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Matacán
Por
Tragedia de Pedro el bueno y el malvado Cerdán
El guion de esta farsa ha estado protagonizado por los actores habituales: ministros, replicantes y los periódicos que ya le han servido para otros escándalos, como el del fiscal general
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Presentación, nudo y desenlace. Como en la tragedia griega, el presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha diseñado un guion en tres actos para poder resistir la tormenta de corrupción que, desde hace un año, ya sabía que se le venía encima. A medida que el tiempo nos vaya ofreciendo una mayor perspectiva de lo ocurrido esta semana, comprobaremos que la síntesis final es la voladura controlada de la corrupción sanchista. Y se parece tanto al esquema clásico de la tragedia griega que el desenlace ha incluido, como veremos, la dramatización teatral del ‘héroe’ de esa farsa, caracterizado por sus asesores como si fuese a actuar en el anfiteatro de Mérida. ‘Tragedia de Pedro el bueno y el malvado Cerdán’.
Con esa frase memorable, cinismo amarillo de bilis, pronunciada entre hipidos de llanto: "Esto no va de mí". Hay que ser un desahogado de antología para decir eso cuando eres el secretario general que ha nombrado dos secretarios de organización consecutivos que acaban acusados de corrupción. Cinismo amarillo de bilis. En fin… Antes de todo eso, remontémonos a la primera duda que surge, ahora que conocemos el final de la obra: ¿desde cuándo sabe el presidente Sánchez que Santos Cerdán estaba siendo investigado por la Guardia Civil, ante los indicios sólidos que existían de estar pillado por corrupción? Este sería el primer acto.
La tesis mayor que siempre se sostiene aquí, en todos los casos de corrupción política de esta naturaleza, es que no es posible pensar que en las organizaciones políticas, ni en los gobiernos, el cobro de comisiones es un acto aislado, sino un modelo de organización. Los líderes de los partidos saben que existe y que son los tesoreros o los secretarios de organización —o los dos a la vez— quienes se encargan de ejecutarlo para garantizar la financiación ilegal del partido y las prebendas a repartir. Los líderes se mantienen al margen, siempre, y jamás se implican, ni directa ni indirectamente, en esas suciedades. Esa realidad ha existido y existe en la política española. Cuando alguien, como Sánchez ahora, dice eso de "tolerancia cero con la corrupción" está incurriendo en la mayor falsedad.
Existe, por tanto, un conocimiento tácito de la existencia de esas redes de financiación ilegal de los partidos políticos y, en el caso concreto de Santos Cerdán, nos encontramos con una denuncia pública, de la que todo el mundo ha sido testigo. Eso es lo que ya no se puede disimular, que haya una denuncia pública y, en vez de investigarla internamente, se haya intentado tapar con ataques desaforados, virulentos, contra quienes la formulaban. La impostura constatable de Pedro Sánchez en el escándalo de Santos Cerdán empieza a contar a partir de que, el 21 de noviembre del año pasado, el comisionista Víctor de Aldama declara ante la Audiencia Nacional y detalla una comisión de 15.000 euros al secretario de organización del PSOE.
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Si fuera verdad el mantra de ‘tolerancia cero’ y la "contundencia ante la corrupción", lo menos que podría esperarse es una investigación interna para comprobar qué hay de cierto en aquello que ya han oído un fiscal y un juez. Pero no, lo que hizo Sánchez fue ordenar una batería de insultos contra Aldama y de elogios a favor de Cerdán. Comienza el segundo acto.
Días más tarde de la declaración de Aldama, en el fin de semana del 29 de noviembre al 1 de diciembre, se celebró en Sevilla el Congreso federal del PSOE en el que el líder socialista reafirmó a Santos Cerdán como secretario de organización. Además, debemos presumir que le encargó un discurso duro, demoledor, contra el Poder Judicial y los medios de comunicación. En medio de una atronadora ovación, Cerdán dijo ser víctima de "una cacería humana" organizada por "la industria del odio en televisión, los periódicos digitales, la prensa de toda la vida y también en sede judicial, sí, también en sede judicial".
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Esa es la estrategia que se mantiene y que, meses más tarde, se acentúa cuando El Confidencial publica, el 3 de marzo de este 2025, la primera información precisa de lo que iba a ocurrir: "La UCO halla mensajes de Cerdán sobre Obra Pública en un dispositivo encriptado de Koldo". A partir de esa primera noticia, siguen apareciendo nuevos detalles del informe de la Guardia Civil, pero la estrategia del líder socialista, amplificada siempre por ministros, voceros y replicantes, se mantiene intacta.
Lo único que cambia es que, a finales de abril, el presidente Pedro Sánchez decide retirarse de la escena. Desaparece, quizá con una nueva versión de aquel espectáculo suyo de la ‘dimisión virtual’, cuando se conocieron los conflictos de su esposa, Begoña Gómez. El 19 de mayo, este periódico da un paso más y detalla que las grabaciones de Koldo vinculan a Cerdán con obras concretas de Acciona. Todos vuelven a arroparle, "cacería a una persona honesta", y el interesado comete la grotesca torpeza de registrar el mismo día una batería de preguntas para aparentar que todo se debía a su interés como diputado. Onda Cero lo descubrió y desveló.
El tercer y último acto comienza justo cuando, hace una semana, trascienden detalles más precisos del informe. El miércoles pasado es cuando el líder Pedro Sánchez prepara el acto final. Por cómo se sucedieron los acontecimientos ese día, podemos apostar a que la estrategia que se utilizó desde la Moncloa para dejar caer al secretario de organización fue la misma que, en otras ocasiones, se ha usado para cargar contra el Partido Popular. Como la filtración del fraude fiscal del novio de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por ejemplo.
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A última hora de la tarde del miércoles, los medios de comunicación que sirven de correa de transmisión a Pedro Sánchez (la SER, el País y el Diario.es) replicaron la misma información con idéntico titular: ‘Santos Cerdán, a un paso de ser imputado por el Supremo’. Junto a ello, el jueves por la mañana, empezó a circular el informe completo de la UCO sobre Cerdán, 490 páginas, por los teléfonos móviles de toda España. Qué curioso. Que recuerde, es la primera vez que ocurre algo así y, por esa razón, no debe ser casual. Era, por tanto, el momento de la última escena, una convocatoria de rueda de prensa para que Pedro Sánchez compareciera, como una doncella encantada que se despierta de una larga noche de 44 días, y se encuentra con la bruja mala.
El dramaturgo Ernesto Caballero, que dirigió hace unos años el Centro Dramático Nacional, es quien mejor lo ha explicado en sus redes sociales al analizar la comparecencia de Pedro Sánchez desde su óptica de director de escena: "El maquillaje de ‘demacración’ del presidente es propio de farsas expresionistas, incluida el Esperpento. El traje holgado, para producir el efecto de desvalimiento, es habitual en todo tipo de géneros teatrales. La afectación en la voz, que trata de construir un personaje vulnerable con el propósito de provocar identificación emocional, es un recurso característico del drama romántico.
La victimización y autocompasión del protagonista remite, a su vez, al melodrama del XIX. El gesto sobrio y contenido introduce un contraste que recuerda al naturalismo psicológico, donde la tensión se acumula en los matices más que en la grandilocuencia. La panelería en rojo potencia el artificio de la puesta en escena, como si todo ocurriera en un espacio teatral deliberadamente iluminado, para subrayar el contraste entre fragilidad y espectáculo". Nada más que aportar. Se baja el telón.
Presentación, nudo y desenlace. Como en la tragedia griega, el presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha diseñado un guion en tres actos para poder resistir la tormenta de corrupción que, desde hace un año, ya sabía que se le venía encima. A medida que el tiempo nos vaya ofreciendo una mayor perspectiva de lo ocurrido esta semana, comprobaremos que la síntesis final es la voladura controlada de la corrupción sanchista. Y se parece tanto al esquema clásico de la tragedia griega que el desenlace ha incluido, como veremos, la dramatización teatral del ‘héroe’ de esa farsa, caracterizado por sus asesores como si fuese a actuar en el anfiteatro de Mérida. ‘Tragedia de Pedro el bueno y el malvado Cerdán’.