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La alargada sombra de la corrupción andaluza
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Javier Caraballo

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La alargada sombra de la corrupción andaluza

Currículos inventados, cursos falsificados, méritos inexistentes. La última denuncia que ha llegado, y que ha aceptado, la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA)

Foto: El consejero de Salud, Aquilino Alonso, en el pleno dle Parlamento de Andalucía. (EFE)
El consejero de Salud, Aquilino Alonso, en el pleno dle Parlamento de Andalucía. (EFE)

Currículos inventados, cursos falsificados, méritos inexistentes. La última denuncia que ha llegado, y que ha aceptado, la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) reproduce las mismas pautas de otros grandes escándalos políticos que conocemos pero en esta ocasión la peculiaridad está en que no son responsables públicos los directamente afectados sino ciudadanos que, presuntamente, falsifican sus calificaciones profesionales para acceder a un puesto en la administración andaluza. La corrupción de las élites produce hábitos de corrupción en la sociedad.

Esa es la mayor gravedad de este nuevo escándalo que se ha conocido en Andalucía, la inquietante idea de una inercia social que ha integrado en su comportamiento la corrupción que percibe en la clase dirigentes. De todos los efectos perniciosos de la corrupción política, esta sería sin duda la peor consecuencia porque afecta a la calidad de una sociedad.

Foto: La Secretaria General del PSOE-A, Susana Díaz, durante el Comité Director del PSOE de Andalucía el sábado. (EFE)

La denuncia, que procede de Comisiones Obreras, se remonta a varios años atrás pero será ahora, a raíz de la intervención de la Fiscalía del TSJA, cuando el Gobierno andaluz se vea obligado a aclarar lo que está ocurriendo con el fraude detectado en la Bolsa de empleo del Servicio Andaluz de Salud. Sostiene Comisiones Obreras que existe una red organizada para amañar la labor investigadora y divulgativa que tienen que acreditar los profesionales de la Sanidad que aspiren a un puesto de trabajo. Al parecer, desde hace ya varios años existen empresas que ‘gestionan’ el acceso de las personas que quieran entrar en esa Bolsa de Trabajo y, al hacerlo, falsifican los currículos de los aspirantes de manera que obtienen muchos más puntos que otros profesionales sanitarios que llevan años en la lista de espera.

Cuando se envía la trayectoria profesional de cada aspirante se utiliza ‘otros méritos’ para incluir todo tipo de congresos o publicaciones

Sin el menor pudor, cuando se envía a la administración la trayectoria profesional de cada aspirante a un puesto de trabajo se utiliza el apartado de ‘otros méritos’ para incluir todo tipo de congresos o publicaciones científicas que elevan al máximo la puntuación y catapulta al farsante hasta los puestos de salida del puesto de trabajo. Se trata, según CCOO, de “una inusual proliferación de los trabajos científicos aportados por numerosas personas en el apartado de ‘Otros méritos’, lo que ha ocasionado el cambio sustancial de las puntuaciones y del orden en los listados de aspirantes al empleo temporal y fijo de la Administración sanitaria”. Un simple vistazo a la acumulación de méritos presentada por algunos de los aspirantes a un puesto de trabajo en el Servicio Andaluz de Salud hubiera desmontado el fraude, porque según CCOO es materialmente imposible que una persona pueda físicamente participar en tantos congresos en tan poco tiempo, pero las denuncias hasta ahora han caído en saco roto.

Al tratarse de un escándalo que, directamente, no afecta a ningún cargo público andaluz, el supuesto fraude en la Bolsa de Empleo del Servicio Andaluz de Salud ha pasado absolutamente inadvertido para los dirigentes políticos andaluces, a pesar de que desde hace algunas semanas están inmersos en la precampaña electoral para las próximas elecciones andaluzas. La reacción que más se podría aproximar es la protesta convocada por la asociación Justicia por la Sanidad, que lidera el médico granadino Jesús Candel, ‘Spiriman’, “contra la corrupción moral y política” de la administración andaluza, pero la batalla de esta asociación va más allá y procede de más lejos. De hecho, lo que ha hecho Spiriman esta vez ha sido convocar una manifestación en Sevilla contra la Junta de Andalucía el mismo día de reflexión de la elecciones andaluza, que se celebrarán el 2 de diciembre. Pero la “mafia” a la que se refiere Candel no tiene que ver, al menos de momento, con la trama destapada por Comisiones Obreras.

Es imposible que una persona pueda físicamente participar en tantos congresos en tan poco tiempo, pero las denuncias han caído en saco roto

El fraude de la ‘bolsa de empleo’ del SAS no es el primer precedente en Andalucía que puede afectar a una parte de la sociedad. De forma periódica, por ejemplo, se publican en Andalucía noticias de fraude en las subvenciones que concede el Gobierno andaluz porque se detecta que muchos empresarios, a veces miles, se acogen a las ayudas, reciben el dinero y, posteriormente, o incumplen los requisitos exigidos o falsean las ejecuciones. Hubo una ocasión en la que hasta la Unión Europea decidió suspender el envío de fondos de desarrollo a Andalucía por la cantidad de irregularidades detectadas.

Eso ocurrió en 2016 y, desde entonces, la normalidad y la sospecha de irregularidades no se ha conseguido despejar. Pero al margen del caos interno de la Junta de Andalucía, del descontrol existente en esa administración, qué debemos pensar cuando tantas personas se ven implicadas en uno de esos fraudes. “Cuando en un país se descubre un fraude que cometen cinco o diez empresarios, está claro que se trata de una acción delictiva de la que sólo son responsables esos empresarios, pero cuando en un país el fraude lo cometen varios miles de empresarios, entonces ya no estamos hablando de una acción delictiva individual sino de un sistema delictivo, un modus operandi”, sostiene un fiscal andaluz del Tribunal Superior de Justicia y es ahí donde está, quizá, la clave de todo, la repercusión más perniciosa que haya podido generar la corrupción andaluza, esta alargada sombra de escándalos menores, trucos y apaños, que se proyecta en amplias capas de la sociedad. El ‘modus operandi’, “manera especial de actuar o trabajar para alcanzar el fin propuesto”.

Currículos inventados, cursos falsificados, méritos inexistentes. La última denuncia que ha llegado, y que ha aceptado, la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) reproduce las mismas pautas de otros grandes escándalos políticos que conocemos pero en esta ocasión la peculiaridad está en que no son responsables públicos los directamente afectados sino ciudadanos que, presuntamente, falsifican sus calificaciones profesionales para acceder a un puesto en la administración andaluza. La corrupción de las élites produce hábitos de corrupción en la sociedad.

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