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Andalucía 2020: Noticias del letargo andaluz
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Javier Caraballo

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Andalucía 2020: Noticias del letargo andaluz

El Observatorio Económico de Andalucía estima que la comunidad saldrá de la crisis en 2020. El expresidente Chaves predijo que la región estaría ese año entre las veinte europeas más desarrolladas

Foto: Los expresidentes andaluces José Antonio Griñán y Manuel Chaves, con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. (EFE)
Los expresidentes andaluces José Antonio Griñán y Manuel Chaves, con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. (EFE)

“En el año 2020, Andalucía estará entre las regiones más prósperas de Europa”. He rescatado aquella promesa antigua porque hace unos días reparé en una curiosa coincidencia, a raíz de las previsiones de crecimiento del Observatorio Económico de Andalucía, uno de los pocos organismos independientes que existen en Andalucía y escrutan su realidad.

Según sus estimaciones, y tras constatar que en esta región la recuperación económica andaluza va más lenta que en el resto de España, 2020 será el año en el que, previsiblemente, Andalucía habrá salido de la crisis. Y lo hará, según sus estimaciones, en peores condiciones que antes de la crisis, es decir, más lejos aún de la convergencia con la media española y Europa. La secuencia del final de la crisis, según ese organismo, es la siguiente, como en una carrera de atletismo.

Los primeros en salir de la crisis han sido los que nos metieron en ella, los Estados Unidos, que recuperaron hace cuatro años, a mediados de 2012, el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita que tenían en 2007/2008, cuando comenzó todo. La Zona Euro, previsiblemente, lo recuperará a finales de este año; y España, en 2018. En la cola, Andalucía: la previsión es que se recupere el PIB per cápita a finales de 2019 o principios de 2020, si las cosas no se tuercen más.

En 2020, por lo tanto. Fue entonces cuando recordé los artículos de mi siempre admirado Félix Bayón en los que se mofaba de la Segunda Modernización de Andalucía, porque fue en una de las presentaciones de aquella campaña surrealista, cuando Manuel Chaves, entonces presidente de la Junta de Andalucía, pronosticó que en 2020 Andalucía estaría entre las regiones más prósperas de Europa gracias a aquellos planes que, en realidad, no pasaban de la propaganda. “El objetivo final de la Segunda Modernización es que los andaluces puedan comprobar en el año 2020 que Andalucía está entre las veinte regiones más desarrolladas de Europa y todos sus parámetros se sitúan por encima de la media europea”, dijo Chaves en septiembre de 2002.

“Allá vamos, imparables, hacia el radiante porvenir”, comenzaba diciendo en su artículo Félix Bayón, y se puso luego a desmontar, con datos, la promesa del veterano presidente socialista. “Si se tiene en cuenta que en este momento estamos entre las doce menos desarrolladas, tendríamos que saltar por encima de 180 regiones para situarnos entre las veinte primeras. Atrás dejaríamos, entre otras muchas, las regiones de Núremberg, Amberes, Friburgo, Dusseldorf, Hannover, Berlín, Luxemburgo, Dinamarca y, por supuesto, a las demás comunidades españolas”.

Foto: Calle Bailén, en Linares. (Adrián Mateos)
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Por supuesto que, como sucede tantas veces en política, la promesa del presidente Chaves carecía del más mínimo soporte documental, ni siquiera el imprescindible y básico con el que Félix compuso su artículo. Con el paso del tiempo, en el PSOE fueron explicando por lo bajini que en realidad se trataba de un deseo, más que de un compromiso o un objetivo firme. Y no mentían, era así, literalmente. El objetivo fundamental de la Segunda Modernización era crear un “estado de ánimo” y, de hecho, lo primero que hizo el Gobierno andaluz fue financiar con casi un millón y medio de euros una campaña publicitaria para reforzar la autoconfianza de los andaluces. ‘Andalucía Imparable’, cantaba todos los días la propaganda oficial y hubo trovadores tan osados como Zapatero que un día, en un mitin en Carmona, llegó a decir que gracias a la Segunda Modernización en Andalucía habría “miles de Picassos y Lorcas”. Lo sé porque yo estaba allí y todavía no doy crédito. En fin.

Durante años, hasta que la Segunda Modernización murió por agotamiento publicitario, en lo que consistió aquel gran ‘plan de desarrollo de Andalucía’ fue en la proliferación constante de normas, decretos y leyes de los más variados campos en los que siempre se repetía la misma introducción: “en el marco de la Segunda Modernización…”.

Hubo trovadores tan osados como Zapatero que un día llegó a decir que gracias a la Segunda Modernización habría “miles de Picassos y Lorcas”

De aquella época, conservo aún los recortes de uno de los decretos aparecidos en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía que era un prodigio de ambigüedad irrespirable y nadería: se trata de “vertebrar las actuaciones” que surgen de “canalizar la situación de partida, y un análisis externo a través del cual se han identificado las principales tendencias y mejores prácticas en el ámbito de la modernización de las distintas administraciones nacionales e internacionales a fin de lograr (...) un instrumento de carácter estratégico y transversal”, que “se sustenta en cinco líneas estratégicas que se apoyan y retroalimentan entre sí, configurando una red de acciones interrelacionadas capaces de lograr sinergias para la consecución de sus fines”. Impresionante. Incluso puede parecer imposible. Pero no: ese era el decreto en el que se aprobaba, con fecha 20 de junio de 2006, ‘La Estrategia de Modernización de los Servicios Públicos de la Junta de Andalucía’.

Como en tantas otras ocasiones, no se trata ya de lamentar el dinero despilfarrado en aquellas campañas de ‘Andalucía Imparable’; lo peor que tiene el paso del tiempo es comprobar los años perdidos, tirados a la basura, que son años de oportunidades malogradas para conseguir mayor prosperidad y un mejor futuro: en el año 2020, Andalucía seguirá estando a la cola de España y de Europa y quien mire hacia atrás sólo podrá lamerse las heridas de lo que pudo ser y no ha sido.

Las diferencias seguirán siendo las mismas, por mucho que sea evidente el progreso andaluz de los últimos treinta años. Diferencias tan abismales como las que se ponían de manifiesto hace unos días en el acto de apertura del año Judicial, en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. En su discurso, el fiscal jefe hablaba de las nuevas modalidades de delito que están surgiendo por la crisis económica y establecía un sencillo paralelismo entre una ciudad como Tubinga, en la región alemana de Baden-Wurtemberg, con una cifra de desempleo que no llega al 3 por ciento, y Andalucía, con tasas de paro que superan el 30 por ciento. El fiscal se fijaba, además, en el desempleo juvenil que puede llegar a superar el 60 por ciento, y se preguntaba: “¿Qué solución estamos ofreciendo a los jóvenes que empiezan a aproximarse a los treinta años sin acceder al crédito o a una mínima estabilidad salarial, que trabajan como falsos autónomos y empiezan a sufrir un pesimismo patológico que puede marcar sus vidas?”

Andalucía, 2020. Falta tiempo aún, pero las estadísticas ya han llegado a esa fecha que fue mítica y nos han devuelto a la realidad. Dos décadas después de aquella promesa seguimos donde estábamos. La Segunda Modernización hace tiempo que se olvidó y Manuel Chaves, ya jubilado, vive uno de sus peores momentos políticos por el escándalo de los ERE. ¿Y los demás, qué hacemos? Como escribo estas líneas y me doy cuenta de que, en realidad, es como si se lo estuviera contando a Félix Bayón, como si lo estuviera poniendo al día después de que nos lo arrebatara la muerte, dejaré que sea él quien conteste, dado que nada ha cambiado, para que con sarcasmo nos recuerde que lo que nos queda es vivir del presupuesto de la Junta de Andalucía. “A la ciudadanía no le queda más remedio que pagar la fiesta y, con suerte, soñar en convertirse un día en empleado público, máxima aspiración, según las encuestas, de la mayoría de los andaluces”.

“En el año 2020, Andalucía estará entre las regiones más prósperas de Europa”. He rescatado aquella promesa antigua porque hace unos días reparé en una curiosa coincidencia, a raíz de las previsiones de crecimiento del Observatorio Económico de Andalucía, uno de los pocos organismos independientes que existen en Andalucía y escrutan su realidad.

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