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Cospedal, susurros de bambalinas
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Javier Caraballo

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Cospedal, susurros de bambalinas

Los mensajes de unidad, repetidos, constantes, se detienen justo en las bambalinas del Congreso regional del Partido Popular de Andalucía en el momento inevitable en el

Foto: La secretaria general del PP durante la inauguración hoy del XIV Congreso Regional del PP andaluz (Efe).
La secretaria general del PP durante la inauguración hoy del XIV Congreso Regional del PP andaluz (Efe).

Los mensajes de unidad, repetidos, constantes, se detienen justo en las bambalinas del Congreso regional del Partido Popular de Andalucía en el momento inevitable en el que alguien mira hacia atrás, dos o tres semanas antes. La secuencia de aquel lunes 10, de silencios que eran tan elocuentes como las llamadas que hervían en los teléfonos de todos los dirigentes del Partido Popular. Lunes 10 de febrero, faltaba sólo un día para que expirase el plazo de presentación de candidaturas a la presidencia del PP de Andalucía y su máximo dirigente, Mariano Rajoy, permanecía inmutable, hierático, sin tan siquiera insinuar quién sería la persona que, finalmente, recibiría su apoyo.

En cualquier organización política, pero en el Partido Popular quizá de forma más expresa, más visible, la promoción interna siempre surge de un dedo, de un señalamiento. Aquel lunes de febrero, era lo que todos esperaban en el PP de Andalucía, la señal de Rajoy, por eso la pregunta más repetida aquel día: "¿Pero ha hablado ya Rajoy?" Y Rajoy no hablaba. A últimas horas de la tarde, el silencio se rompe porque uno de los contendientes, el secretario general del PP andaluz, José Luis Sanz, lo dispone todo para presentar su candidatura al día siguiente. A partir de ese instante, se desencadena el relato de voces encontradas que bulle en los pasillos de este congreso.

En cualquier organización política, la promoción interna siempre surge de un dedo, de un señalamiento. Aquel lunes de febrero, era lo que todos esperaban en el PP de Andalucía, la señal de Rajoy, por eso la pregunta más repetida aquel día: ¿Pero ha hablado ya Rajoy? Y Rajoy no hablaba

 "Vamos a ver -explican en el entorno a Sanz- la decisión de presentar la candidatura se produce porque María Dolores de Cospedal, y por supuesto Juan Ignacio Zoido, afirman que todo esta amarrado con el presidente Rajoy. Es más, el único error que comete José Luis Sanz es que tendría que haber presentado sus candidatura varios días antes, el sábado por ejemplo, y no haber esperado hasta el final, porque en el caso de haberlo hecho antes seguro que nadie en el PP se hubiera arriesgado a provocar una crisis abierta. Pero quiso ser prudente y se la jugaron. A José Luis Sanz, lo engañaron. Lo engañó Cospedal y lo engañó porque lo que él nunca podía esperarse es que la secretaria general no le dijera la verdad cada vez que le aseguraba que todo estaba amarrado con Rajoy". 

"¿José Luis Sanz engañado?, venga, hombre, por favor...", rebate, en otra esquina, un presidente provincial del área de influencia de Arenas. "Esto es política, y en estas historias sólo se engaña a quién se quiere dejar engañar. Además, si José Luis Sanz piensa ahora que lo han engañado, dice muy poco de sí mismo. Porque en el Partido Popular todos sabemos cómo se hacen las cosas y sabemos, perfectamente, que al presidente regional lo designa Rajoy. Punto. Eso es así, cuando Rajoy dice que su candidato es tal persona, todos detrás. Antes, claro, el presidente ha sondeado a unos y a otros, y se hace una composición de lugar de quién cuenta con más apoyos y, sobre todo, quien le garantiza que el PP en Andalucía va a reactivar al electorado, algo fundamental para él. El problema de José Luis Sanz es doble, ni contaba con apoyos suficientes en el partido ni nadie consideraba que fuese un buen candidato. ¿Engañarse? Que no, hombre, que no, que Sanz ha participado activamente en una operación política con la que se pretendía forzar la decisión de Rajoy. Con Cospedal a la cabeza, por supuesto, pero con todos los demás a su lado".

El problema de José Luis Sanz es doble, ni contaba con apoyos suficientes en el partido ni nadie consideraba que fuese un buen candidato. ¿Engañarse? Que no, hombre, que no, que Sanz ha participado activamente en una operación política con la que se pretendía forzar la decisión de Rajoy

"La clave está en eso que te decía antes: ¿quién iba a pensar que el presidente del partido iba por una parte y la secretaria general por otra?", reiteran en la ejecutiva saliente, la que ha liderado Juan Ignacio Zoido. "Esta situación es absolutamente novedosa en el Partido Popular, y eso no lo negará nadie. Quizá en eso es en lo que Rajoy se diferencia de otros presidentes, que permanece inmutable y jamás trasciende una crisis interna en el partido. Yo no sé, exactamente, que ha ocurrido entre los dos, aunque desde hace tiempo se señala el 'caso Bárcenas' como origen de todo. Me refiero a cuando Cospedal decide descargar toda la responsabilidad en los demás, fundamentalmente en Rajoy y en Arenas, para presentarse ella como la única que le plantó cara al extesorero. Es probable que, a partir de ese día, se quebrara definitivamente la confianza entre los dos y lo ocurrido con el candidato del PP andaluz no ha sido más que la primera evidencia pública de lo que va a suceder en el próximo congreso nacional del partido. Ah, claro, como es evidente, a ese final se llega, por supuesto, por culpa de Arenas, al que es fácil de imaginar con la sonrisa venenosa susurrándole al oído a Rajoy contra Cospedal".

"¿La clave? No hay una sola clave en toda esta historia, porque nada es tan sencillo", defienden en el entorno de Arenas. "Desde que Javier Arenas dejó la presidencia del PP de Andalucía, el único interés de María Dolores de Cospedal ha sido buscarle las cosquillas y desacreditarlo. Pero hasta extremos que no han trascendido y que pueden parecer miserables. ¿Cómo que? Pues con esas cosas que tanto irritan, como quitarle el despacho y el coche que utilizaba para sus desplazamientos como presidente de honor del PP de Andalucía. Lo intentaron, sí, claro que lo intentaron... Lo que ocurre es que, al contrario que Cospedal, lo que ha hecho Arenas es sentarse tranquilamente a esperar que pasarán los días. Quién sabe de política sabe de política, y no hace falta más. Con el ímpetu que le estaban poniendo sus rivales, Arenas sólo ha tenido que quedarse quieto, no mover ni un dedo, hasta que Rajoy se ha dado cuenta perfectamente de quién pretendía imponerle un candidato y quién se quedaba quieto, sin responder a ninguna provocación. Dirán lo que quieran, pero esa es la única realidad. En este congreso no ha ganado Arenas, ha ganado la experiencia en política".

Los mensajes de unidad, repetidos, constantes, se detienen justo en las bambalinas del Congreso regional del Partido Popular de Andalucía en el momento inevitable en el que alguien mira hacia atrás, dos o tres semanas antes. La secuencia de aquel lunes 10, de silencios que eran tan elocuentes como las llamadas que hervían en los teléfonos de todos los dirigentes del Partido Popular. Lunes 10 de febrero, faltaba sólo un día para que expirase el plazo de presentación de candidaturas a la presidencia del PP de Andalucía y su máximo dirigente, Mariano Rajoy, permanecía inmutable, hierático, sin tan siquiera insinuar quién sería la persona que, finalmente, recibiría su apoyo.

Mariano Rajoy Javier Arenas María Dolores de Cospedal