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De las falsedades del truco 'indepe'
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Javier Caraballo

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De las falsedades del truco 'indepe'

En esta serie esperpéntica, en el último capítulo de la temporada, 'La Jaula', el guion tenía guardada una gran sorpresa

Foto: Acto de Junts para recibir en España a Puigdemont. (Europa Press/David Zorrakin)
Acto de Junts para recibir en España a Puigdemont. (Europa Press/David Zorrakin)
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Otra vez ha vuelto a suceder, con la ingenuidad de un ágrafo o el descaro de un farsante profesional, se ha repetido en discursos, crónicas y notas de prensa que en Cataluña ha tomado posesión "el president número 133 de la Generalitat". ¿Perdón? ¿Cómo que ha habido más de cien presidentes si la autonomía catalana, sumando la democracia y la república, no alcanza ni un siglo de existencia?

Pues esa es la cuestión, que el catalanismo nacionalista, y más aún el independentismo, se sustentan sobre invenciones insostenibles que presentan ante la sociedad como un trampantojo, un artificio mil veces repetidos con la lógica de la propaganda goebbeliana. De modo que, por obligación, cada vez que suceda debemos aprovechar para sacarles los colores de su ridiculez. En la barra del bar, en la sobremesa de la familia, camino del tajo o en la ronda de cervezas de los colegas universitarios. Sin crispación, solo eso: mira, pues resulta que todo eso es falso. Son las falsedades más repetidas del truco indepe. Vamos a detenernos en algunas, vinculadas a esta investidura de Salvador Illa.

No, no es verdad que la Generalitat de Catalunya tenga 133 presidentes. La trola es tan enorme que, si se compara, no con España, sino con las democracias más antiguas del mundo, resulta que Cataluña tiene más del doble de presidentes que Estados Unidos y que sus instituciones son cuatrocientos años más antiguas que las del Reino Unido. Evidentemente, todo es mentira porque según esa versión, que se sigue repitiendo en multitud de crónicas y discursos, el primer presidente de la Generalitat de Cataluña fue el venerable obispo de Gerona, Berenguer de Cruïlles, en el año del Señor de 1359. No nos extenderemos mucho en lo sabido, pero la Diputación del General o Generalitat era una 'agencia de recaudación de impuestos' del monarca, integrada por representantes de los distintos estamentos sociales de la Edad Media. No había presidente, como tal, y si el obispo de Girona figuraba a la cabeza de los doce integrantes de aquel organismo recaudador, era por simple orden jerárquico.

En el siglo XX, durante la II República, nadie se acordaba en Cataluña de la existencia de una institución medieval cuando se comenzó a hablar, por primera vez, de autonomía. El autonomismo en España es un movimiento político que comienza a tomar forma institucional en la II República, no solo en Cataluña y en el País Vasco, que son las regiones donde los nacionalismos de finales del XIX han encontrado un mayor arraigo social, sino también en otras como Galicia (Organización Republicana Gallega Autónoma, de 1929) o Andalucía (Constitución de Antequera de 1883 y Asamblea de Ronda de 1918).

"A Artur Mas lo habrá podido ver todo el mundo como figurante del coro con sombreros de paja que utilizó Puigdemont para fugarse"

Cuando se empiezan a redactar los primeros estatutos es un diputado socialista andaluz, Fernando de los Ríos, un gran erudito, el que propone que la autonomía de Cataluña recupere el nombre de aquella institución medieval, Generalitat, y la propuesta es celebrada y aceptada por todos. La llegada de la democracia, tras la dictadura de Franco, supone la recuperación de todo lo que se había truncado con la Guerra Civil, con el agravante de que el nacionalismo/independentismo aprovecha para sumar inventos y privilegios en cada momento de libertad, progreso y estabilidad institucional. Es una ideología con un gen de egoísmo y deslealtad que ni ellos ocultan. Y de mendacidad.

El primero al que se le ocurre contarse como presidente a partir del obispo de Gerona es Artur Mas en diciembre de 2010. En la web 'Historiadors de Catalunya', profesionales catalanes que tienen la osadía de refutar con datos las trolas independentistas, se dice: "La misión de este listado era demostrar el derecho del presidente catalán a ejercer su poder en Cataluña gracias a su herencia histórica a través de su entronque con la Edad Media. El primero en estrenarla fue el presidente Mas, quien se nombró orgulloso 129 presidente de la Generalitat. Y lo utilizó como argumento para afirmar que la legitimidad de la Generalitat provenía de la Edad Media y no de la Constitución Española de 1978".

Foto: El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. (Europa Press/Jorge Peteiro)

A Artur Mas habrá podido verlo todo el mundo hace unos días, porque formaba parte como figurante del coro de sombras, con gorras y sombreros de paja, que le sirvió a Puigdemont para fugarse de nuevo. Precisamente, este mismo Artur Mas ha sido testigo de otras dos grandes falsedades indepes, estas contemporáneas, que utiliza el independentismo en defensa de sus privilegios, desde ahora, con el respaldo de los socialistas catalanes.

La primera es que el procés se puso en marcha en 2012 por la protesta ciudadana que se despertó tras la sentencia del Tribunal Constitucional, cuando eliminó un puñado de artículos del Estatuto de Autonomía. La realidad es que la sociedad catalana ni se inmutó por aquella sentencia. Después de publicada la sentencia, en junio de 2010, se celebraron en España dos procesos electorales en 2011, municipales y autonómicas en mayo y generales en noviembre, en las que el Partido Popular arrasó, con Mariano Rajoy a la cabeza. En el Congreso sacó una mayoría absoluta (189 diputados), todavía mayor que la que había sacado Aznar diez años antes. En Cataluña las elecciones se celebraron cuatro meses después de la sentencia del Constitucional y el debate no fue el recorte del Estatut sino el desastre del Gobierno tripartito del PSC, con Montilla de presidente, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya. Ganó ampliamente Artur Mas, lo que suponía el regreso a la Generalitat del nacionalismo hegemónico de Jordi Pujol, y su oferta electoral más destacada era la de un pacto fiscal, similar al concierto vasco y navarro. Ni el PP, ni el PSOE, ni el PSC, respaldaban esa propuesta, con lo que no salió adelante.

"Mas ya no quiere conciertos, ahora es independentista y le ha dado tiempo de inventarse otra rebelión"

Quince años después es el PSOE el que defiende ese pacto fiscal, porque se lo ha exigido Esquerra para hacer presidente a Salvador Illa, y Artur Mas ya no quiere conciertos, porque se ha hecho independentista y les ha dado tiempo de inventarse otra rebelión nueva de Cataluña por "la mutilación" del Estatuto.

En fin… Que así vamos, como la serie de un esperpento político. En el último capítulo, el guion tenía guardada una gran sorpresa, como suele suceder al final de cada temporada. 'La Jaula', se llamaba el episodio, de un impacto mundial. La repercusión de una noticia se mide con los memes que provoca. Ni audiencias ni estudios de medios, si al teléfono móvil de cada uno de nosotros comienza a llegar una cantidad ingente de memes, es que algo importante ha sucedido en España.

¿Cuántos ha recibido usted desde que supimos que Puigdemont había vuelto a fugarse? Pues eso.

Lo he visto con la cara de Houdini y saliendo de la chistera de un mago, como un conejito blanco. Me lo han enviado mientras se escabullía de los implacables Hernández y Fernández, los agentes de la policía secreta de las aventuras de Tintín, y también lo he visto con la camiseta del Betis, sirviendo copas en el bar de Sevilla en el que Uma Thurman quiso divertir a Quentin Tarantino y se disfrazó de Virgen dolorosa. Pasarán los días, las semanas y los años y de la memoria colectiva no se borrará nunca este ridículo de época. Pero lo importante es que muchos se enteren de qué igual de ridículas son esas falsedades que se repiten como si fueran verdades de curso legal.

Otra vez ha vuelto a suceder, con la ingenuidad de un ágrafo o el descaro de un farsante profesional, se ha repetido en discursos, crónicas y notas de prensa que en Cataluña ha tomado posesión "el president número 133 de la Generalitat". ¿Perdón? ¿Cómo que ha habido más de cien presidentes si la autonomía catalana, sumando la democracia y la república, no alcanza ni un siglo de existencia?

Carles Puigdemont Artur Mas
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