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A Almeida solo le queda un escándalo para la moción de censura
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Pilar Gómez

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A Almeida solo le queda un escándalo para la moción de censura

Villacís siempre rehuyó los cantos de sirena del PSOE, pero ahora el tiempo aprieta. Ayuso mantendrá perfil propio en la era Feijóo. Lobato avisa a Ferraz de que no quiere baloncestistas

Foto: Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
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El alcalde Almeida está a un escándalo de la moción de censura. En el PP existe ya esta convicción. Muchos son los que reconocen en el ambiente de la política madrileña tics que se vieron en Murcia o Castilla y León en las semanas previas al intento de expulsar al PP del poder. Los socialistas siempre han mantenido en pie la oferta a Ciudadanos. Begoña Villacís ha antepuesto la estabilidad (y su futuro) a los cantos de sirena socialistas. Pese a que su relación con Almeida es más cordial de cara a la galería que en la intimidad, ella siempre ha apostado por mantener el tándem reivindicando gestión y protagonismo. Ahora empieza a ser más difícil disimular las crisis.

El primer golpe vino con la presunta trama de espionaje en el Ayuntamiento de Madrid a familiares de Ayuso que destapó El Confidencial. Villacís exigió explicaciones, se abrió una comisión y otra cosa. Con el bochorno del pago de comisiones millonarias a Luis Medina y su amigo por la compra de material en la pandemia, con llamada al primo del alcalde mediante, está por ver como escampa. No hay ningún miembro del Consistorio imputado y Almeida no es de los “cuñadistas”. Villacís lo sabe y el PSOE también. Los socialistas afean a la vicealcaldesa que no se decida. Ella necesita una coartada para justificar el golpe. En la política de hoy lo importante es el relato. La primera bala a Almeida fue fuego amigo, la segunda se la atribuyen a Dolores Delgado y su gusto por hacer favores a su partido de cabecera. La tercera y mortal está por ver.

En la Puerta del Sol el ánimo es totalmente diferente. Ayuso está con los preparativos de su deseado congreso. Suena a que será un bodorrio. “Ha costado tanto casarla…”, que dirían nuestras abuelas o mejor la madre de 'Los Bridgerton' que se sobrepone al machismo con más glamour. La presidenta de la Comunidad de Madrid no tiene el papel que quería en la Génova de Feijóo, pero ni falta que le hace. Ella sigue con su agenda paralela: agenda en Europa, actos en el País Vasco o declaraciones repudiando los pactos con Sánchez mientras hacía de anfitrión de Feijóo. La baronesa es así y arrasa. Es un hecho incontestable. También lo es que el de Orense es gallego, pero no tonto. Quizás está sea la explicación de por qué la cuota madrileña es Pedro Rollán tan preparado como alejado del “ayusismo”.

placeholder Isabel Díaz Ayuso junto a Enrique López
Isabel Díaz Ayuso junto a Enrique López

En el Consejo de Gobierno no ha habido por ahora caza de brujas. El titular de Presidencia, Enrique López, sigue vivo pese a que su nombre se llegó a publicar como sucesor de Ayuso en plena guerra con Casado. A López su gestión le avala y aporta mucho más de lo que resta. Queda por ver si finalmente mantendrá posiciones en Génova para llevar los asuntos judiciales. Se conoce al dedillo los ambientes y es el padre de los pactos 'interruptus' para renovar el Consejo del Poder Judicial. Otro de los etiquetados como 'casadistas', el consejero de Transportes, David Pérez, también sigue en su cargo. Más allá de familias, es un pata negra del PP de Madrid. Ha estado con todos y en todo. Controla el partido como nadie. Ayuso debe aplicarse lo de sumar. Por ahora lo ha hecho. En unos meses estará haciendo las listas. La que está ya recogiendo el despacho es la que en su día fue mejor amiga de la presidenta. La todavía secretaria general del PP de Madrid, Ana Camins. Lo que el PSOE le hizo al que fuera líder del PSM, Tomás Gómez, cambiando la cerradura del despacho se va a quedar corto. Camins ha vivido en primera persona los momentos álgidos del fratricidio Casado-Ayuso. Miguel Ángel Rodríguez la tenía entre las “elegidas” desde el primer día. Nunca congeniaron.

Hay otros consejeros que siempre están en las quinielas para todo. Ellos aseguran que nunca lo piden. Es el caso del responsable de la cartera de Economía, Javier Fernández Lasquetty. Su nombre sonó para candidato a la alcaldía de Madrid. Cuando Casado buscaba afines entre el 'aznarismo'. Eran otros tiempos en los que el exlíder del PP era el hijo favorito del expresidente Aznar. Los que en esos tiempos le sondearon aseguran que, al hacedor de la mayor bajada de impuestos en la Comunidad de Madrid, le sonaba bien eso de trabajar en Cibeles. Seguro que son todo intoxicaciones, pero según están las cosas en el Ayuntamiento no está de más sacar a relucir nombres. Por cierto, me cuentan trabajadores de la Consejería de Economía que en pleno pico del precio de la luz se les aconsejó no acudir a trabajar por la tarde. Es mejor que gasten en casa.

Foto: Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Juanjo Martín)

En el PSOE están por hacer. No tienen ni luchas internas. El líder Juan Lobato le pone ganas, pero no parece que los tiempos le acompañen. La moción de censura en Madrid es el reto más apasionante que le puede deparar el calendario. Con las elecciones a la vuelta de la esquina aún no tienen candidato a la Alcaldía. Lobato ya ha expresado a Ferraz que no quiere más paracaidistas o baloncestistas o cualquiera que acabe en “istas”. Le gusta la delegada del Gobierno, Mercedes González Fernández. Tiene buen ojo, pero no es probable que Sánchez apueste por un cartel con tan poco tirón electoral (desde el respeto) porque sería reconocer que la conquista de Madrid es un imposible. La enfermedad crónica que padece Podemos tampoco ayuda a las expectativas socialistas. Tras Pablo Iglesias no crece la hierba. Los sondeos dicen que los morados pueden hasta quedarse sin grupo. Es la hora de sentarse a hablar con la líder natural, Mónica García. Ella escuchará.

El alcalde Almeida está a un escándalo de la moción de censura. En el PP existe ya esta convicción. Muchos son los que reconocen en el ambiente de la política madrileña tics que se vieron en Murcia o Castilla y León en las semanas previas al intento de expulsar al PP del poder. Los socialistas siempre han mantenido en pie la oferta a Ciudadanos. Begoña Villacís ha antepuesto la estabilidad (y su futuro) a los cantos de sirena socialistas. Pese a que su relación con Almeida es más cordial de cara a la galería que en la intimidad, ella siempre ha apostado por mantener el tándem reivindicando gestión y protagonismo. Ahora empieza a ser más difícil disimular las crisis.

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