Ascenso de la "baronesa negra": arranca la segunda temporada del PP

La política tiene sus códigos y uno de los más elementales es que todo líder tiene su "barón negro". Feijóo lo sabe bien. Aguirre lo fue de Rajoy y Feijóo de Casado. Sin llegar a los extremos (o sí) de la serie francesa en la que su protagonista Philippe Rickwaert está dispuesto a todo por llegar al poder. La ejecución de Casado hace palidecer la trama. Algún día alguien, quizás el afectado, escriba un libro sobre esa semana trágica en la que nadie era quién parecía (o sí). El gallego tiene a Ayuso. Desde este fin de semana, "lady", como la llaman algunos de sus homólogos en otras "nacionalidades" de España, se erige no solo en la todopoderosa presidenta del PP de Madrid, sino en la alternativa de facto a Feijóo.

En cada resbalón que dé el presidente del PP, la mirada del partido, los militantes y el votante se colocará en la "baronesa" en búsqueda de un referente. La primera prueba ha sido la polémica de la "plurinacionalidad", a raíz de unas desafortunadas declaraciones del Elías Bendodo. Feijóo salió inmediatamente a rectificarle, pero a quién querían escuchar era a Ayuso. ¿Qué dice la presidenta? Y ella no defrauda porque tiene claro que España es una nación. Sin más. Su liderazgo es innato, MAR mediante. Feijóo no lo podrá frenar y tampoco lo intentará (o sí). A diferencia de Casado, su juego es otro. Aquí los años en primera línea política son un grado y el gen de Galicia también. Él se elevará sobre Ayuso y utilizará su tirón para llegar a La Moncloa. Si no lo consigue será ella quien cabalgue sobre su cadáver.

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Pilar Gómez

Pero ahora el PP está en otra pantalla (o no). En la unidad, los abrazos y la mutua admiración. Ayuso tiene que recomponer su imagen tras matar al padre. En el Congreso lo remató. Casado fue el único presidente del PP que no apareció en el vídeo inaugural. El gesto no gustó en la dirección, pero ya digo que no es momento de abrir melones (o sí). Ayuso se siente fuerte y legitimada para hacer lo que le plazca. Le han dejado manos libres para moldear su propio PP. Almeida ha asumido su papel de comparsa a sabiendas de que su lealtad a "Isa" está a prueba de WhatsApp. Los que guarda un ex colaborador que por ahora prefiere callar (o no). El alcalde era un abogado del Estado metido a política y ahora es un político que habla como un abogado del Estado. Todavía tiene margen porque es buena gente.

En el Partido Popular hay otro aspirante y es el que le gusta a Feijóo como delfín

En la serie francesa por primera vez una mujer llega al Eliseo. Lo hace catapultada por su mentor, al que no duda en traicionar. Sí, la realidad supera siempre a la ficción, de hecho, la mayoría de las veces la ficción recrea la realidad. La coarta para hacer cualquier cosa por el poder es la pugna por mantener las esencias del partido: qué si hay que ser más de izquierdas, o más europeísta, o más de centro… Hay espionaje y relaciones familiares comprometidas. Incluso hermanos. Amélie Dorendeu, la protagonista, ha crecido políticamente en un mundo de hombres y es fuerte, valiente y decidida. Ayuso también. Solo hay que esperar. Feijóo lo hizo y su momento llegó. No lo precipitó (o sí).

La baronesa tiene a su favor los tiempos. No debe tener prisa porque si Feijóo gobierna, sus aspiraciones seguirán intactas. Más pronto que tarde (o no) una mujer tendrá que ser presidenta del Gobierno. Los hombres lo torpedearán porque entre ellos se protegen incluso de manera inconsciente (o no). En el PP hay otro aspirante y es el que gusta más a Feijóo como delfín. Los presidentes, además de barón, tienen sucesor. El que ellos eligen con la convicción de que nunca les suceda y siempre pensando a ocho años vista. Aznar tuvo su Rato y Rajoy su Soraya. El delfín, a diferencia del barón, vive a la sombra del líder (o no) incluso se mimetiza. La segunda temporada del PP empieza hoy.