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Matacán
Por
Beatriz Corredor, palabra por palabra
Ya falta menos para que se señale al culpable ideal, un multimillonario, responsable del apagón: ¡Amancio Ortega, dimisión!
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Beatriz Corredor tiene un gran sentido del humor. Habrá quien piense que lo de la presidenta de Red Eléctrica es desahogo o cinismo, pero también en esos supuestos habrá que reconocerle que dice las cosas con gracia. Se parece mucho, ella y su mentor Pedro Sánchez, a aquel electricista de Cádiz que se embarcó en un buque por el placer de darse una vuelta por el Mediterráneo sin pagar ni un céntimo. Por supuesto, que se trataba de uno de esos tipos que logran pasar por la vida sin oficio ni beneficio, siempre asistidos por la desenvoltura de su jeta.
El Beni de Cádiz contaba que se embarcó y, en plena alta mar, el buque se quedó a oscuras. Lo llamaron para que lo solucionara y el tipo, resuelto, sacó de su caja de herramientas los alicates y un destornillador. Trasteó unos minutos, cable arriba, cable abajo, y sin que le temblase ni una pestaña, se volvió hacia el capitán del barco con gesto serio: "No puedo hacer nada, la avería es de la calle".
En el apagón del lunes pasado, todas las explicaciones que se han dado y, sobre todo, la estrategia exculpatoria que se viene construyendo desde el primer instante, están en ese mismo ámbito de descaro de desfachatez. Cuando Beatriz Corredor era ministra de Vivienda, con el lobista Zapatero de presidente del Gobierno, dijo en una entrevista de prensa que "casi todos los ministros somos personas sin hogar". Así, con toda tranquilidad, para darnos pena a todos de las muchas horas que estaba fuera de casa sin poder ver a su familia, aunque la pregunta que le hicieron en El Mundo era que si le parecía bien que un compañero suyo se hubiera gastado 250.000 euros de dinero público para reformar el piso en el que vivía. O que ella misma viviera en una casa de tres plantas, con 70 metros cuadrados por planta.
Eso fue en 2008 y faltaban aún dos años para que Zapatero desmantelara el Ministerio de Vivienda, tras sucesivos años de fracasos estructurales y empeoramiento del problema de la vivienda en España, producto de una política ficticia que se limitaba a la propaganda mitinera. Como Beatriz Corredor conocía a Pedro Sánchez de una etapa anterior, al cabo de los años pudo volver otra vez a la 'dureza' de una vida sin hogar, pero con un sueldo de 546.000 euros al año. Este último detalle es fundamental para que nos podamos asombrar sobre el desdoblamiento de personalidad, público/privada, al que estamos asistiendo en esta crisis, la crisis del apagón.
Si Corredor ha tardado tres días en hacer declaraciones es porque habrá ajustado al milímetro su discurso con el del presidente
Si observamos las declaraciones del presidente del Gobierno, nos daremos cuenta de que hay tres palabras, o conceptos, que repite desde el principio y que son claves en su estrategia de huida de la crisis: "operadores privados", "pesquisas" y "exigir responsabilidades". Se trata de una obra de ingeniería cínica de gran envergadura, porque el objetivo es trasladar a otros la responsabilidad exclusiva que tiene el Gobierno en la estabilidad del sistema eléctrico en España. Si Beatriz Corredor ha tardado tres días en hacer declaraciones, ha sido porque, previamente, habrá ajustado al milímetro su discurso con el del presidente del Gobierno. Palabra por palabra.
Por ejemplo, su propia existencia como presidenta de Red Eléctrica. Dice la señora: "Nosotros somos una empresa privada". Claro, y esa será la razón por la que la eligieron a ella, que es registradora de la propiedad, porque en el sector todo el mundo la reconocía como una gran experta en sistemas eléctricos… No, claro que no. Es verdad que Red Eléctrica tiene un 80 por ciento de accionistas privados, pero la directriz la establece el Gobierno de la nación. Por esa razón, Beatriz Corredor es la presidenta, porque es socialista y amiga de Pedro Sánchez. Y por esa razón, dimitió del cargo su predecesor, Jordi Sevilla, también exministro socialista, porque no aceptó las imposiciones y presiones que llegaban desde el Gobierno.
Jordi Sevilla no tardó ni 24 horas en señalar las razones: el "mesianismo renovable" del Gobierno de Pedro Sánchez
En enero de 2020, Jordi Sevilla dio un portazo y, antes de largarse, le entregó una carta a cada uno de los consejeros y accionistas de la sociedad. Para que supieran que se iba porque no estaba de acuerdo con el Gobierno de Pedro Sánchez ni con lo que Teresa Ribera quería hacer con Red Eléctrica: "Las razones [de la dimisión] tienen que ver con restricciones externas sobrevenidas y discrepancias en el ámbito regulatorio que podrían afectar a la buena marcha de la compañía, a sus planes de futuro y a mi gestión como presidente".
En cuanto se produjo el apagón, Jordi Sevilla no tardó ni 24 horas en reaccionar porque había sucedido lo que él mismo, y tantos otros, habían advertido que podía suceder por el "mesianismo renovable" del Gobierno de Pedro Sánchez. Pero como la estrategia de huida es exculpatoria, Beatriz Corredor va y dice que la responsabilidad del apagón no puede afectarle porque "nosotros no generamos electricidad ni tenemos ninguna posibilidad de elegir el mix".
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Esto también es muy heavy… La propia página web de la compañía dice: "Transportamos la energía eléctrica desde los puntos de generación hasta la red de distribución. Garantizamos un suministro de electricidad continuo, seguro y con altos niveles de calidad en todo momento y en todo el territorio nacional. Por todo esto, Red Eléctrica es la columna vertebral del sistema eléctrico en España y también del proceso de transición ecológica en el que está inmerso el país". Así, por tanto, están las cosas. Que nadie espere del Gobierno de Pedro Sánchez otra cosa que el autoelogio ("la reposición del sistema fue ejemplar, fue una proeza", que es otra de las consignas del momento) y que, progresivamente, se vaya estrechando el cerco sobre algún ‘cabeza de turco’.
Por eso, se ha elegido un término policial para la investigación de lo sucedido, "las pesquisas", y por lo mismo se enfatiza en que el Gobierno será contundente en la exigencia de responsabilidades. Ya falta menos, en fin, para que desde el Gobierno, a través de algunos de sus replicantes, señalen al culpable ideal, un multimillonario que sea accionista de Red Eléctrica, como el dueño de Inditex, Amancio Ortega, que también posee acciones de la red eléctrica portuguesa. Solo tiene un 5 por ciento, pero es suficiente para hacerlo responsable del apagón: ¡Amancio Ortega, dimisión!
Beatriz Corredor tiene un gran sentido del humor. Habrá quien piense que lo de la presidenta de Red Eléctrica es desahogo o cinismo, pero también en esos supuestos habrá que reconocerle que dice las cosas con gracia. Se parece mucho, ella y su mentor Pedro Sánchez, a aquel electricista de Cádiz que se embarcó en un buque por el placer de darse una vuelta por el Mediterráneo sin pagar ni un céntimo. Por supuesto, que se trataba de uno de esos tipos que logran pasar por la vida sin oficio ni beneficio, siempre asistidos por la desenvoltura de su jeta.