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Javier Caraballo

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ETA, Canal Sur y la miseria de algunos

Sonroja e indigna que un 'lobby' de trabajadores, activistas nostálgicos, se oponga a que una televisión pública recuerde el pasando sanguinario del terrorismo vasco

Foto: Henri Parot, terrorista de ETA.
Henri Parot, terrorista de ETA.
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Este que sigue es un ejemplo doble de miseria profesional y politización de las televisiones públicas. Hablamos de Canal Sur y de algo que ha sucedido esta semana, la crítica insólita del llamado 'Consejo Profesional de la RTVA' contra un reportaje sobre ETA, en el 35 aniversario de la desarticulación del comando más sanguinario de la banda terrorista.

Cuando en ese Consejo Profesional se enteraron de que la cadena quería recordar la atrocidad de ETA, pensaron que tenían que pararlo, de la forma que fuera; elevar una protesta pública, aun sin conocer el contenido del reportaje que se iba a emitir. Es tal el absurdo de esos lobbies políticos de trabajadores y sindicatos en algunas televisiones públicas, singularmente en cadenas como Canal Sur después de tres décadas de hegemonía socialista en la comunidad; tan disparatado llega a ser todo, que el motivo de repulsa que han encontrado para oponerse al reportaje es que piensan que "no tiene interés informativo".

Eso es extraordinario, porque estamos hablando de uno de los acontecimientos más notables de la lucha antiterrorista en España, la detención de un asesino sanguinario, Henri Parot, y el cambio exponencial que supuso su captura en la persecución de esas alimañas. Pero es que, además, la detención del etarra evitó una enorme masacre en Sevilla porque el tal Parot viajaba hacia la capital andaluza con una carga explosiva de 300 kilos de amonal, pero fue sorprendido en un control rutinario de carretera de la Guardia Civil. Tras un tiroteo con los agentes, lograron detenerlo.

Pues bien, para el lobby de nostálgicos de Canal Sur, activistas, antes que periodistas de un pasado socialista en el que blindaron sus privilegios, hacer un reportaje sobre ese suceso es una simple efeméride sin valor periodístico. "Las efemérides son habituales en nuestro programa, pero esta, en concreto, está descontextualizada y carece de interés informativo. Se pretende conmemorar algo que, en realidad, no sucedió", dicen en un comunicado del citado Consejo Profesional.

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Hay que tener mucho desahogo para insultar de esa forma a los agentes de la Guardia Civil que se jugaron la vida en el tiroteo con aquel terrorista y reducirlo todo a "algo que no sucedió", como si no hubiera existido nunca, sin valorar siquiera la enorme importancia histórica que tiene haber evitado una tragedia. Por eso se hablaba antes del ejemplo doble de miseria profesional y política. Profesionalmente, hay poco que discutir. Si los periodistas de ese Consejo Profesional de Canal Sur piensan que carece de interés informativo que, por primera vez, conceda una entrevista el guardia civil que interrogó a Henri Parot tras su detención, y que ofrezca detalles reveladores de lo que supuso la desarticulación del comando terrorista resbaladizo de ETA; si piensan que todo eso “carece de interés informativo”, en fin, que persistan en su lobby que les seguirá yendo mejor que ejerciendo de periodistas. Pero eso no les exime del segundo aspecto miserable de este disparate: el interés político para dejar de hablar de la banda terrorista ETA. Deben ser de esos que piensan que la normalización del País Vasco consiste en el olvido y en que los asesinos vayan volviendo a sus pueblos, recibidos como héroes, a medida que vayan saliendo de la cárcel. Y como quiera que los herederos de la banda terrorista, Bildu, se han convertido en un socio estable del Gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, pues lo mejor es no mencionar el pasado sangriento de ETA para no incomodarlos. La miseria política consiste en pensar que el recuerdo de la detención de Henri Parot, el 2 de abril de 1990, puede beneficiar al Partido Popular y, por eso, hay que suprimirlo de Canal Sur. Ese es el subconsciente manipulador que ha traicionado a ese lobby.

Digan lo que digan, existió una mañana de hace 35 años en la que ETA quiso convertir Sevilla en un charco de sangre. Sucedió y el reportaje, que recomendamos, se puede consultar en la plataforma de la televisión pública andaluza para que cada cual se haga con una opinión propia sobre el interés informativo, o no, de realizar un reportaje como este.

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Personalmente, además de considerar el interés periodístico, mantengo férreamente que ninguna normalización se puede construir sobre el olvido y que ninguna reparación se alcanza con la burla y el desprecio de los asesinos sobre las familias de las víctimas de ETA. Que pidan perdón, que nunca lo ha hecho ni lo van a hacer, ya es una cuestión distinta, porque no depende de nosotros, pero sí está en nosotros el recordarlos siempre como los criminales que fueron y en la exigencia de que cumplan el máximo legal de cárcel al que hayan sido condenados.

En el caso de Henri Parot, fue condenado en una treintena de sentencias, con una pena de 4.800 años de cárcel, y tiene previsto salir de la cárcel en 2029. Cuando lo detuvieron, la principal sorpresa fue comprobar que, por fin, habían localizado a uno de los comandos más escurridizos de ETA, el 'comando Argala' o 'comando itinerante', del que Parot era el jefe y estaba integrado exclusivamente por ciudadanos franceses. Cruzaban los Pirineos para ejecutar los atentados en España y después volvían al territorio francés, donde llevaban una vida aparentemente normal.

La detención de Parot, además de evitar en Sevilla una masacre, simétrica a los atentados salvajes que, previamente, había realizado ETA en la casa cuartel de Zaragoza y en el Hipercor de Barcelona, consiguió una mayor implicación del Gobierno francés en la lucha antiterrorista. El guardia civil Arturo Espejo, el capitán que interrogó a Parot y que ahora, por primera vez, ha contado lo que vivió aquel día, asegura en el reportaje de Canal Sur que el terrorista francés "relataba con una cantidad de detalles cada uno de los crímenes que había cometido… No dudaba, en absoluto, no se contradecía y siempre con el máximo detalle. Pero sin mostrar ningún arrepentimiento, emocionalmente se le veía frío, absolutamente frío". En estos años que han pasado, cada vez que hemos visto la cara de Parot conservaba la misma escalofriante indiferencia. No hacen falta más argumentos para que, de forma paralela, aprovechemos cada ocasión que se presenta para recordar las decenas de vidas que segó, de familias y de esperanzas que destrozó ese desecho humano.

Este que sigue es un ejemplo doble de miseria profesional y politización de las televisiones públicas. Hablamos de Canal Sur y de algo que ha sucedido esta semana, la crítica insólita del llamado 'Consejo Profesional de la RTVA' contra un reportaje sobre ETA, en el 35 aniversario de la desarticulación del comando más sanguinario de la banda terrorista.

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