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Sumar es un carajal
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Javier Caraballo

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Sumar es un carajal

Ya estamos descubriendo las primeras grietas de programa, posiciones encontradas, lo cual puede resultarnos hasta paradójico, habida cuenta de la habilidad demostrada por la vicepresidenta para escabullirse de muchos temas

Foto: Yolanda Díaz en un acto de precampaña. (EFE/Alejandro García)
Yolanda Díaz en un acto de precampaña. (EFE/Alejandro García)
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La definición académica de carajal parece estar pensada para las plataformas de izquierdas —las izquierdas a la izquierda del PSOE—, porque su significado doble, si lo unimos, nos retrata el "embrollo y confusión de una gran cantidad de personas". El problema histórico de esas plataformas, desde hace más de 30 años, es que la sensación que transmiten es de jaula de grillos, logran reunir a muchos colectivos, con sus respectivos líderes, que difieren entre sí sobre muchos asuntos y están sumidos en un pulso constante por el liderazgo. En cierta forma, es inevitable que sea así porque muchos de esos grupos son escisiones de escisiones de un partido o una corriente, con lo que sus líderes son antiguos compañeros o camaradas que se conocen, sobre todo, por las veces que se han intentado apuñalar. Pero, bueno, el deseo de superación y de unidad, que es la primera de las utopías, siempre permanece; el desaliento no existe. Como en esta nueva plataforma Sumar de Yolanda Díaz, en la que ya estamos descubriendo las primeras grietas de programa, posiciones encontradas, lo cual puede resultarnos hasta paradójico, habida cuenta de la habilidad demostrada por la vicepresidenta para escabullirse de muchos temas o para hilvanar una respuesta de lugares comunes que no significan nada. Es una maestra del escaqueo, pero esa cualidad no está evitando las contradicciones. Podemos fijarnos en tres asuntos fundamentales: ¿qué se piensa en Sumar sobre los referéndums de independencia en España? ¿Y de la ley del sí es sí, la instaurarían de nuevo? ¿Qué dicen del Sáhara y la soberanía de Marruecos?

Foto: El número 2 de Sumar por Madrid, el diplomático Agustín Santos Maraver. (EFE/Ángel Colmenares)

La consulta sobre la independencia de Cataluña ha sido una de las primeras fricciones, pero, sobre todo, por la intención indisimulada de Yolanda Díaz de pasar de puntillas sobre este tema. Lo que sabemos es que los aliados de Sumar en Cataluña son firmes partidarios de celebrar esa consulta de independencia, pero lo que desconocemos es si finalmente van a incluirla en el programa electoral. La cabeza de lista por Barcelona de Sumar-En Comú Podem, Aina Vidal, parece extrañarse hasta de que le hagan la pregunta, y siempre contesta con la misma certeza: "No hemos cambiado nada, no hemos abandonado nada. Cataluña debe votar su futuro y el [referéndum] irá en nuestro programa electoral". Sin embargo, en la dirección de Sumar dijeron, primero, que se trataba de "un error" de su candidata en Barcelona y, posteriormente, que el compromiso será —atención al juego de palabras— "la propuesta de una consulta para la ratificación de un acuerdo entre Cataluña y el resto de España que surja de la mesa de diálogo". Prodigioso: la propuesta de una consulta para ratificar un acuerdo pactado en la mesa de diálogo. Lo que se olvidan de decir es que, en esta cuestión, toda promesa electoral, que es legítima, debe incluir, si no quieren engañar a sus electores, que cualquier referéndum o consulta de independencia solo podrá realizarse después de modificar la Constitución, que en su artículo 2 es muy clara al respecto: la unidad de España es "indisoluble" e "indivisible". En fin, que solo queda añadir que, en lo poco que ha dicho al respecto, la líder de Sumar sí tiene registradas en el Congreso de los Diputados, en 2017, una intervención en la que se muestra partidaria del referéndum en Cataluña y hasta ofreció un plazo: "Si no es ahora, será dentro de cinco años". Aquello fue en el pleno, durante el procés independentista, y los cinco años ya han pasado…

Sobre el Sáhara, lo último que sabemos, por boca del portavoz de campaña de Sumar, Ernest Urtasun, es que el programa electoral incluirá un referéndum de autodeterminación —este, sí— para la antigua provincia española. En este asunto, además, la líder de Sumar sí cuenta con algunas declaraciones contundentes: "Marruecos es una dictadura", llegó a decir. Menos taxativa ha sido cuando le han pedido su opinión sobre cuál sería la solución concreta para este conflicto, porque, muy acorde con su verbo floreado, ha pedido en ocasiones "presión constructiva" hacia Marruecos. Su idea es que el rey Mohamed VI rectifique su acuerdo con Estados Unidos, Alemania, Francia y, finalmente, España, que le concede la plena soberanía a Marruecos y reduce las reclamaciones territoriales de los saharauis a una descentralización autonómica. Ocurre también que, como se puso de manifiesto en El Confidencial, el fichaje estrella de Yolanda Díaz, el diplomático Agustín Santos, reciente embajador de España ante Naciones Unidas en Nueva York, no está nada de acuerdo con lo de que Marruecos sea una dictadura y lo ha definido con una figura constitucional llamativa: un régimen de cosoberanía entre el rey y el pueblo. Tampoco cree en la violación sistemática de los derechos humanos, sino solo "casos individuales". De modo que, en el supuesto de que Sumar pueda gobernar y de que Agustín Santos fuese ministro de Asuntos Exteriores, ya veríamos cómo interpreta el hombre el compromiso de un referéndum de independencia.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Daniel González)

Y la ley del sí es sí… Solo el enunciado de este debate interno en Sumar lo convierte en un engrudo de difícil digestión. La plataforma integra a Podemos, máximo defensor de la ley, pero han vetado a su precursora, Irene Montero. Sabemos, además, que Yolanda Díaz votó en contra de la reforma de la ley del sí es sí, pero lo hizo por disciplina de partido con Unidas Podemos. "Soy una demócrata y, por tanto, emitiré el voto que decida el grupo parlamentario al que pertenezco, lo suelo hacer desde que estoy en la vida pública", dijo antes de la votación, y es lo que hizo. Es decir, podemos pensar que Yolanda Díaz sí estaba a favor de modificar la ley, pero que nunca lo ha dicho expresamente para no meterse en líos. Con lo cual, no podemos despejar una duda esencial, si Sumar se compromete a volver al original de la ley del sí es sí, ya que en Podemos siguen pensando que lo que se ha hecho es "volver al Código Penal de La Manada". Lo dice Ione Belarra, que va en las listas de Sumar, que se ha salvado de la quema, y habrá otros grupos de la plataforma que la apoyen, pero oficialmente no pasan de un genérico “fue un error corregir la ley”, sin precisar si quieren volver a lo que se aprobó en el Gobierno de coalición que, por etapas, también se pareció mucho a este concepto político de carajal.

La definición académica de carajal parece estar pensada para las plataformas de izquierdas —las izquierdas a la izquierda del PSOE—, porque su significado doble, si lo unimos, nos retrata el "embrollo y confusión de una gran cantidad de personas". El problema histórico de esas plataformas, desde hace más de 30 años, es que la sensación que transmiten es de jaula de grillos, logran reunir a muchos colectivos, con sus respectivos líderes, que difieren entre sí sobre muchos asuntos y están sumidos en un pulso constante por el liderazgo. En cierta forma, es inevitable que sea así porque muchos de esos grupos son escisiones de escisiones de un partido o una corriente, con lo que sus líderes son antiguos compañeros o camaradas que se conocen, sobre todo, por las veces que se han intentado apuñalar. Pero, bueno, el deseo de superación y de unidad, que es la primera de las utopías, siempre permanece; el desaliento no existe. Como en esta nueva plataforma Sumar de Yolanda Díaz, en la que ya estamos descubriendo las primeras grietas de programa, posiciones encontradas, lo cual puede resultarnos hasta paradójico, habida cuenta de la habilidad demostrada por la vicepresidenta para escabullirse de muchos temas o para hilvanar una respuesta de lugares comunes que no significan nada. Es una maestra del escaqueo, pero esa cualidad no está evitando las contradicciones. Podemos fijarnos en tres asuntos fundamentales: ¿qué se piensa en Sumar sobre los referéndums de independencia en España? ¿Y de la ley del sí es sí, la instaurarían de nuevo? ¿Qué dicen del Sáhara y la soberanía de Marruecos?

Yolanda Díaz Irene Montero Ione Belarra
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