Es noticia
El PSOE no se rompe
  1. España
  2. Matacán
Javier Caraballo

Matacán

Por

El PSOE no se rompe

Quizá Sánchez sepa que puede forzar su estrategia porque el partido va a soportarlo sin fracturarse. Y no puede negarse que, en eso, al menos, no se le puede quitar la razón

Foto: Reunión del Consejo Político Federal del PSOE. (EFE/Javier Belver)
Reunión del Consejo Político Federal del PSOE. (EFE/Javier Belver)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El PSOE no se rompe, que no, porque así lo tiene demostrado en su historia y porque las siglas de ese partido soportan la disidencia interna mucho mejor que lo soportan otras. Muchas, incluso, llegan a saltar por los aires en cuanto se abre la más mínima grieta en las lealtades o en los planteamientos ideológicos. Con la misma persistente equivocación con la que muchos vienen vaticinando desde hace cuatro años que el presidente Pedro Sánchez va a adelantar las elecciones, o que su gobierno no va a soportar unido toda la legislatura; con ese mismo error de diagnóstico, desde antes incluso de que llegara a la presidencia del Gobierno, muchos están pronosticando que el Partido Socialista se va a romper.

Estos días, el rumor ha vuelto a propagarse después de que el presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán, haya hecho públicas las enormes diferencias que le separan de Pedro Sánchez, en lo político, en lo ideológico y en lo estratégico. Todos sabemos que como el presidente aragonés hay otros muchos altos cargos del PSOE, repartidos por toda España, que recelan del presidente Sánchez, que se asoman con vértigo al abismo que imaginan cada vez que el Gobierno coquetea con los independentistas catalanes y con los abertzales vascos.

Foto: El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán. (EFE/Javier Cebollada) Opinión

¿Cuánto le va a costar electoralmente al Partido Socialista esto de presentar como socios y aliados a quienes nos traicionaron a todos al declarar la independencia y a quienes aplauden y vitorean, como héroes, a los asesinos de la banda terrorista ETA cuando salen de la cárcel? No es una duda, es una inquietud severa, un temor que acongoja a muchos candidatos que se tienen que enfrentar a las urnas antes que el propio Pedro Sánchez. Es así, sí, pero todos ellos saben también que su fortaleza, presente, pasada y futura, son las siglas de ese partido centenario, el PSOE, y su sólida estructura social que, por mucho que se haya debilitado en los últimos años, es superior a la de todos los demás partidos políticos.

Por eso nadie va a romper el partido, por la experiencia acumulada para tolerar la disidencia sin romper las siglas, por grandes que sean las diferencias. No se rompió el partido en los primeros años, cuando los jóvenes socialistas españoles, prescindieron de los del exilio y los jubilaron en el congreso de Suresnes en 1974, un año antes de que se muriese el dictador. Tampoco ocurrió en los debates de la Transición, cuando Felipe González sometió al partido a una gran tensión interna cuando lo forzó a abandonar el marxismo. Tampoco cuando traicionó su compromiso antimilitarista de no entrar en la OTAN, ni cuando UGT dio un portazo por la reconversión industrial y las reformas laborales.

Nada habrá más traumático en el PSOE, así que pasen los años, que la ruptura de Felipe González y Alfonso Guerra, y tampoco entonces se rompió el partido, abierto en canal por la guerra interna que se desató. Contemplados los acontecimientos desde esa perspectiva, coincidiremos en que la actual crisis interna es menor que todas las anteriores y que, si se asemeja a algún momento del pasado, es, en todo caso, a la etapa final del nefasto presidente Rodríguez Zapatero, que dejó al PSOE completamente hundido. Es decir, lo mismo que puede ocurrir con Pedro Sánchez si, como puede presumirse, acabase doblemente frustrado, por el enorme coste electoral de sus alianzas y por la deslealtad congénita de sus socios. Por el oportunismo y las exigencias del corto plazo, Sánchez parece haber renunciado a la recuperación de un proyecto político que aspire a recuperar mayorías suficientes para gobernar en solitario. Ese puede ser su gran equivocación, pero no provocará la ruptura del PSOE en dos.

placeholder El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. (EFE/Kiko Huesca)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. (EFE/Kiko Huesca)

Para completar el análisis, lo último que podemos hacer es repasar, brevemente, lo que sí ha ocurrido y ocurre en las demás formaciones políticas. El Partido Popular, por ejemplo, aunque solo tenga cuarenta años de historia desde su fundación, demuestra en muchas ocasiones que carece completamente de la conciencia y la cultura interna de partido que existe en el PSOE. Por eso, en el PP pueden ocurrir acontecimientos que serían imposibles en el Partido Socialista: jamás en el PSOE podría darse un 'golpe de mano' como el que acabó con Pablo Casado en tres días. ¡Tres días!

También a Pedro Sánchez intentaron botarlo los barones del partido, en aquella cacicada que tan bien se ejemplificó con la frase de una enviada de Susana Díaz, "la autoridad soy yo". Pero las bases del partido se aliaron con el destituido y lo repusieron en el liderazgo. Eso nunca podría ocurrir en el Partido Popular.

Pero más allá: la principal erosión electoral a la que se enfrenta el PP está a su derecha, Vox, y ha nacido de antiguos dirigentes populares, como Alejo Vidal Cuadras, que fue quien lo fundó, y Santiago Abascal, que es el líder que lo ha llevado a su mayor éxito. Tampoco Vox está libre de rupturas internas, como demuestra la salida abrupta de uno de sus mayores referentes, Macarena Olona, que ha adelantado la posibilidad de crear en el futuro una nueva opción política que compita en la extrema derecha con Vox.

"Jamás en el PSOE podría darse un 'golpe de mano' como el que acabó con Pablo Casado"

Al otro lado de mapa político, la competencia electoral que le surge al PSOE no es fruto de escisiones internas, sino las de los partidos que compiten con él en el mismo espectro ideológico, como Izquierda Unida. De ahí procedía Pablo Iglesias cuando se decidió a formar un nuevo partido político. A la izquierda del PSOE, sí hay un partido político centenario, como el Partido Comunista, y una cultura de partido asentada, pero también lleva en sus genes la eterna división y purgas de dirigentes. Cuanto más a la izquierda se sitúa un partido, más severas son las crisis periódicas en las que se deshacen alianzas y se crean nuevas formaciones. Desde aquel Partido Comunista inicial se han desgajado decenas de partidos, plataformas y coaliciones en este casi medio siglo de democracia.

Y el proceso de división sigue adelante, como estamos viendo ahora con Podemos y la plataforma Sumar, de Yolanda Díaz, que se ha fragmentado hasta estando juntos en el Gobierno. En este caso, la comparación con el PSOE es la más elocuente para sustentar la tesis que se mantiene. Es posible, incluso, que la determinación de Pedro Sánchez de seguir adelante con su política de acuerdos con independentistas y abertzales, a pesar de las llagas internas que provoca en su partido, tenga que ver con la certeza de que el PSOE no se rompe. Quizá Sánchez sepa que puede forzar su estrategia porque el partido va a soportarlo sin fracturarse. Y no puede negarse que, en eso, al menos, no se le puede quitar la razón. Porque el PSOE no se va a romper.

El PSOE no se rompe, que no, porque así lo tiene demostrado en su historia y porque las siglas de ese partido soportan la disidencia interna mucho mejor que lo soportan otras. Muchas, incluso, llegan a saltar por los aires en cuanto se abre la más mínima grieta en las lealtades o en los planteamientos ideológicos. Con la misma persistente equivocación con la que muchos vienen vaticinando desde hace cuatro años que el presidente Pedro Sánchez va a adelantar las elecciones, o que su gobierno no va a soportar unido toda la legislatura; con ese mismo error de diagnóstico, desde antes incluso de que llegara a la presidencia del Gobierno, muchos están pronosticando que el Partido Socialista se va a romper.

PSOE Pedro Sánchez Javier Lambán
El redactor recomienda