Es noticia
Las 'huelgas políticas' de Andalucía
  1. España
  2. Matacán
Javier Caraballo

Matacán

Por

Las 'huelgas políticas' de Andalucía

Nadie podrá negar que la paciencia sindical con el Gobierno del centro derecha ha sido tan limitada como generosa con los gobiernos socialistas de los años precedentes

Foto: Imagen de la manifestación por la Sanidad pública realizada en Sevilla a principios de febrero de este año. (EFE)
Imagen de la manifestación por la Sanidad pública realizada en Sevilla a principios de febrero de este año. (EFE)

Tres eran las ‘ventanas’ políticas del anunciado cambio político en Andalucía, y en las tres ventanas —Educación, Sanidad y Canal Sur— ya se han convocado y celebrado huelgas. Curiosa coincidencia. La tregua de los sindicatos al nuevo Gobierno andaluz de centro derecha ha durado un año justo, incluso menos; tras cuatro décadas de hegemonía socialista, las promesas de cambios profundos en la Administración pública andaluza han tenido 12 meses de espera sindical. De lo que se trata ahora es de valorar si la reacción sindical contra el Gobierno del PP y de Ciudadanos en Andalucía se debe a que los sindicatos trabajan en la sombra para que el PSOE vuelva al poder en Andalucía o si, por el contrario, estos partidos llegaron al poder con promesas de cambio que no van a poder cumplir.

Es posible, incluso, que una cosa conduzca a la otra, o que se retroalimenten. En todo caso, lo que nadie podrá negar es que la paciencia sindical con el Gobierno del centro derecha ha sido tan limitada como generosa con los gobiernos socialistas de los años precedentes que, en todo caso, son los únicos causantes de que esos servicios públicos andaluces se hayan deteriorado tanto. Si los profesionales andaluces de la Sanidad están entre los peor pagados de toda España; si la Educación en Andalucía sigue apareciendo en los últimos lugares en los informes de calidad educativa, y si la radio y la televisión públicas arrastran grandes deficiencias de medios, de personal, de formatos… ¿qué tiempo podríamos estimar como ‘plazo mínimo’ para determinar si todo eso está empeorando o si puede mejorar, tal y como habían prometido los nuevos gobernantes? Pues esa es la cuestión, que para los sindicatos andaluces ese plazo ya ha expirado. Por eso, desde el Gobierno andaluz dicen que se trata de “huelgas ideologizadas”, las ‘huelgas políticas’ de Andalucía.

Foto: Manifestación de Marea Blanca en Sevilla en defensa de la sanidad pública. (EFE)

Las protestas que más madrugaron, sin que se hubiera cumplido aún el año del Gobierno, fueron las de la Sanidad andaluza. Es verdad que las movilizaciones coincidieron con la campaña electoral de las últimas generales, pero no es menos cierto que la Sanidad pública andaluza fue la que llegó a las expectativas de cambio con mayores urgencias. Para Susana Díaz, en su periodo de presidenta de la Junta de Andalucía, las ‘mareas blancas’ ya supusieron un quebradero de cabeza constante y, en algunos casos, premonitorio de lo que vendría luego. La irrupción en la sociedad andaluza de un líder tan peculiar como Spiriman, que se mueve entre la provocación zafia y grotesca y la denuncia irreprochable y precisa, ya supuso una alerta clarísima del deterioro del sistema sanitario andaluz. Por lo tanto, la ‘marea blanca’ ya venia con oleajes altos y profesionales ‘quemados’, que vuelven a activarse en el ‘modo protesta’ en cuanto el Gobierno que ha prometido cambios radicales comienza a incumplir sus propios compromisos. Nadie podrá, en este sentido, reprochar a los facultativos andaluces que protestan contra el PP mientras guardaban silencio ante el PSOE. De hecho, en cada protesta sanitaria, es un buen indicador lo que dice el propio sindicato del actual consejero de Salud, Jesús Aguirre; en uno de los últimos comunicados, repiten el esquema de otros anteriores: están de acuerdo con las promesas del nuevo Gobierno, los compromisos presupuestarios, pero constatan que muchas de ellas no se cumplen luego. “Y no se puede pedir paciencia a los facultativos mientras se siga generando desconfianza”, dicen en el Sindicato Médico Andaluz.

“No se puede pedir paciencia a los facultativos mientras se siga generando desconfianza”, dicen en el Sindicato Médico Andaluz

De todas formas, las movilizaciones sindicales contra el nuevo Gobierno andaluz no se producen solo por las expectativas laborales frustradas y concretas. Esa es la parte más razonable y entendible de las protestas en Educación, Sanidad o Canal Sur; lo más llamativo son las movilizaciones hipotéticas, contra situaciones que se presuponen. Pero esto es un clásico de los sindicatos: siempre que llega al poder un partido de derechas, lo que peligra es la mera existencia de esos servicios públicos, porque se presupone que se van a privatizar todos, con lo que los sectores más desfavorecidos de la sociedad quedarán excluidos. En Andalucía se repiten, de forma periódica, semana tras semana, las mismas palabras, cambiando solo el área: "La estrategia de las derechas de colapsar el sistema público en Andalucía con objeto de desviar fondos a la privada mediante los conciertos y las privatizaciones". Por defecto, está asumido que la derecha siempre quiere acabar con la Sanidad pública y con la Educación pública, y no se admiten ni matices ni realidades. Como, por ejemplo, que, en el último Presupuesto aprobado por el Gobierno andaluz, para este ejercicio de 2020, la Educación y la Sanidad suman casi el 60% del total, incluyendo los fondos destinados a Dependencia. Eso, prescindiendo de que es la Constitución española la que garantiza el derecho a la educación y a la sanidad.

Acaba de pasar con la Educación andaluza: un mero decreto de escolarización, con leves cambios sustanciales sobre el de años anteriores, ha provocado la primera huelga general —huelga general— a la que se ha tenido que enfrentar el Gobierno del PP y de Ciudadanos. Por lo que se decía antes: se presupone que se quiere favorecer la enseñanza privada. Pero, en realidad, lo único que ha hecho el Gobierno andaluz ha sido aprobar un cambio normativo para favorecer la elección de un colegio concertado a los padres que, hasta ahora, no tenían derecho. Es decir, que un niño que viva en el distrito escolar más alejado de un colegio concertado tendrá, por ese concepto, la misma puntuación que el niño que viva al lado del colegio. Teniendo en cuenta, simplemente, que en el 82% de los municipios andaluces no hay colegio concertado y que el 93% de los escolares andaluces estudia en el centro que los padres eligen de primera opción, pues ya nos podemos hacer un cálculo de la importancia que tenía ese decreto sobre los problemas reales de la Educación. Y si, en todo caso, lo que alarma es que haya muchos padres que quieran un colegio concertado, todo defensor de la enseñanza pública lo que tiene preguntarse es por qué sucede eso. Para intentar remediarlo.

Foto: Jesús Candel, 'Spiriman', en una de las manifestaciones 'Por una sanidad pública digna'. (EFE)

Y Canal Sur… Esa protesta sí que ha sido espectacular, porque resulta que, si se atiende a los motivos de la convocatoria, los sindicatos de la RTVA le han hecho una huelga al Gobierno del PP y de Ciudadanos por los incumplimientos heredados del Partido Socialista, al que, sin embargo, nunca atosigaron de esa forma. Es literal, a los seis meses —¡seis meses!— de haber tomado posesión el nuevo director general de la RTVA, le han convocado varias jornadas de protesta “por la desatención de demandas históricas de sus trabajadores”. “Nuestras peticiones son antiguas, pero al nuevo Gobierno decidimos darle un plazo de confianza y en este tiempo no se ha hecho nada. Los nuevos nombramientos no han ayudado”, dijo a 'El País' un representante de CCOO, el sindicato mayoritario. En fin, eso… ¡Seis meses! Más aún, que quizá sea lo más grotesco: aunque en Canal Sur —“su canal”, como decía el andalucista Pacheco de los gobiernos socialistas— el PSOE ha ejercido un control político absoluto, es ahora, y solo ahora, cuando algunas asociaciones de la prensa, como la de Sevilla, consideran que se ve amenazada la libertad de expresión y que los profesionales reciben “presiones”. ¿Ahora? Entre ridículo y grosero. En más de 30 años, ante situaciones de acoso y sectarismo extremas por parte del PSOE, jamás creyeron necesario realizar la más leve consideración sobre Canal Sur, pero ahora sí, aunque hayan pasado solo seis meses. Y lo dicen sin más, sin sonrojarse siquiera. Las redes clientelares, que tienen sus cosas y sus miserias.

Tres eran las ‘ventanas’ políticas del anunciado cambio político en Andalucía, y en las tres ventanas —Educación, Sanidad y Canal Sur— ya se han convocado y celebrado huelgas. Curiosa coincidencia. La tregua de los sindicatos al nuevo Gobierno andaluz de centro derecha ha durado un año justo, incluso menos; tras cuatro décadas de hegemonía socialista, las promesas de cambios profundos en la Administración pública andaluza han tenido 12 meses de espera sindical. De lo que se trata ahora es de valorar si la reacción sindical contra el Gobierno del PP y de Ciudadanos en Andalucía se debe a que los sindicatos trabajan en la sombra para que el PSOE vuelva al poder en Andalucía o si, por el contrario, estos partidos llegaron al poder con promesas de cambio que no van a poder cumplir.

Sindicatos Spiriman Ciudadanos