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La otra refundación: Ayuso se encumbra como lideresa nacional en Sevilla
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Pilar Gómez

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La otra refundación: Ayuso se encumbra como lideresa nacional en Sevilla

Todos los presidentes del PP han tenido su alter ego. Feijóo fue el de Casado y el gallego tendrá a la baronesa madrileña. Los votos en las urnas serán una vez más los que manden

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Javier Lizón)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Javier Lizón)
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El PP arranca hoy una nueva etapa con caras no tan nuevas y los mismos problemas. Es cierto que Feijóo cuenta por ahora con el respeto de su tropa. Tiene una autoridad que siempre se le resistió a Casado. Son los pecados de juventud y los recelos propios de los cambios de generación. Se viven en todos los ámbitos, también en el periodismo. El discurso más difícil es sin duda el que pronunciará el presidente saliente. Debe medir para que nadie en el auditorio se levante o le increpe a lo Will Smith. Casado siempre podrá esgrimir aquello de que “el amor te lleva a hacer locuras”. Las hizo y en cierto modo por la ceguera que provoca el enamoramiento. Ya se le ha caído la venda de los ojos, incluso con los más íntimos.

Los partidos son máquinas de ajustar cuentas. Los grandes protagonistas de Sevilla son los mismos del congreso que encumbró a Casado, pero ahora el reparto de papeles ha cambiado. Feijóo asistió al cónclave de 2018 en plena guerra de los que hoy se han etiquetado como “los suyos”. El gallego nunca encajó la preferencia de Rajoy por Soraya Sáenz de Santamaría. Él apoyó a Casado como líder del futuro. Quizá desde la premonición de que a veces no hay nada más allá de hoy. Hace apenas cuatro años los marianistas paseaban cabizbajos. Los “niñatos” les habían doblado el pulso no por méritos propios, sino por odios ajenos. El que pasará a la historia como el presidente del PP más joven fue coronado por los votos heredados de una derrotada María Dolores de Cospedal y un dolido Feijóo. El tópico dice que en España se vota en contra de alguien, no a favor de. En el PP ocurrió eso y ahora están en esto. El barón que en la actualidad goza de más poder y predicamento, Juanma Moreno, en aquel mes de julio estaba llamado a ser ejecutado por Teodoro García Egea que era todavía un embrión de secretario general.

La que no había nacido políticamente era Isabel Díaz Ayuso. Su intervención es de las más esperadas y algunos incluso se aventuran de las más temidas. Nunca deja a nadie indiferente. Algunos en el partido confiesan en privado la tentación de telefonear a Miguel Ángel Rodríguez para emplazarle a la “moderación”. Una sola palabra con doble interpretación de la baronesa virará la agenda mediática. Casado fue su mentor y lo ha devorado. Feijóo ha sido su justiciero y está por ver cómo acabará. El gallego no debe menospreciar como lo hizo su antecesor a los 'ayusers'. Son un ejército de leales que la aplauden sin complejo. Emocionalmente, para muchos votantes del PP ella es la lideresa natural. La aplauden por la calle y en los mítines, como reconoce un veterano, “es la única levanta a la parroquia de los asientos”.

Los acontecimientos dependen de lo que digan las urnas. Castilla y León sepultó a Casado. Las andaluzas, con adelanto o sin él, serán la primera prueba de fuego de Feijóo. Luego vendrán las municipales y autonómicas y después las generales o al revés. Su perfil de hombre de estado juega a favor ante un Sánchez que está desguanzado el Estado. Casado siempre tuvo detrás la sombra del que debió ser y no fue. Feijóo lleva ya cosida a sus talones la de Ayuso. Si a la primera no logra llegar a la Moncloa, tendrá 61 años y cuatro por delante como líder de la oposición. Génova se convertirá entonces en Siberia.

Foto: Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Comunidad de Madrid)

Por el contrario, Ayuso arrasará en sus comicios si la investigación sobre los contratos de su hermano no trunca las expectativas. Salvo novedades, en lo judicial no tiene mucho que temer más allá del espectáculo que está dando la Fiscalía de Dolores Delgado que corre el riesgo de sufrir el desprestigio del CIS de Tezanos. Ayuso tiene el calendario a favor para ser mucho más. Es joven, mujer y sin complejos a la hora de pactar con Vox. Quédese con una anécdota. El 23-F, cuando los barones viajaron a Madrid para poner fin a la etapa Casado, en la puerta de la sede, un grupo de militantes agitaban sus banderas del PP y de España. En algunas el eslogan era: 'Feijóo no, Ayuso sí'. El ave de Sevilla pasa por Madrid.

Posdata: El antídoto lo tiene Rajoy. Escuchen.

El PP arranca hoy una nueva etapa con caras no tan nuevas y los mismos problemas. Es cierto que Feijóo cuenta por ahora con el respeto de su tropa. Tiene una autoridad que siempre se le resistió a Casado. Son los pecados de juventud y los recelos propios de los cambios de generación. Se viven en todos los ámbitos, también en el periodismo. El discurso más difícil es sin duda el que pronunciará el presidente saliente. Debe medir para que nadie en el auditorio se levante o le increpe a lo Will Smith. Casado siempre podrá esgrimir aquello de que “el amor te lleva a hacer locuras”. Las hizo y en cierto modo por la ceguera que provoca el enamoramiento. Ya se le ha caído la venda de los ojos, incluso con los más íntimos.

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