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Javier Caraballo

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Yolanda Díaz renuncia a Andalucía

No existen razones orgánicas, políticas ni estratégicas para que la nueva plataforma de la vicepresidenta segunda no comience en las elecciones andaluzas

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (REUTERS/ Juan Medina)
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (REUTERS/ Juan Medina)
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Sostiene Yolanda Díaz que a su nueva plataforma política no le da tiempo a llegar a las elecciones andaluzas, pero eso no es verdad; es una mentira piadosa que ella misma se hace para no admitir que, en realidad, Andalucía es la mayor prueba de la frustración de unidad que arrastra la izquierda. La vicepresidenta segunda del Gobierno de España ha visitado Andalucía por primera vez desde que se sienta en el Consejo de Ministros, algo que, por sí mismo, ya podría considerarse reprochable, al ser ella la ministra de Trabajo y está la comunidad con más paro, si no fuera porque las urgencias obvias de la pandemia han mutilado todas las prioridades, todas las agendas, todas las previsiones.

Foto: La vicepresidenta Yolanda Díaz, en el acto celebrado en Sevilla con UGT y CCOO. (EFE/Raúl Caro)

Se trataba de una visita institucional, por tanto, pero no era la razón que justifica que, durante su estancia, no se haya reunido con ninguna de las otras mujeres que, en la actualidad, representan a las tres fuerzas políticas en las que está dividida la izquierda andaluza que no se integra en el PSOE, desde los tonos comunistas más tenues hasta la extrema izquierda leninista. En realidad, lo que ha hecho hasta ahora Yolanda Díaz ha sido evitar cualquier contacto orgánico en Andalucía porque es consciente de la imposibilidad de cualquier acercamiento, mucho menos integración, entre los distintos sectores y partidos.

Tampoco puede sentarse en una mesa con alguno de ellos, porque con ese gesto se identificaría con uno de los bandos, que es precisamente de lo que intenta huir desde que Pablo Iglesias la incluyó en su testamento político como futura candidata electoral. No se reúne con todos, porque no puede unirlos, ni se reúne con alguna de las partes, porque no debe limitarse... La única salida es la que ha adoptado: renunciar a las elecciones andaluzas.

La confirmación de que su nueva plataforma política no se presentará en Andalucía la hizo la vicepresidenta en una entrevista matinal en Canal Sur Televisión, cuando la periodista Silvia Sanz le preguntó si pensaba estrenar su proyecto político en las elecciones andaluzas, que con toda probabilidad se celebrarán en otoño próximo, una vez que la crisis interna del Partido Popular parece haber alejado definitivamente un adelanto electoral para antes del verano. Por tanto, si el “proceso de escucha” que quiere emprender, que es como ella denomina el intento de crear un nuevo partido político que aglutine e integre a todos los demás, se inicia en las próximas semanas, en la primavera, podría tenerlo preparado para las elecciones andaluzas.

Pero no: “Es evidente que no”, dijo Yolanda Díaz en la entrevista con una sonrisa tajante. Y volvió a recitar las líneas maestras de su nueva plataforma, como ha hecho en otras ocasiones, anteponiendo siempre la salvedad de que ella misma no tiene claro que se vaya a presentar finalmente a las elecciones generales si no consigue integrar a todos los colectivos en el nuevo paraguas de izquierdas que propone. “No es una suma de siglas, sino un proyecto de mayor relieve, igualitario, feminista, moderno, ecologista…”

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/Javier Lizón)

¿Cuántas veces se ha repetido en la izquierda ese mismo objetivo, incluso con esas mismas palabras? La última vez, de hecho, fue hace tres meses, en un acto de Unidas Podemos en Córdoba al que no acudió Yolanda Díaz. También dijeron lo mismo, pero bajo las siglas de la formación morada: “Amplio, abierto, transformador, transversal y moderno”. Quizá sea esta la comunidad en la que más veces se ha frustrado el intento de unir a las fuerzas políticas a la izquierda del PSOE porque fue aquí donde inició ese proceso Julio Anguita, a mediados de la década de los 80 del siglo pasado. Primero se llamó ‘Convocatoria por Andalucía’, que integró a cuatro partidos políticos -Partido Comunista de Andalucía, Partido Comunista del Pueblo Andaluz, Partido de Acción Socialista de Andalucía, Federación Progresista- y fue el germen de la constitución en España de Izquierda Unida.

placeholder Encuentro de la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz con UGT y CCOO. (EFE /Raúl Caro)
Encuentro de la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz con UGT y CCOO. (EFE /Raúl Caro)

Los partidos se unen, algunos desaparecen, pero surgen otros, con nombres distintos, que los sustituyen, y el resultado siempre es el mismo, una izquierda dividida en tres o cuatro formaciones. El problema no es la unidad de las ideas, nunca lo ha sido, sino la de las personas, que es lo que no tiene enmienda. Sucede, además, que esa renuncia expresa de Yolanda Díaz a presentarse a las elecciones andaluzas, y experimentar aquí con su nueva plataforma, se contradice con el clamor que, a su juicio, le hacen llegar constantemente para que dé un paso adelante -“ven a Andalucía que no nos resignamos a que nos gobierne la derecha”- y con la necesidad orgánica y electoral de contar con el peso de esta comunidad para construir un nuevo partido de izquierdas -“no se puede levantar un proyecto de país sin contar con Andalucía”-.

La renuncia de Yolanda Díaz a las elecciones andaluzas es el primer resultado negativo de su “proceso de escucha” por toda España

No existen, por tanto, razones orgánicas ni políticas ni estratégicas para que la nueva plataforma de Yolanda Díaz, que es el enésimo intento de unidad que se persigue, no comience en las elecciones andaluzas, que han sido históricamente las más favorables para la izquierda; aquellas en las que siempre ha habido escaños para la izquierda andaluza que no estaba en el PSOE, a pesar de que los socialistas fueron hegemónicos y abrumadores en las urnas durante décadas. La renuncia de Yolanda Díaz a las elecciones andaluzas es el primer resultado negativo de su “proceso de escucha” por toda España. Ni siquiera necesita iniciar formalmente su tournée porque no hace falta pegar la oreja para oír las rencillas y los odios que, siempre, han malogrado los discursos fotocopiados de integración y de unidad de la izquierda. Yolanda Díaz sabe que, para su pretendida plataforma, la renuncia a Andalucía es fruto de esa impotencia.

Sostiene Yolanda Díaz que a su nueva plataforma política no le da tiempo a llegar a las elecciones andaluzas, pero eso no es verdad; es una mentira piadosa que ella misma se hace para no admitir que, en realidad, Andalucía es la mayor prueba de la frustración de unidad que arrastra la izquierda. La vicepresidenta segunda del Gobierno de España ha visitado Andalucía por primera vez desde que se sienta en el Consejo de Ministros, algo que, por sí mismo, ya podría considerarse reprochable, al ser ella la ministra de Trabajo y está la comunidad con más paro, si no fuera porque las urgencias obvias de la pandemia han mutilado todas las prioridades, todas las agendas, todas las previsiones.

Yolanda Díaz PSOE Izquierda Unida