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La UE le copia el discurso a Sánchez
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Javier Caraballo

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La UE le copia el discurso a Sánchez

Von der Leyen, cuatro veces ministra con Angela Merkel, la última vez en el Ministerio de Defensa de Alemania, ha terminado calcándole el discurso a Pedro Sánchez, el presidente de un Gobierno social comunista

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (EFE/EPA/Stephanie Lecocq)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (EFE/EPA/Stephanie Lecocq)
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¿Quién lo ha dicho? El contexto es Europa y los protagonistas son dirigentes políticos actuales. El momento es ahora, la crítica e incierta situación que estamos atravesando por el estallido de la guerra en Ucrania, tras la invasión criminal de Rusia, y la complicación de la crisis económica que ya se arrastraba desde la pandemia de coronavirus.

Con un simple ejercicio de agudeza cognitiva, se trata de acertar quiénes son los autores de dos fragmentos de discursos políticos pronunciados en menos de 24 horas. El primero: “En los tiempos en los que vivimos no puede ser que algunos obtengan unos beneficios extraordinarios y sin precedentes gracias a la guerra y a costa de los consumidores. En estos momentos, los beneficios deben compartirse y canalizarse hacia quienes más los necesitan”. Y el segundo: “Hay empresas energéticas que ahora mismo están teniendo beneficios extraordinarios. A mí eso no me parece aceptable, porque son beneficios que les vienen por la evolución del precio energético y, por ello, vamos a detraer los beneficios extraordinarios que tienen las empresas energéticas y redirigirlos a los consumidores”. ¿Quién lo ha dicho, acaso la misma persona?

La utilización en ambos fragmentos de la expresión 'beneficios extraordinarios' ya denota un sesgo ideológico importante, porque, en la situación de crisis múltiple en que nos encontramos, lo que hace el orador es identificar, entre nosotros, a alguien que se está poniendo las botas. “No puede ser”, dice el primero; “no me parece aceptable”, remarca el segundo. De ahí, la conclusión mimética de los dos discursos: los beneficios extraordinarios deben recortarse, compartirse o detraerlos para “canalizarlos hacia quienes más lo necesitan”, dice el primero, o, dicho de otra forma, “para redirigirlos a los consumidores”, que es de donde salen, como subraya el segundo. Es tan complicado encontrar diferencias entre esos dos párrafos, porque en realidad dicen lo mismo, como lo es intentar identificar en alguno de ellos una ideología, conservadora o progresista, derecha o izquierda.

Pero la realidad es que el primero de esos párrafos pertenece a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que es de derechas, y el segundo es del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, que es de izquierdas. Los dos han sido pronunciados en menos de 24 horas, entre la noche del martes (entrevista de Pedro Sánchez en TVE) y la mañana del miércoles (discurso de Von der Leyen en el Parlamento Europeo). La única diferencia estriba en que ese mismo discurso, con esas mismas expresiones, lo viene utilizando el presidente Pedro Sánchez desde hace meses, y es ahora cuando nos encontramos con la sorpresa de que la presidenta de la Comisión Europea, en una intervención tan relevante como el discurso en el debate sobre el estado de la Unión Europea, con el que se abre el curso político en Estrasburgo, utiliza exactamente la misma terminología política. Calcada.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/Juanjo Martín) Opinión

En un país tan acelerado como el nuestro, y tan dado a las trincheras, ya habrá quien, a estas alturas del artículo, habrá comenzado a sacar conclusiones dependiendo de sus intereses políticos. No es necesario precipitarse, si se admite el consejo. Contemplemos esta similitud simplemente como una curiosidad sobre la que se puede reflexionar sin dictar sentencias ni absoluciones. Contemplémoslo solo para contrastarlo con la crispación nacional. Porque la cosa, además, comenzó temprano. Quizás en el año maldito de la pandemia, cuando Pedro Sánchez empezó a defender en Bruselas, junto a otros mandatarios europeos, la necesidad de aprobar ayudas financieras extraordinarias, los entonces llamados ‘coronabonos’, y fondos de recuperación. Ahí pudo comenzar la conexión, pero fijémonos solo en este año.

La cosa empezó temprano: nada más empezar este 2022, el 25 de enero, llegó una carta a la Moncloa encabezada por un "querido presidente", "querido Pedro", en la que Von der Leyen alababa al presidente del Gobierno por el solo hecho de haber presentado un informe sobre los planes de recuperación para España con los fondos europeos. “Este informe es muy bienvenido, incluyendo el propósito de transparencia y rendición de cuentas, y lo estudiaremos con atención. Siga avanzando en otras reformas, como la del mercado laboral”, decía la presidenta europea junto a otros elogios: “importante logro”, “excelente cooperación”, “buena y productiva colaboración”.

Foto: La ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE/Chema Moya) Opinión

En marzo, en una visita a España, subió más aún el tono de la identificación. En la misma sala de prensa de la Moncloa, con Sánchez a su lado, Von der Leyen señaló España como el símbolo de Europa, tras el abatimiento que produjo el inicio de la guerra en Ucrania. “Esta es Europa en su esencia. España tiene una larga tradición de solidaridad, determinación y apuesta por la unidad de acción”. Un par de meses después, volvió a suceder. Fue en el mes de junio, cuando la Comisión Europea aprobó el segundo pago de los fondos de recuperación Next Generation: España mantiene un ritmo continuado de reformas en ámbitos políticos clave, como el mercado de trabajo y la sostenibilidad de las finanzas públicas. Así pues, ¡enhorabuena a España!”, dijo la presidenta de la Comisión Europea.

Solo a quien no ha seguido esta secuencia le puede haber sorprendido la plena identificación con el discurso de los 'beneficios extraordinarios' que se señalaba al principio. Von der Leyen, cuatro veces ministra con Angela Merkel, la última vez en el Ministerio de Defensa de Alemania, ha terminado calcándole el discurso a Pedro Sánchez, el presidente de un Gobierno social comunista, como le reprochan tantas veces en España. ¿Y cuál es, entonces, la conclusión? Ninguna que supere la evidencia de que, en ocasiones, la lógica política se impone a las ideologías. Lo contrario es la ceguera del sectario. Por lo demás, nada hace indicar que este mimetismo suponga que Pedro Sánchez vaya a remontar en las encuestas. En absoluto. El crédito que tenga el presidente socialista en Europa es lo que menos puede influir en el ánimo electoral español. Y aquí, como se ha indicado en otras ocasiones, el problema mayor de Pedro Sánchez es que una buena parte de la sociedad ya no lo soporta más (el odio a Pedro Sánchez). Diga lo que diga Von der Leyen.

¿Quién lo ha dicho? El contexto es Europa y los protagonistas son dirigentes políticos actuales. El momento es ahora, la crítica e incierta situación que estamos atravesando por el estallido de la guerra en Ucrania, tras la invasión criminal de Rusia, y la complicación de la crisis económica que ya se arrastraba desde la pandemia de coronavirus.

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