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Pedro tenía una flauta
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Javier Caraballo

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Pedro tenía una flauta

Si Sánchez tiene una flauta, será como la flauta de Bartolo, que empezó con un agujero, cuando ganó las primarias frente al aparato enrocado en torno a Susana Díaz, y ya va por tres agujeros

Foto: Pedro Sánchez. (Ilustración: Raúl Arias)
Pedro Sánchez. (Ilustración: Raúl Arias)

Dices que, tras las elecciones generales, esperas no tener que oír más que lo de Pedro Sánchez es suerte, que le ha sonado la flauta por casualidad, porque esto se va convirtiendo ya en una retahíla insostenible como argumento. Si Pedro Sánchez tiene una flauta, será en todo caso como la flauta de Bartolo, que empezó con un agujero, cuando ganó las elecciones primarias en el PSOE frente a todo el aparato enrocado en torno a Susana Díaz, y ya va por tres agujeros, después de ganar la moción de censura y de imponerse ahora con claridad en las elecciones generales.

Seguirán dando la lata con la flauta, como la flauta de Bartolo, pero eso ya no se lo debe creer nadie; habrá que admitirle a Pedro Sánchez que es el líder político más sólido del actual panorama político español, porque todo lo que sucede a su izquierda y a su derecha es más inestable y problemático que lo suyo. Ni las derechas, que mantendrán en el Congreso su pelea por hacerse con el liderazgo de los 11 millones de votos que hay en ese sector, ni Podemos, que, como se ha visto, ha acabado asumiendo, como le ha ocurrido tantas veces a Izquierda Unida a lo largo de la democracia, su papel de gregario de los socialistas.

Foto: Pedro Sánchez, al finalizar su mitin en el Muelle de la Sal de Sevilla, este 19 de mayo. (EFE)

Quien se acuerde de la ‘casa común’ de la izquierda, con la que el PSOE siempre ha engolosinado a sus rivales, sabrá de lo que se habla. Hasta Santiago Carrillo, a principios de los noventa del siglo pasado, acabó disolviendo el partido que había constituido, el Partido de los Trabajadores de España, para que todos sus militantes se afiliaran al PSOE. “Es preferible entrar en la 'casa común' grande que quedar aislados en un chiringuito pequeño”, dijo entonces Carrillo. Como la historia de la política es tantas veces cíclica, ya veremos si en el futuro vemos a Pablo Iglesias, o a otros dirigentes de Podemos, repitiendo la misma frase. Ya veremos, porque el PSOE vuelve a ser grande en la izquierda.

Dices que, aunque la memoria cada vez es más estrecha en nuestra sociedad, lo que le ha ocurrido a Pedro Sánchez es lo mismo que les sucedió, en su día, a Felipe González, a José María Aznar o a Mariano Rajoy, porque los tres llegaron a la Moncloa a la tercera ocasión en que se presentaron a las elecciones, tras dos derrotas consecutivas.

También Pedro Sánchez se ha estrellado dos veces en las urnas y, en las dos ocasiones, ha cavado un poco más el foso; primero, en las elecciones de 2015, perdió 20 escaños de una tacada, y cayó de los 110 diputados que le había dejado Rubalcaba hasta los 90, y luego, en las siguiente elecciones, todavía se hundió más, hasta los 85 diputados de la anterior legislatura. Es verdad, salvo Zapatero y los presidentes centristas de la Transición, todos han ganado elecciones a la tercera, pero no olvides que la peculiaridad de Pedro Sánchez es que ha llegado a la Moncloa mucho antes de ganar las elecciones, gracias a aquella moción de censura, la primera de la historia que se gana y la única, con toda probabilidad, que gana un partido tan esquelético como lo era el PSOE frente a Mariano Rajoy.

A partir de ahora, con una legislatura por delante, ya verás cómo Pedro Sánchez se hace con el control absoluto del partido

En política, de todas formas, nadie se consolida en un liderazgo hasta que no vence en unas elecciones. A partir de ahora, con una legislatura por delante, ya verás cómo Pedro Sánchez se hace con el control absoluto del partido y comenzará a moldearlo con dirigentes acordes en todas las agrupaciones de España. Como solían repetir los viejos socialistas andaluces, en política no se hacen prisioneros. Y eso lo saben bien Pedro Sánchez y los que, desde el principio, tiene a su alrededor. “Cultura de partido”, suelen llamarlo en su versión más eufemística.

Dices que lo único que te inquieta de Pedro Sánchez es Pedro Sánchez, las ‘tonterías de Pedro Sánchez’ con las que suele coquetear después de haber conseguido lo más difícil, y, más que difícil, lo que parecía imposible. El absurdo de polémicas como aquel viaje en avión oficial a un concierto con el que se estrenó en el cargo o el discurso zigzagueante con el independentismo, a sabiendas de que siempre lo van a traicionar y, en todo caso, de que no debe haber ni un solo votante del PSOE en España que soporte ver a los socialistas con esas veleidades.

Foto: El nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Raúl Arias)

Tú misma eres consciente de que en los siete millones y medio de votos del PSOE en estas elecciones hay muchos miles que han elegido esa papeleta porque, frente al tsunami que se anunciaba en la extrema derecha, se trataba de recuperar el voto útil para frenarlo. “Se acabaron los experimentos”, has repetido a todos los de tu entorno en los días previos a las elecciones, y esa consigna tuya, repetida por tantos y tantos como tú, es lo que ha acabado hundiendo a Podemos y recuperando para el PSOE el ‘voto útil’ que tantos gobiernos le ha dado, por todas partes, en estos más de 40 años de democracia.

No es como otras veces, en otras elecciones, cuando decías que votabas con la ‘nariz tapada’, como en la degeneración del felipismo por la corrupción, pero sabes bien que se trataba de votar a Pedro Sánchez porque la coyuntura histórica lo trascendía. Sabes que siempre he mantenido que ha sido el propio Pedro Sánchez el que ha propiciado esa coyuntura, el que ha sabido elegir el momento después de empujar sutilmente a toda la derecha hacia el rincón en el que está Vox, aquello que llamamos la ‘operación relator’, pero quizá nunca lleguemos a despejar la incógnita mayor de si Pedro Sánchez es solo un buen estratega, un político habilidoso, o si, además de eso, tiene sustento intelectual como estadista.

Ahora que comienza una legislatura completa, tienes, tenemos, una gran oportunidad para observarlo. Aunque tengo claro que, al final, tú siempre encontrarás un motivo para seguir votando al PSOE.

Dices que, tras las elecciones generales, esperas no tener que oír más que lo de Pedro Sánchez es suerte, que le ha sonado la flauta por casualidad, porque esto se va convirtiendo ya en una retahíla insostenible como argumento. Si Pedro Sánchez tiene una flauta, será en todo caso como la flauta de Bartolo, que empezó con un agujero, cuando ganó las elecciones primarias en el PSOE frente a todo el aparato enrocado en torno a Susana Díaz, y ya va por tres agujeros, después de ganar la moción de censura y de imponerse ahora con claridad en las elecciones generales.

Pedro Sánchez