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El diablo en las iglesias catalanas
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Javier Caraballo

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El diablo en las iglesias catalanas

Unos amigos me enviaron uno de los vídeos grabados en esas iglesias catalanas en que los sacerdotes aprovechan las misas para jalear el independentismo

Foto: El obispo de Solsona, Xavier Novell. (EFE)
El obispo de Solsona, Xavier Novell. (EFE)

El papa Francisco, en su primera homilía de esta semana, durante la misa celebrada en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, se dirigió a los sacerdotes que le escuchaban para hacerles ver las fatales consecuencias que tiene la incoherencia para un hombre de dios. “¿Cuántos cristianos, con su ejemplo, alejan a la gente, con su incoherencia, con su propia incoherencia? La incoherencia de los cristianos es una de las armas más efectivas que tiene el diablo para debilitar al pueblo de Dios y para alejar al pueblo de Dios del Señor”, dijo tajante Bergoglio.

Bendita coincidencia, ese sermón del papa Francisco justo en el momento en que unos amigos me enviaron uno de los vídeos grabados en esas iglesias catalanas en las que los sacerdotes aprovechan las misas para jalear el independentismo. ¿Se puede alentar, en el nombre de Dios, la ilegalidad? ¿Es coherente que un sacerdote de la Iglesia católica utilice un púlpito para defender un movimiento político que defiende privilegios entre pueblos y diferencias entre ciudadanos? ¿Dónde está el espíritu evangélico del sacerdote que ignora y desprecia a todos los fieles que no son independentistas en Cataluña?

El obispo de Solsona, en una misa el pasado 5 de noviembre

El vídeo que da vueltas y vueltas por las redes sociales es uno más del obispo de Solsona, Xavier Novell, esta vez de la misa del pasado domingo 5 de noviembre, en el Santuari del Miracle, en Lleida, tras la detención del exvicepresidente de la Generalitat y varios exconsejeros acusados de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos. El mensaje que el obispo traslada a sus feligreses es doblemente peligroso, porque no solo llama a la desobediencia de las decisiones judiciales sino porque lo hace desde un altar, con el báculo en la mano, investido de una ‘autoridad divina’ que le hace renegar del ordenamiento jurídico y convertirse él mismo en el único juez que dictamina qué son la justicia y la verdad.

Dijo así el obispo, después de remarcar la legitimidad de todo el Gobierno catalán procesado: “No es justo que por la vía de la fuerza se impida a este pueblo decidir su futuro. Porque tiene derecho a ello, porque somos una nación que tiene derecho a decidir cuál es nuestro futuro. Por tanto, no os confundáis sobre esta cuestión: será todo lo legal que queráis, pero los cristianos no nos guiamos ni tenemos criterios en función de leyes positivas, sino de lo que es justo, verdad y digno”.

El mensaje es doblemente peligroso, porque no solo llama a la desobediencia de las decisiones judiciales sino porque lo hace desde un altar

Conviene remarcar bien esas palabras del obispo de Solsona porque nada existe en los Evangelios más alejado de esa interpretación de la Justicia terrenal. La distinción que realiza Santo Tomás de Aquino entre la ley eterna, la ley natural y la ley positiva (la ley humana) en ningún momento señala eso de que los cristianos 'no deben guiarse' por el ordenamiento jurídico. Dice todo lo contrario, de hecho, en su obra capital, la 'Suma Teológica': “Mas como hay también individuos rebeldes y propensos al vicio, a los que no es fácil persuadir con palabras (…) esta disciplina que obliga mediante el temor a la pena, es la disciplina de la ley. Luego era necesario para la paz y la virtud de los hombres que se instituyeran leyes”.

Es la misma enseñanza que san Mateo pone en boca de Jesucristo, cuando los fariseos intentaron comprometerlo con una pregunta tramposa: “Dinos, pues, qué te parece: ¿es lícito dar tributo a César, o no? Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿por qué me tentáis, hipócritas? Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Entonces les dijo: ¿de quién es esta imagen y la inscripción? Le dijeron: de César. Y Jesús les dijo: dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”.

Muchas han sido las atrocidades y los abusos de poder que se han justificado desde los púlpitos y las infamias que se han proferido en el nombre de Dios

A lo largo de toda la historia, muchas han sido las atrocidades y los abusos de poder que se han justificado y amparado desde los púlpitos y muchas las infamias que se han proferido en el nombre de Dios. En la España democrática, ha sido el nacionalismo del País Vasco y de Cataluña el que ha pervertido la moral y el sentido cristiano de decenas de sacerdotes. Primero en el País Vasco, donde será muy difícil encontrar algún paragón a la corrupción moral de la jerarquía eclesiástica vasca que protegía a los asesinos de ETA y jamás encontró una palabra de consuelo para las víctimas y sus familias, ni siquiera una palabra de consuelo. Todavía estamos esperando los españoles que la Iglesia pida perdón por tantos años de ignominia en las iglesias y los conventos del País Vasco.

Ahora, sin alcanzar la gravedad de esos curas nacionalistas vascos, varios centenares de sacerdotes catalanes utilizan la sagrada misa para jalear al independentismo y justificar la insumisión de las leyes. Y lo hacen, como el obispo de Solsona, en el nombre de Dios, sin que nadie en la Conferencia Episcopal Española se dé por enterado de lo que está ocurriendo. Por eso ha sido tan oportuno el sermón del papa Francisco el pasado lunes, en el Vaticano, ante un grupo de sacerdotes.

Que un obispo diga en su sermón que los cristianos no se guían por las leyes positivas, por las leyes humanas; que un obispo se erija en autoridad que determina lo que es justo, aunque contradiga el ordenamiento jurídico, supone un ejercicio manifiesto de incoherencia de acuerdo a las enseñanzas del cristianismo. Así que, si “la incoherencia de los cristianos es una de las armas más efectivas que tiene el diablo para debilitar al pueblo de Dios y para alejar al pueblo de Dios del Señor”, que se pongan a mirar por muchas iglesias catalanas porque el diablo debe estar saltando de alegría por entre los altares.

El papa Francisco, en su primera homilía de esta semana, durante la misa celebrada en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, se dirigió a los sacerdotes que le escuchaban para hacerles ver las fatales consecuencias que tiene la incoherencia para un hombre de dios. “¿Cuántos cristianos, con su ejemplo, alejan a la gente, con su incoherencia, con su propia incoherencia? La incoherencia de los cristianos es una de las armas más efectivas que tiene el diablo para debilitar al pueblo de Dios y para alejar al pueblo de Dios del Señor”, dijo tajante Bergoglio.

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