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Javier Caraballo

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Escándalo en la Fiscalía

"Hoy por hoy, ni la fiscal general del Estado, ni el teniente fiscal ni el jefe de la Secretaría Técnica tienen categoría profesional ni personal para estar donde están"

Foto: La fiscal general del Estado, Dolores Delgado, en un acto. (EFE)
La fiscal general del Estado, Dolores Delgado, en un acto. (EFE)

“¿He dicho un ‘nido de serpientes’? Bueno, mejor será que eso no lo pongas; quítalo, porque lo único que falta es que nosotros, también nosotros, aportemos más desprestigio a la Fiscalía. Que ya está bien, porque el ambiente interno es deprimente y, conforme vas subiendo en el escalafón, más tensión y más desconcierto hasta llegar a ese nido del que te hablaba… Pero es injusto; sería injusto decirlo así por los casi 2.500 fiscales que hay en España y que, desde luego, no se merecen esta imagen que se proyecta desde arriba. Porque es ahí donde está la clave de todo lo que está pasando: la política de nombramientos en la cúpula del poder judicial ha empeorado la situación de forma exponencial en los últimos ocho o 10 años. Si tengo que señalar una fecha de inicio de ese deterioro, yo diría que es a partir del segundo Gobierno de Mariano Rajoy y, desde luego, es ahora cuando la situación ha tocado suelo, con Pedro Sánchez, que tantas veces resulta una provocación o simplemente irresponsable. A ver, no pongas esa cara, que ya sé lo que ocurría con los gobiernos de Felipe González y luego con Aznar, pero es que no me refiero tanto a que se hayan buscado unos determinados perfiles políticos para el puesto de fiscal general del Estado, como a la elección del resto de nombramientos en la cúpula. ¿Pasaba antes? Sí, pero el problema grave se da ahora porque se ha perdido calidad profesional en esos nombramientos. Esa es la diferencia fundamental, bajo mi punto de vista”.

Foto: Sánchez y Lesmes, en una foto de archivo. (EFE)

“Hoy por hoy, ni la fiscal general del Estado, ni el teniente fiscal ni el jefe de la Secretaría Técnica, ese que iba a los mítines del PSOE en Galicia, tienen categoría profesional ni personal para estar donde están. Cualquiera que visite la Fiscalía General del Estado se daría cuenta del engrudo que se ha formado allí… Tanta gente, tantos nombramientos, tanta gente que sube y que baja… ¿Cuántos? Pues no sabría decirte con precisión, pero debe ser un centenar, entre fiscales de Sala, la Inspección, los fiscales de apoyo, los adjuntos, la Secretaría Técnica… Una barbaridad, en suma. Personas, muchas de ellas, que han ostentado cargos muy relevantes y cuya convivencia y encaje posterior no es nada fácil, y mucho menos en circunstancias como las actuales. Bueno, qué mejor ejemplo de ese ambiente del que te hablo que lo que ha sucedido con Luis Navajas, en las declaraciones de hace un par de semanas… Hay que conocerlo para comprender que hasta un profesional como él ha terminado disparatando de la forma que lo ha hecho. Yo lo tengo claro, es imperdonable, una enorme 'boutade' que a quien más perjudica es a él, porque no se merece acabar así, con ese garabato grotesco, su carrera”.

placeholder Luis Navajas, junto a Dolores Delgado. (EFE)
Luis Navajas, junto a Dolores Delgado. (EFE)

“¿Cómo no será el ambiente de tensión ahí dentro para que Luis Navajas haya explotado de ese modo? Hazte esa pregunta, sí. Porque, verás, Luis Navajas no solo es que haya tenido siempre un perfil muy profesional, muy discreto, sino que la Fiscalía corre por sus venas: es hijo de fiscal, hermano de fiscal y padre de una fiscal, su hija. Siempre ha sido, como te digo, discreto, de talante conservador y, además de las graves acusaciones que hizo contra algunos compañeros, algunas tan absurdas como que querían ‘contaminarlo políticamente’, cuando el trabajo de la Fiscalía consiste en el intercambio de opiniones, el trabajo en equipo, que es una de nuestras señas de identidad; en fin, que prescindiendo de eso, lo que le resultará siempre imposible de explicar es por qué no ha dicho nada antes, por qué lo dice ahora, a unos días de jubilarse y después de haber estado callado durante el mandato de seis fiscales generales. Se va a arrepentir mucho de haber dicho que la Fiscalía es una tropa. Y me refiero a arrepentimiento personal, no por lo que pueda contestar la Sala Segunda a su petición de archivo de las 20 querellas contra el Gobierno por la gestión del coronavirus, después de haberla liado públicamente y haber predispuesto a todo el mundo contra ellos. Se va a arrepentir de haberlo dicho, seguro…”.

Foto: Dolores Delgado, junto a Luis Navajas. (EFE)

“Para colmo de disparates, va la Inspección y, a raíz de las declaraciones de Luis Navajas, anuncia que va a abrir una inspección a Consuelo Madrigal, por aquel artículo de mayo pasado, que ya ha llovido desde entonces. Vale que el artículo era muy duro contra el Gobierno por el alcance desmedido del estado de alarma en cuanto a vulneración de derechos fundamentales, pero nadie puede negar que esa inquietud jurídica estaba ahí y que las dudas constitucionales se acabarán resolviendo. En todo caso, lo que no encaja demasiado bien es que se le envíe a Consuelo Madrigal la Inspección mientras que en prensa aparece que la fiscal general del Estado ha formalizado su relación sentimental con Baltasar Garzón. ¡Por supuesto que nadie tiene derecho a meterse en la vida privada de los demás! Eso, por descontado. Pero tú ve sumando hechos y fechas. Como sabes, Consuelo Madrigal, siendo fiscal general, ordenó en 2016 que la Fiscalía se pronunciara en contra de las comisiones rogatorias que solicitara la Justicia argentina en la causa abierta contra los crímenes del franquismo y el supuesto genocidio de la Transición… Pero bueno, sin enredarnos en eso, lo que quiero decir es que tras la escapada a Roma de Dolores Delgado y Baltasar Garzón, precisamente en los días en que Luis Navajas se desató, se ha publicado que formalizaron su relación en junio pasado. Pues bien, en pleno agosto, dos meses después, fue cuando Dolores Delgado decidió revocar esa instrucción con una ‘nota de servicio’ de su puño y letra, firmada por ella y sin abstenerse, para que se empiece a colaborar con la Justicia argentina. Ya te digo yo que todo eso huele muy mal. ¿Prevaricación? Que no lo sé, pero habrá quien piense que se le parece mucho”.

“¿He dicho un ‘nido de serpientes’? Bueno, mejor será que eso no lo pongas; quítalo, porque lo único que falta es que nosotros, también nosotros, aportemos más desprestigio a la Fiscalía. Que ya está bien, porque el ambiente interno es deprimente y, conforme vas subiendo en el escalafón, más tensión y más desconcierto hasta llegar a ese nido del que te hablaba… Pero es injusto; sería injusto decirlo así por los casi 2.500 fiscales que hay en España y que, desde luego, no se merecen esta imagen que se proyecta desde arriba. Porque es ahí donde está la clave de todo lo que está pasando: la política de nombramientos en la cúpula del poder judicial ha empeorado la situación de forma exponencial en los últimos ocho o 10 años. Si tengo que señalar una fecha de inicio de ese deterioro, yo diría que es a partir del segundo Gobierno de Mariano Rajoy y, desde luego, es ahora cuando la situación ha tocado suelo, con Pedro Sánchez, que tantas veces resulta una provocación o simplemente irresponsable. A ver, no pongas esa cara, que ya sé lo que ocurría con los gobiernos de Felipe González y luego con Aznar, pero es que no me refiero tanto a que se hayan buscado unos determinados perfiles políticos para el puesto de fiscal general del Estado, como a la elección del resto de nombramientos en la cúpula. ¿Pasaba antes? Sí, pero el problema grave se da ahora porque se ha perdido calidad profesional en esos nombramientos. Esa es la diferencia fundamental, bajo mi punto de vista”.

Consuelo Madrigal