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Andalucía reinventa la bicicleta
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Javier Caraballo

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Andalucía reinventa la bicicleta

‘A mis cincuenta años, yo tengo una bicicleta. Otros tiene un yate, un avión y otros muchos más tienen un coche, pero yo tengo una bicicleta’.

"A mis cincuenta años, yo tengo una bicicleta. Otros tiene un yate, un avión y otros muchos más tienen un coche, pero yo tengo una bicicleta". Ni avión, ni coches, ni yates. Bicicletas. Esto que sigue, vamos a ver, es un elogio de la bicicleta como concepto porque el Gobierno andaluz ha descubierto en ella el símbolo principal del nuevo modelo económico. ¿Cómo era aquello que se decía? ¡Ah!, sí, la bicicleta será el referente de “un nuevo modelo de crecimiento inteligente, sostenible e inclusivo”. Y, por supuesto, los puestos de trabajo que se generen serán “empleos verdes”. Ni azules, ni negros, ni marrones. Verdes.

¿A que todo esto parece el sketch de un monologuista? Pues no, todo esto es política andaluza, la nueva política que se anuncia.

De todas formas, conviene precisar que si este Plan Andaluz de la Bicicleta, que tiene su página web y su balada de Alberti, conduce a la carcajada no es por el plan en sí mismo, porque es evidente que siempre estará bien que se promueva, como se pretende, la construcción de más de mil kilómetros de carriles bicis por todas las ciudades andaluzas. No es por eso: lo irrisorio se produce cuando se observa la dimensión propagandística que se le da al plan, denominado ya pomposamente en las notas de prensa oficiales como “La revolución de la Bicicleta”. Una ‘revolución’ que, cuando se miran los números, no va más allá de una inversión de 421 millones de euros, repartida en seis años, hasta 2020. ¿Puede considerarse un plan así el estandarte del nuevo modelo económico andaluz? ¿El que va a sacar a Andalucía de su marasmo? Pues no, claro.

Lo que se encuentra en la Junta de Andalucía, en cuanto a planes de futuro, es una sucesión interminable de ofertas de pactos y promesas de reformas que suenan a lo que ya viene repitiéndose desde hace décadas

De hecho, el Plan Andaluz de la Bicicleta, patrocinado por el sector de Izquierda Unida dentro del Gobierno andaluz, es el más concreto y detallado de todos los que se anuncian; más allá, lo que se encuentra en la Junta de Andalucía, en cuanto a planes de futuro, es una sucesión interminable de ofertas de pactos y promesas de reformas que suenan a lo que ya viene repitiéndose desde hace décadas. Desde que ha llegado a la Presidencia de la Junta de Andalucía, –con un Gobierno que ya estaba en macha, no se olvide– Susana Díaz ha realizado ya ocho o nueve propuestas de pactos y otros tantos anuncios de reformas etéreas o mesas de trabajo. Pero no ha aprobado ni una sola ley, al margen de la de Presupuestos.

¿Quieren saber qué va a hacer el Gobierno andaluz para crear empleo? Pues es fácil. Este párrafo de un discurso de la presidenta andaluza puede servir de orientación: "En diálogo con los grupos políticos y agentes sociales se diseñará, en el primer trimestre de 2014, el nuevo modelo de diálogo más acorde con las nuevas necesidades de la economía andaluza. Un diálogo en el que se incorporen nuevos actores para ofrecer las condiciones idóneas para que se cree empleo estable y de calidad". Y, por supuesto, "bajo nuevos criterios de sostenibilidad y competitividad real". ¿A que se entiende? Un diálogo que diseñe un nuevo modelo de diálogo.

En todo esto, de todas formas, Susana Díaz no hace más que repetir un esquema de gobierno que al PSOE le ha servido para mantenerse en el gobierno de esta comunidad en los últimos treinta años. Se trata, simplemente, de ir aprobando planes y proponiendo pactos que se suceden sin interrupción mientras que la realidad permanece inalterable. Es como una carta de tapas de los bares: tenemos el Plan Ola (Oportunidades Laborales de Andalucía), con unos cientos de millones invertidos y que sustituyó al Plan Proteja; tenemos el Plan Orienta, que en 2014 tiene consignados 40 millones de euros para que los sindicatos 'orienten’ a los desempleados; y tenemos otros que sirven de postre como el Plan para la Modernización y Mejora del Tiempo Libre, con el objetivo de “consolidar el Tiempo Libre como servicio prestado a los trabajadores y trabajadoras de Andalucía”.

¿Y los ‘planes de choque’ contra el desempleo? Vamos a uno por año. Susana Díaz ya ha anunciado el suyo, y eso que ella se estrenó en el cargo aleccionando, dicharachera, a los suyos para que no hicieran “políticas de salón, porque, si no, la gente nos pone la cara colorá”. Antes que ella, ya los habían aprobado Manuel Chaves y José Antonio Griñán. El último que se recuerda fue en febrero de 2013, que sustituía al aprobado en julio de 2012. En el del año pasado, se anunció una inversión de “500 millones de euros con la que aspira a crear entre 41.000 y 42.000 nuevos empleos durante este año y a que se mantengan otros 150.000”. Pero el paro andaluz sigue creciendo. En la última EPA, se recogía que Andalucía cerró 2013 con 1.446.600 desempleados, 4.000 personas más que el año anterior (0,28 %), y una tasa de paro del 36,32 % de la población activa.

Al final, ya ven, nos quedamos con la bicicleta. ‘La revolución de la Bicicleta’. Porque es simbólico. Esclarecedor. Porque es hasta enternecedor. Porque es lo que hay. Andalucía reinventa la bicicleta, ahora como concepto económico. "Muchos tienen un yate/ y muchos más un automóvil/ y hay muchos que también tienen ya un avión. /Pero yo/ a mis 50 años justos, tengo sólo una bicicleta”. Según como se mire, hasta parece la historia en verso de la Andalucía contemporánea.

"A mis cincuenta años, yo tengo una bicicleta. Otros tiene un yate, un avión y otros muchos más tienen un coche, pero yo tengo una bicicleta". Ni avión, ni coches, ni yates. Bicicletas. Esto que sigue, vamos a ver, es un elogio de la bicicleta como concepto porque el Gobierno andaluz ha descubierto en ella el símbolo principal del nuevo modelo económico. ¿Cómo era aquello que se decía? ¡Ah!, sí, la bicicleta será el referente de “un nuevo modelo de crecimiento inteligente, sostenible e inclusivo”. Y, por supuesto, los puestos de trabajo que se generen serán “empleos verdes”. Ni azules, ni negros, ni marrones. Verdes.

Susana Díaz Izquierda Unida