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'Tyrion' Echenique, en busca del Trono de Hierro de la Moncloa
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Javier Caraballo

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'Tyrion' Echenique, en busca del Trono de Hierro de la Moncloa

Tyrion Lannister es el equivalente de Pablo Echenique en el ‘Juego de Tronos’ de Podemos; personas inteligentes a las que una discapacidad convierte en seres excepcionales

Foto: El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique. (Ilustración: Raúl Arias)
El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique. (Ilustración: Raúl Arias)

Cuando Pablo Iglesias le regaló al Rey Felipe VI las cuatro primeras temporadas de ‘Juego de Tronos, todo el mundo pensó que se trataba de alguna diablura del líder de Podemos en contra de la Corona española. Pero no era eso exactamente, como aclaró el mismo Pablo Iglesias; lo que pretendía era que Felipe VI encontrara en la serie “algunas de las claves de lo que está sucediendo en la política española”, según dijo. No hablaba Pablo Iglesias a humo de pajas porque, cualquiera que haya seguido la serie, no sólo encontrará paralelismos con la política española, que serán los mismos que en cualquier otra pugna de poder, sino que, sobre todo, llegará a la conclusión de que es la propia formación de Podemos la que se inspira en ‘Juego de Tronos’.

Las componendas y los conspiraciones internas de Podemos, entre confluencias y asambleas participativas, no deben ser menos sofisticadas que las que se entrelazan en la serie con el único objetivo que uno de ellos llegue al Trono de Hierro. Los siete reinos del norte, del sur, de la montaña y del poniente se reflejan en las Mareas, en los Bloques, en los Piratas, en los En común, en las Alternativas y en los Independientes, además de los recién llegados de Izquierda Unida, el último reino que acaba de unirse. Tanto es el paralelismo con la serie, en definitiva, que hasta el final es un misterio; nadie sabe cómo va a acabar ni Podemos ni ‘Juego de Tronos’.

Una atrofia muscular espinal, unida a un talento natural, han dotado a Echenique de las mejores armas para transitar por la política: pragmatismo y paciencia

En esa amalgama de confluencias en busca del Trono de Hierro de la Moncloa, hay dos personajes que están muy definidos. Uno de ellos es el propio Pablo Iglesias, que se ve a leguas que quiere ser la princesa Daenerys de la Tormenta. Es más, seguro que Iglesias, como profesor de Ciencias Políticas, ha encontrado en ella un modelo a seguir, la Khaleesi que conquista los pueblos para liberar a sus esclavos: “¡Cortad las cadenas de cada esclavo que veáis! ¡Fuego de dragón!”. El otro personaje perfectamente identificable es mi favorito de la serie, el tipo más astuto de todos, el más culto, el más inteligente, Tyrion Lannister. Y ese personaje, y no otro, es el equivalente de Pablo Echenique en el ‘Juego de Tronos’ de Podemos; personas inteligentes a las que una discapacidad convierte en seres excepcionales. Pablo Echenique Robba, que nació en Rosario (Argentina) en 1978, se vino a España a los trece años y ya entonces, según cuenta Irma, su madre, “las travesuras que no podía hacer él por el impedimento de la silla de ruedas, las pensaba y las mandaba a hacer a sus amigos; siempre ha sido muy sociable, muy travieso y un poco el líder en el grupo de sus amigos”.

La cuestión es que la discapacidad, una atrofia muscular espinal, unida a un talento natural, han dotado a Echenique de las mejores armas para transitar por la política: pragmatismo y paciencia. “Una discapacidad es compleja, porque tanto te pone algunas cosas más sencillas, aunque son cosas poco importantes, como te pone otras, la mayoría, más difíciles. Todo eso lo que provoca es que seas más luchador, aunque es un poco un tópico, y sobre todo, al menos en mi caso, hace que seas más eficaz. He aprendido a separar lo importante, lo urgente, de lo secundario, lo superfluo”, explica Echenique.

En Vistalegre, Echenique ejecutó una jugada maestra: decidió liderar el sector crítico de Podemos en el momento de mayor endiosamiento de Iglesias

Con esa formación vital que prescinde de lo accesorio, que rehúye de los esfuerzos baldíos, Pablo Echenique sólo se entusiasmó por Podemos cuando apreció el hambre de triunfo, a diferencia de otros movimientos del mismo ámbito político que se conformaban con el pataleo. Su ascenso en la organización fue tan fugaz como el origen mismo de Podemos. En enero conoció a Pablo Iglesias en Zaragoza, en mayo obtuvo un escaño de eurodiputado y en octubre ya se estaba peleando con el líder. Todo en 2014.

Y fue lo último, su apuesta firme frente a Pablo Iglesias en la asamblea fundacional de Podemos en Vistalegre, lo que le convirtió en una referencia fundamental dentro de la organización. “La prensa enmarcó el debate de Vistalegre como una batalla a muerte. Era como un capítulo de ‘Juego de Tronos’. Un Pablo debatiéndose con el otro a muerte”, recuerda Echenique. La realidad es que en Vistalegre, Echenique ejecutó una jugada maestra: decidió liderar el sector crítico de Podemos en el momento de mayor endiosamiento de Pablo Iglesias. Tenía aseguradas dos cosas, una derrota segura en la asamblea de Vistalegre y una victoria segura en el futuro en cuanto Iglesias comenzara a flaquear en la organización. Y así sucedió. Pragmatismo y paciencia. Al cabo de dos años, Pablo Iglesias ha tenido que volver sobre sus pasos y colocarlo en el lugar que le negó entonces, el ‘número dos’ de Podemos, con un peso específico que ya nadie discute. La campaña del catálogo del Ikea lo ha tenido a él como director de orquesta, un doctor en física, científico titular del CSIC, experto en el estudio del plegamiento de las proteínas.

Pablo Iglesias ha tenido que volver sobre sus pasos y colocarlo en el lugar que le negó entonces, el ‘número dos’ de Podemos, con un peso que ya nadie discute

“La inteligencia es muy difícil de medir. Cuando de pequeño no puedes jugar al fútbol, te dedicas a leer. Por eso digo que es una cuestión de hábitos, no de ser más o menos inteligente: A mí no me agota pensar; yo puedo estar pensando todo el día”, dice Pablo Echenique. En ‘Juego de Tronos’, Tyrion Lannister dice algo parecido: “La mente necesita libros como la espada necesita una piedra de afilar si quiere mantener su agudeza. Por eso leo tanto, Jon Nieve”. Definitivamente se parecen: Tyrion Echenique. Para otro día dejaremos si Alberto Garzón puede entrar en el papel de Jon Nieve, el lord comandante de la Guardia de la Noche.

Cuando Pablo Iglesias le regaló al Rey Felipe VI las cuatro primeras temporadas de ‘Juego de Tronos, todo el mundo pensó que se trataba de alguna diablura del líder de Podemos en contra de la Corona española. Pero no era eso exactamente, como aclaró el mismo Pablo Iglesias; lo que pretendía era que Felipe VI encontrara en la serie “algunas de las claves de lo que está sucediendo en la política española”, según dijo. No hablaba Pablo Iglesias a humo de pajas porque, cualquiera que haya seguido la serie, no sólo encontrará paralelismos con la política española, que serán los mismos que en cualquier otra pugna de poder, sino que, sobre todo, llegará a la conclusión de que es la propia formación de Podemos la que se inspira en ‘Juego de Tronos’.

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