La mayoría absoluta de Ayuso pasa por volver a teñir de azul el sur en 2023

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, puso un listón muy alto a su baronesa: ganar las autonómicas madrileñas de 2023 con mayoría absoluta. El desafío no es fácil, pero si hay algún líder autonómico en el PP capaz de pasar al olimpo es Isabel Díaz Ayuso. Hasta ahora la fuerza está en su carisma. Posee un don para conectar con los votantes, que como los gobiernos en solitario está reservado a unos pocos. Desde el pasado fin de semana tiene el control total, “sin tutelas, ni tus tías” del partido y eso es un arma de doble filo. Lo explica bien un veterano dirigente del PP que afirma: “Con Feijóo tengo más miedo que con Teo”. El gallego ha trasmitido a los líderes autonómicos que ellos son los que elegirán a los candidatos municipales. No habrá interferencias ni se colocará al cabeza de lista minutos antes de su presentación, como ocurrió en algún caso con el anterior equipo, en el que hubo algún cargó que cruzó la puerta para ser designado y acabo aplaudiendo a su sustituto entre el público.

Ayuso tendrá manos libres y luego tocará rendir cuentas de los resultados. Ella y todos. Aquí reside el cambio. Eres dueño de tus victorias y de tus derrotas. En la Comunidad de Madrid hay mucho trabajo por hacer. Ahora todos son 'ayusistas', pero lo cierto es que los alcaldes con mando no lo eran hasta antes de ayer. La tarea es coser al partido y saber elegir a los mejores. El secretario general, Alfonso Serrano, lleva el peso de todo. Su puesto requiere dedicación absoluta. En la Asamblea se le echará de menos porque hay unanimidad en que es un “conciliador” nato que siempre busca lo que une frente a lo que separa. Por cierto, en la bancada popular también están en pleno proceso de travestismo. El día que Génova anunció un expediente a la presidenta y cuándo muchos de los que hoy la aplauden la daban por muerta, solo sus “doce apóstoles” se quedaron a arroparla después del pleno. Los partidos tienen estas cosas y Pablo Casado lo sabe muy bien. Lo peor siempre es el fuego amigo.

Por eso es importante rodearse de fieles competentes. En política casi siempre es un oxímoron, pero cuándo se da es perfecto. En el caso de Alfonso Serrano funcionará. A su vez, él debe buscar también perfiles ganadores o con capacidad de movilizar a los suyos. Lo fundamental es buscar nombres pegados al municipio. Evitar hacerse un Macarena Olona en Salobreña. El PP en Madrid tiene gente que en cada pleno de su Ayuntamiento se deja la vida. Algunos con más literalidad que otros. Es el caso de la presidenta y portavoz popular en Móstoles, Mirina Cortés. A la también diputada le ha tocado pelear con la alumna aventajada de Pedro Sánchez.

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N. Costas

La alcaldesa, Noelia Posse, ha ido de escándalo en escándalo, pero cuenta con la protección de La Moncloa. No en vano es íntima de Iván García Yustos, exconcejal del PSOE en Móstoles, y actual director del Departamento de Asuntos Institucionales del Gobierno. Ya se sabe que quien tiene un amigo tiene un tesoro y aquí se cumple a rajatabla atendiendo al historial de la alcaldesa que acumula un promedio de 1,5 polémicas por año. En el PSOE nadie se ha planteado, ni osa a hacerlo, cuestionar la idoneidad de su permanencia en el cargo o incluso de que sea la futura candidata. Ha habido denuncias por malversación, enchufe a familiares, pactos con tránsfugas de Ciudadanos, se ha cesado al interventor por no atender instrucciones políticas…

Los socialistas dirán que la juez desestimó el caso por el que ella y su Gobierno fueron imputados. No les falta razón, pero sí autoridad moral. Fueron justos con su alcaldesa y la mantuvieron hasta que la justicia se pronunció. No han tenido esa deferencia ni con Ayuso ni con el alcalde Martínez Almeida. El líder del PSOE madrileño, Juan Lobato, o 'Lobater”' ha exigido dimisiones y responsabilidades políticas a los dirigentes del PP sin que mediase acusación judicial contra ninguno de ellos. El sur será fundamental para que Ayuso pueda lograr una mayoría absoluta y el partido debe apoyar a los valientes que como Mirina pasean por las calles de su municipio y son insultados por el mero hecho de ser del PP. El “cinturón rojo” se tiñó de azul en la etapa de Aguirre y los vecinos descubrieron otra forma de hacer política con más pragmatismo y menos sectarismo. Ayuso tiene que volcarse en el sur. La mayoría está al alcance.