaíra, que no ha conocido otros alcaldes que los socialistas. Es evidente que en un modelo de economía globalizada, tan interconectada, los recortes de presupuestos que se imponen en Bruselas acaban transformándose en recortes sociales que padecen, sobre todo, los sectores más desfavorecidos. Eso es así, sí, pero esos recortes sólo explican la última fase del proceso, la tiesura de presupuestos que estamos padeciendo con la crisis económica.

Pero ¿quién explica que en estos últimos 30 años, con ciclos económicos muy distintos, Andalucía jamás haya bajado de los dos dígitos en las cifras de paro? Los recortes sociales pueden haber empujado a Andalucía hasta el liderato de la pobreza en España, pero ¿quién es responsable de que en todo este tiempo nunca haya abandonado el furgón de cola, junto a Extremadura, también largamente gobernada por el PSOE?

¿Quién explica que en estos últimos 30 años, con ciclos económicos muy distintos, Andalucía jamás haya bajado de los dos dígitos en las cifras de paro?

Es evidente que ni el Gobierno andaluz ni el Gobierno municipal socialista de Alcalá de Guadaíra son responsables exclusivos de la situación en la que se encuentra la región ni, desde luego, del repunte acelerado de la pobreza. Pero tres décadas después de haber manejado un presupuesto milmillonario (el proyecto de presupuesto de la Junta de Andalucía para 2014 asciende a 29.619,6 millones de euros), la respuesta a las situaciones de emergencia no pueden ser sólo el discurso gastado de "la derecha, los mercados y los grandes especuladores".

De ahí la paradoja andaluza, porque se pondrá de manifiesto, como ha ocurrido tras la tragedia de Alcalá de Guadaíra, que Andalucía se ha convertido en la región más pobre de España y los partidos que están en el Gobierno autonómico utilizarán ese dato para reafirmarse en sus políticas sociales y económicas contra el enemigo recurrente de los recortes y las políticas neoliberales, como si fueran estas las únicas causantes de la situación andaluza.

"Aquí son más de uno los que viven de los contenedores. Yo soy madre soltera. Estoy parada y nadie me da un trabajo. He solicitado el salario social a la Junta de Andalucía y llevo más de un año esperando. ¿De qué como en todo este tiempo?", decía ayer una de las vecinas de Rabesa en la manifestación que les llevó a las puertas del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra a protestar por lo sucedido. Se les veía allí, jóvenes de pelo rasurado y chándal que no habrán pasado de Secundaria; madres casi adolescentes con un bebé en un brazo y una bolsa de comida de Cáritas en el otro; hombres que apuran una colilla y que ya no recuerdan la última vez que las mañanas estaban consagradas al trabajo; mujeres con la dentadura roída que parecen ancianas antes de llegar a los cincuenta años. Estaban allí, frente al Ayuntamiento, transportando ante un cordón de policías la estampa habitual de una barriada marginal. Es la pobreza la que crece en Andalucía al ritmo de la innovación tecnológica. Las asociaciones contra la pobreza entendieron bien el cinismo de esa realidad. 'Andalucía. Pobreza 3.0'.

La tragedia ha sido la muerte de tres miembros de una misma familia; lo dramático es la realidad que escondía. En el último informe de pobreza que se ha presentado en Andalucía, la Red Andaluza de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social acuñó para su campaña un término llamativo: 'Pobreza 3.0'. Hablaban de Andalucía, de la velocidad de vértigo con la que ha aumentado en esta región en los últimos meses. En sólo un año, ocho puntos más en el ranking de exclusión social que han colocado a Andalucía como la comunidad más pobre de España.

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