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El liderazgo de Susana Díaz
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Javier Caraballo

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El liderazgo de Susana Díaz

La presunción de que es el único futuro para el PSOE se ha convertido en una moneda de uso común que tiene que ver mucho con el profundo deterioro del partido

Foto: Susana Díaz. (EFE)
Susana Díaz. (EFE)

Suele aceptarse como realidad incontrovertible que Susana Díaz es la líder natural que le ha nacido al PSOE en este nuevo siglo. Cada vez que se plantea la conversación sobre el declive del Partido Socialista, todo el mundo mira a la presidenta andaluza como a una bala de plata en la recámara. Se trata solo de esperar a que caiga la fruta madura, es decir, a que se estrelle Pedro Sánchez en las elecciones de junio y la dirigente andaluza ascienda al trono mayor de la secretaría general de los socialistas para enmendar todos los destrozos que se le adjudican a Pedro Sánchez. Lo van diciendo continuamente en el seno del PSOE, antiguos y nuevos dirigentes y barones, y lo suscriben así la mayoría de los analistas y politólogos en España: Susana Díaz es el único futuro del PSOE. La presunción de su liderazgo se ha convertido en una moneda de uso común que no se discute, de ahí lo extraordinario del fenómeno que está ocurriendo en el seno del Partido Socialista y que tiene que ver mucho con su profundo deterioro.

A ver. Para empezar, lo que nunca había ocurrido en el Partido Socialista es que se afronten unas elecciones con más deseos internos de que el candidato fracase estrepitosamente para poder cerrar de una vez el paréntesis de su liderazgo. Es una especie de estado interno de imbecilidad autodestructiva en que nadie repara en las consecuencias. En el peor momento político de la historia reciente para el Partido Socialista, cuando puede perder la hegemonía de la izquierda en España, una buena parte de sus dirigentes lo que van sembrando en cenas, pasillos, debates y confidencias es la desconfianza hacia su candidato en las inmediatas elecciones.

“Vamos a ver, a vosotros os sobra Mariano Rajoy y a nosotros, Pedro Sánchez”, le decía hace unos días, en un encuentro casual, uno de los principales referentes del PSOE a un alto dirigente del Partido Popular. Hasta Zapatero va diciendo en todos los encuentros a los que acude que Pedro Sánchez debe desaparecer de la faz del Partido Socialista. ¡Y lo dice Zapatero! ¿Habrá alguien más responsable que Zapatero del hundimiento del PSOE? Aun cuando se admita que Pedro Sánchez no es un líder a la altura del Partido Socialista, por el mero pudor de lo ocurrido hace tan poco tiempo, el expresidente Zapatero debería tentarse la ropa antes de hablar de los responsables del declive socialista.

Colocó al frente del PSOE a un “pavisoso”, y desde que fue nombrado por el congreso socialista están contando, los días que le quedan hasta su destitución

Ocurre, además, que en lo que no se suele reparar en ningún momento es en que el actual secretario general del PSOE, bueno, malo o regular, fue aupado hasta el cargo por los mismos dirigentes que quieren despeñarlo. Sobre todo Susana Díaz, porque su apoyo fue determinante en la victoria de Pedro Sánchez en las elecciones primarias en las que ganó la secretaría general y en el posterior congreso del partido. Es decir, que si el PSOE tiene un mal líder en este momento decisivo de la política española, la principal responsable es Susana Díaz. ¿Se puede ser responsable de una mala decisión y, a la vez, la esperanza de futuro? Con Susana Díaz sí, porque nadie le reprocha su equivocación, ni los daños que ha podido causar al PSOE cuando decidió colocar a Pedro Sánchez en la secretaría general porque, estratégicamente, no le convenía a ella misma dar el paso y presentarse, como le reclamaban muchos. Para frenar a Madina, empujó a Sánchez hasta el centro del escenario. Colocó al frente del PSOE a un “pavisoso”, como le van llamando, y desde que fue nombrado por el congreso socialista están contando, con cierto regocijo, los días que le quedan hasta su fulminante destitución.

Ni Pedro Sánchez es el causante de todos los problemas del PSOE ni Susana Díaz es la estadista de época que le ha nacido a los socialistas

Cuando pasen las elecciones de junio, si los resultados del PSOE son los que vaticinan las encuestas, por debajo de la nueva coalición de Unidos Podemos, habrá muchos en el Partido Socialista que celebren la derrota porque les allanará definitivamente el camino para echar a Pedro Sánchez. Volverán a centrarse las miradas, otra vez, en Susana Díaz, y pensarán que con la salida de Pedro Sánchez, a empujones igual que lo colocaron, se solucionan todos los problemas del Partido Socialista. Por la sensación descrita antes de que el liderazgo de Susana Díaz es un hecho incontrovertible. Solo quienes conocen su evolución en Andalucía, tanto al frente del partido como en el Gobierno andaluz, saben que el éxito de Susana Díaz radica en el control absoluto del partido, una depredadora que se mueve con destreza por los andamiajes internos del partido, y en el populismo que despliega con más éxito entre los analistas nacionales que entre los votantes andaluces, porque también ella ha cosechado en Andalucía los peores resultados del PSOE en su historia.

Pero ni Pedro Sánchez es el causante de todos los problemas del PSOE ni Susana Díaz es la estadista de época que le ha nacido a los socialistas para este nuevo siglo y que solventará en un plis el declive socialista. Por lo tanto, si ese es el diagnóstico interno, si eso es lo que van proclamando y eso es lo que esperan a partir de junio, las cosas en el PSOE solo pueden empeorar, porque Pedro Sánchez es, en todo caso, una parte del problema, no todo el problema. La avería es mayor, el deterioro general de un partido tras 30 años de hegemonía indiscutida en la izquierda española.

Suele aceptarse como realidad incontrovertible que Susana Díaz es la líder natural que le ha nacido al PSOE en este nuevo siglo. Cada vez que se plantea la conversación sobre el declive del Partido Socialista, todo el mundo mira a la presidenta andaluza como a una bala de plata en la recámara. Se trata solo de esperar a que caiga la fruta madura, es decir, a que se estrelle Pedro Sánchez en las elecciones de junio y la dirigente andaluza ascienda al trono mayor de la secretaría general de los socialistas para enmendar todos los destrozos que se le adjudican a Pedro Sánchez. Lo van diciendo continuamente en el seno del PSOE, antiguos y nuevos dirigentes y barones, y lo suscriben así la mayoría de los analistas y politólogos en España: Susana Díaz es el único futuro del PSOE. La presunción de su liderazgo se ha convertido en una moneda de uso común que no se discute, de ahí lo extraordinario del fenómeno que está ocurriendo en el seno del Partido Socialista y que tiene que ver mucho con su profundo deterioro.

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