¿Una coalición PP-Ciudadanos en el Ayuntamiento para salvar a Villacís?

El 19 de junio se vota en Andalucía, pero habrá réplicas en todo el territorio nacional. Cada partido tiene algo que jugarse. El ocaso de Sánchez, el liderazgo de Feijóo, el auge de Vox y la supervivencia de Ciudadanos. La formación naranja está en proceso de extinción y si en el bastión andaluz no resiste hay quiénes ponen en duda que incluso Inés Arrimadas aguante. En Madrid también se mira de reojo a San Telmo. ¿Qué hará Begoña Villacís si Ciudadanos se desintegra? Mucho se especula con que acabe en las filas del PP, aunque ella siempre lo ha negado. En la Comunidad Valenciana se lleva meses negociando una vía de entendimiento entre Cs y el PP de cara a las próximas municipales y autonómicas que podría aplicarse en las listas del Ayuntamiento de Madrid. Arrimadas se ha reunido en varias ocasiones con el presidente del PP valenciano, Carlos Mazón. La formación naranja quiere una alianza electoral a la vasca, pero el PP ofrece incorporar dirigentes de Ciudadanos en su lista. No hay acuerdo aún, pero sí buena voluntad porque la alianza en la Diputación de Alicante ha funcionado.

En el Ayuntamiento de Madrid también hay una buena relación entre los socios. Villacís y Almeida han tenido altibajos y etapas en las que su trato personal era muy mejorable. La lealtad de la vicealcaldesa en el caso de las mascarillas ha afianzado la pareja política, pero en breve Villacís tendrá que decidir si se arriesga a concurrir a los comicios de 2023 atada a una marca en retroceso. Los más pesimistas dudan incluso de que si hay descalabro en Andalucía haya incluso siglas. En los diferentes territorios, incluido Madrid, los teléfonos de dirigentes del PP suenan sin parar con ofrecimientos de cargos de Cs para sumarse a sus filas. La estampida es inevitable y Arrimadas tiene poco control sobre sus filas. ¿Tendrá Almeida que buscar una salida a Villacís?

El ala izquierda también tiene acento andaluz. El espectáculo para cerrar una coalición entre Podemos y sus satélites deja en evidencia que el cainismo sigue siendo marca de la casa. Mónica García es la líder de la oposición sin ninguna discusión. Sus cara a cara en la Asamblea con la presidenta Ayuso ya son esperados. Se tienen tomada la medida y aunque el tono a veces deja bastante que desear al votante “callejero” de un lado y de otro parece gustarle. Ante esta posición de fuerza la “médico y madre” tendrá toda la autoridad para aglutinar o no en torno a ella el proyecto de izquierdas. Lo inteligente sería sumar porque la división siempre perjudica. La Asamblea es un ejemplo de lo mucho que tienen que decir aún en política las mujeres. Lo siento por 'Lobater', el líder del PSOE, pero la contienda electoral va a ser femenina.

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En sus carnes lo ha experimentado Ángel Carromero, una de las víctimas del “divide y vencerás” que puso en marcha la Puerta del Sol para ajusticiar a quiénes querían derrocar a su presidenta. El único dimitido por el presunto espionaje desde el Ayuntamiento de Madrid a familiares de Ayuso podría convertirse en verdugo. La comisión de investigación está en su recta final y se rumorea que Carromero quiere declarar después de que lo haga el alcalde. Almeida no teme que pueda destapar ninguna irregularidad porque según insisten desde su equipo “no hay nada”, pero sí que en su relato se ponga en evidencia conversaciones que hagan que se tambalee la paz firmada con Ayuso. Ya se sabe eso de que nadie aguanta que se desvele una conversación privada. El ex coordinador de la Alcaldía está muy enfadado con el que consideraba “su amigo” y pese a que son muchos los que le han aconsejado rebajar el tono puede hacer cualquier cosa. Carromero era el enlace de Almeida con la Génova de Casado. Le era útil para estar al tanto de lo que se cocía en la sala de máquinas del ex secretario general, Teodoro García Egea. La incógnita es cuán al tanto estaba Almeida.