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Barderas, historia de un tieso que acabó rico en Panamá
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Javier Caraballo

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Barderas, historia de un tieso que acabó rico en Panamá

Las relaciones caribeñas del amigo de Felipe González sirvieron para que destacados políticos socialistas pudieran realizar jugosas inversiones gracias a sus altos contactos

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“Yo conocí a Jesús Barderas cuando estaba tieso como una mojama”, espeta como tarjeta de presentación Alberto Flores, al que todo el mundo recordará por haber sido uno de los condenados por la trama de financiación ilegal que organizó el PSOE en torno a una sociedad, Filesa. Al frente de ese entramado pusieron a Flores como testaferro de las acciones del PSOE en Malesa, sociedad Holding, mera tenedora de acciones, y cuando estallaron las costuras de la corrupción que la engordaba, lo dejaron tirado. Eso dice. Cumplió cárcel, lo indultaron y ahora es un ‘verso suelto’ del pasado socialista que permanece oculto y que solo aflora de cuando en cuando, como ahora con los papeles de Panamá. Como la increíble trayectoria profesional de Jesús Barderas, el amigo de Felipe González que ha aparecido en esos documentos revelados por El Confidencial como un cliente privilegiado del bufete Mossack Fonseca con un conglomerado de más de 50 sociedades ‘offshore’. ¿Cómo se pasa de modesto cargo en el Banco Exterior de España a esa fortuna inmensa? Ahí es donde interviene la memoria de Alberto Flores. Comienza el relato:

[Especial los papeles de Panamá: destapamos a Mossack Fonseca, la gran trama de las sociedades 'offshore']

“Jesús Barderas Martín es hijo del exsenador del mismo nombre vinculado tradicionalmente al sector de la madera. Cuando yo lo conocí, tras la victoria del PSOE en 1982, Jesús Barderas era un tieso. Pero se produjo un hecho trascendental que hizo que cambiara la historia tal y como se estaba desarrollando: el nombramiento de Fernández Ordóñez como ministro de Asuntos Exteriores, dejando la presidencia del Banco Exterior y en consecuencia la del Banco de Alicante. Antes de abandonar la presidencia del Banco de Alicante, y esto es lo más ‘misterioso’, Fernández Ordoñez encargó que 'cesaran' sin contemplaciones a Jesús Barderas, que había sido el director de su gabinete. ¿Por qué quiso quitarse de en medio a Barderas, que no siguiera en el banco? Lo que se decía entonces es que Fernández Ordóñez quería frenar las operaciones que Barderas había comenzado a desplegar gracias a su cargo en el Banco Exterior”.

Fernández Ordóñez llegó a pedir la salida de su director de gabinete del Banco de Alicante, donde sospechaba de sus actividades

Sale Barderas, por tanto, del Banco Exterior, con una red de buenos contactos ya establecida. Entre ellas, el principal, el más trascendente, el que le llevará hasta los papeles de Panamá, la amistad que había trabado con el dominicano Francisco Peña Gómez, vicepresidente de la Internacional Socialista. “A partir de esa amistad, Barderas comienza a desarrollar una labor de auténtico embajador paralelo en el Caribe y en Centroamérica. Barderas, por ejemplo, introduce en la República Dominicana a Enrique Francisco Sarasola Lerchundi, alias 'Pichirri', casado con María Cecilia Marulanda Ramírez, perteneciente a una de las familias con mayor tradición aristocrática y fortuna personal de la República de Colombia, y al propio Felipe González”.

“Peña Gómez fue un político aquejado de un cíclico desequilibrio emocional, según sus detractores. Era de origen haitiano y en consecuencia hombre de piel oscura, lo que en la República Dominicana, un país marcadamente racista, supone un verdadero hándicap: como decían algunos dominicanos, ‘no será nunca presidente porque es muy negro’. Y no lo fue. De hecho, tres veces lo intentó como candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), de ideología socialista; en la última de ellas, en 1996, con Barderas como hombre clave, artífice y organizador de la campaña en las que obtuvo, tras acusaciones de fraude por ambas partes, un resultado muy similar a quien finalmente resultó elegido presidente, el anciano Joaquín Balaguer, un superviviente del régimen del dictador Trujillo. No fue presidente pero ejerció un gran liderazgo en la zona y alcanzó la Vicepresidencia de la Internacional Socialista. Peña Gómez, casado varias veces, siempre con mujeres blancas, presumía de ser algo más que amigo de Felipe González. 'Felipe es un hermano', decía Peña del entonces presidente del Gobierno español. Y el nexo de unión entre ambos, el ‘hombre puente’ que actuaba de intermediario y de correo entre los dos amigos, y entre los dos países, era Jesús Barderas Martín. Una vez, Peña Gómez hizo unas reveladoras declaraciones: 'A mi amigo Felipe González no le descubrirán una playa en Santo Domingo'. Ahí queda eso… Sonaba a aquello que dijo Felipe cuando el escándalo de los fondos reservados: ‘Ni hay pruebas ni las habrá’”.

¿No es curioso que, con el paso de los años, se descubriera una conexión, nada más y nada menos, que entre el escándalo de los ERE de Andalucía y Panamá? ¿Qué hacía la Junta de Andalucía invirtiendo con fondos de los ERE en sociedades radicadas en paraísos fiscales, que tenían a Jesús Barderas entre sus accionistas, para construir un hotel en una de las playas del Caribe? No hay respuestas concluyentes, por muchas que sean las evidencias. Continúa el relato: “La única realidad constatable es que Barderas consigue ser llave e intermediario en los más variados negocios que se desarrollaban al amparo de la Administración socialista, y es siempre el encargado de preparar la avanzadilla de socialistas deseosos de conocer un paraíso en el que invertir en buenas condiciones con un Gobierno en ese momento afín.

Barderas acabó convirtiéndose en la avanzadilla de políticos socialistas españoles deseosos de realizar buenas inversiones en el Caribe

Cuando Barderas organiza los primeros viajes, la presidencia de la República Dominicana está ocupada por el también socialista Jorge Salvador Blanco, que luego acabaría en prisión, por orden del Tribunal Supremo, al descubrirse su participación en un asunto de comisiones en relación a materiales del Ejército. A mediados de los ochenta, hasta que estalla el caso Juan Guerra, Barderas desarrolla una actividad inusitada. De su mano desembarcan en el país caribeño los primeros altos cargos socialistas, tales como Javier Moscoso, en ese momento ministro de la Presidencia, exfiscal general del Estado. Y otros, como Luis Yáñez o Pina López-Gay. Barderas es el que introduce en Santo Domingo al buque insignia de la diversión nocturna española, la discoteca Pachá, y establece buenos vínculos con Abel Matutes a través de Txiqui Benegas, con el que tenía una relación amistosa pese a la discrepancia ideológica”.

A esas alturas de los 90, Jesús Barderas ya ha despegado como magnate y su red de contactos en el mundo de las finanzas empieza a ser inabarcable; el paraíso de empresas ocultas en Panamá ya comienza a ser algo palpable. “Barderas funda varias sociedades con las que interviene en numerosas transacciones como Euroiniver (con cuenta abierta en el Banco Central) y en la operación de Transmediterránea, siendo Luis Delso presidente”. Incluso aparece en algunas operaciones oscuras, como la que se descubrió a raíz de la investigación por el saqueo de Marbella. “La llegada de dinero procedente de las operaciones ilícitas en Marbella encendió todas las alarmas de la justicia de República Dominicana. ‘Estamos analizando la posibilidad de que haya lavado de dinero’, dijo en aquel entonces Octavio Lister, director del Departamento de Prevención de la Corrupción de República Dominicana. Los nombres de Jesús Barderas y Abraham Hazouy se vieron involucrados en una de las mayores operaciones más de lavado de dinero, a través de fuertes inversiones en bienes raíces y proyectos turísticos en República Dominicana. En fin, historia pasada que explica el presente. Por eso, me ha hecho gracia lo que dice Felipe González, que si Jesús Barderas sale en los medios de comunicación en los papeles de Panamá es porque es su amigo… Felipe, como siempre, tiene un rostro pétreo…”

“Yo conocí a Jesús Barderas cuando estaba tieso como una mojama”, espeta como tarjeta de presentación Alberto Flores, al que todo el mundo recordará por haber sido uno de los condenados por la trama de financiación ilegal que organizó el PSOE en torno a una sociedad, Filesa. Al frente de ese entramado pusieron a Flores como testaferro de las acciones del PSOE en Malesa, sociedad Holding, mera tenedora de acciones, y cuando estallaron las costuras de la corrupción que la engordaba, lo dejaron tirado. Eso dice. Cumplió cárcel, lo indultaron y ahora es un ‘verso suelto’ del pasado socialista que permanece oculto y que solo aflora de cuando en cuando, como ahora con los papeles de Panamá. Como la increíble trayectoria profesional de Jesús Barderas, el amigo de Felipe González que ha aparecido en esos documentos revelados por El Confidencial como un cliente privilegiado del bufete Mossack Fonseca con un conglomerado de más de 50 sociedades ‘offshore’. ¿Cómo se pasa de modesto cargo en el Banco Exterior de España a esa fortuna inmensa? Ahí es donde interviene la memoria de Alberto Flores. Comienza el relato:

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