Maten al mensajero
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Lobato es un 'ayuser' encubierto: ¿qué le gusta al líder del PSOE en Madrid de Ayuso?
El socialista reniega de restaurar impuestos como el de patrimonio o herencias, en contra de lo que promulga Moncloa. Busca su sitio frente a Mónica García y el camino está en el centro
Feijóo ha presentado el plan del PP para bajar el IRPF a las rentas más bajas y ayudar a las familias a hacer frente al alza de precios a causa de la escalada de la inflación. En el Gobierno de Sánchez ya le han saltado a la yugular con el mantra de que la derecha quiere acabar con el Estado de bienestar. En Galicia no parece que lo estén pasando peor que en Extremadura o Baleares, gobernadas por el PSOE. Si nos fijamos en la Comunidad de Madrid, donde se ha aprobado una rebaja de tasas sin precedentes, tampoco los servicios sociales son peores que en el resto de España. La sanidad es un referente y se ha visto en la pandemia. Eso sí, hay que pagar mejor a los sanitarios y contratar más. Urge arreglar el problema de las listas de espera para operaciones que clínicamente pueden resultar menores pero que para el enfermo son determinantes para su calidad de vida.
Cuando se habla de política fiscal siempre surge el eterno debate de sí bajar o subir impuestos es de izquierdas o de derechas. El planteamiento debería ser qué es mejor para los ciudadanos. En esto debe haber caído el secretario general del PSOE en Madrid, Juan Lobato, que reniega del abolicionismo de las normas que eliminan el impuesto de Patrimonio y Sucesiones. El socialista apuesta por hacer retoques, pero ha entendido que es suicida llevar en un programa electoral cuestiones que repelen a los madrileños. Ya lo intentó el bueno de Gabilondo en campaña cuando planteó bajar impuestos y en Moncloa le llamaron al orden. Lobato sabe que es difícil competir con Ayuso, imposible es más correcto, pero sí está a su alcance mejorar el resultado del PSOE en las próximas elecciones. Hay que recordar que hace un año anotaron la peor marca de su historia. Tampoco hará bandera de medidas contra los tenedores de viviendas. Su postura es que hay favorecer que los saquen al mercado de alquiler, pero sin criminalizar. En resumen, un joven que cree en el socialismo de antes.
Como estrategia electoral es acertada. El ala izquierda ya está ocupada por Mónica García. Es posible que incluso acabe en coalición con los restos de Podemos. Si la izquierda se presenta fragmentada sus opciones merman y según los sondeos ya están bastante escuálidas. Iglesias dejó el partido, en general, hecho un solar y en Madrid, en particular, lo arrasó. Lobato entiende que debe representar una alternativa más centrista, pero todo dependerá del margen que le dé Ferraz. A Gabilondo le quitaron el Gabilondo y así les fue. El PSOE debe darse prisa si quiere que la delegada del Gobierno en Madrid sea su candidata. Ambos necesitan rodaje. La campaña de las mascarillas no da para ganar al PP e incluso el todos contra Almeida puede ser un boomerang.
Almeida sigue pasando como puede su calvario. Es un desgaste al que no se acostumbra. En su equipo siguen convencidos de que no habrá implicaciones judiciales. En lo político, perfil bajo. El congreso del PP de Madrid no es para Almeida. El alcalde pasará de puntillas y Ayuso tendrá todo el terreno libre para crear su equipo. La cita está fijada para el 21 y 22 de mayo. Ese mismo fin de semana Feijóo encumbra a su sucesor en Galicia. Ya se sabe que las agendas las carga el diablo. La lideresa será aclamada por las masas que gritaban contra Casado en Génova. Algunos en el PP ven a Almeida cara de achicharrado, pero salvo susto en los juzgados, Feijóo no intervendrá. El gallego tiene sus tentáculos en Madrid con hombres como Manuel Cobo o Pedro Rollán. El vicealcalde de Gallardón está retirado, pero conoce cada rincón del PP madrileño. El segundo está en Génova como cuota, aunque no se sabe de quién.
¿Y en Vox? Bien, gracias. Rocío Monasterio tiene la difícil tarea de hacer oposición desde el apoyo. Su liderazgo en el partido se ha visto eclipsado por la potencia de Macarena Olona que ha ocupado el hueco en la política nacional. La líder de Vox es consciente de que tiene que relanzar su imagen y ya está trabajando en ello. Detrás de una gran mujer siempre suele haber otra (aunque no la veamos).
Feijóo ha presentado el plan del PP para bajar el IRPF a las rentas más bajas y ayudar a las familias a hacer frente al alza de precios a causa de la escalada de la inflación. En el Gobierno de Sánchez ya le han saltado a la yugular con el mantra de que la derecha quiere acabar con el Estado de bienestar. En Galicia no parece que lo estén pasando peor que en Extremadura o Baleares, gobernadas por el PSOE. Si nos fijamos en la Comunidad de Madrid, donde se ha aprobado una rebaja de tasas sin precedentes, tampoco los servicios sociales son peores que en el resto de España. La sanidad es un referente y se ha visto en la pandemia. Eso sí, hay que pagar mejor a los sanitarios y contratar más. Urge arreglar el problema de las listas de espera para operaciones que clínicamente pueden resultar menores pero que para el enfermo son determinantes para su calidad de vida.