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El "método del árbol" o cómo Sánchez pudo espiar a Aragonès
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Pilar Gómez

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El "método del árbol" o cómo Sánchez pudo espiar a Aragonès

¿Quién intervino el teléfono del líder de ERC en enero de 2020? ¿Aprovechó Moncloa que estaba intervenido para conocer datos que ayudasen a pactar la investidura?

Foto: El presidente de la Generalitat y Sánchez tienen pendiente una reunión. (EFE/Q. G.)
El presidente de la Generalitat y Sánchez tienen pendiente una reunión. (EFE/Q. G.)
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Entre los espías existe el conocido "método del árbol". La metáfora esconde una forma de actuar que en estos tiempos nos obligaría a llevarnos las manos, por lo menos, a la cabeza. Cuando se detecta que un sujeto puede suponer una amenaza para el Estado, se solicita al juez autorización para intervenir sus comunicaciones. Con el plácet del Supremo se infecta con Pegasus, lo que en el argot de inteligencia llamarían "el tronco". Una vez que tienes acceso a las conversaciones del personaje principal de la trama, se empieza a escuchar a las "ramas", que son todos los actores que giran en torno al protagonista y que permiten al CNI completar el marco. Para acceder a la intimidad de las "ramas" no se vuelve a pedir al juez que autorice cada una de las intervenciones. Esto es un secreto, pero no olviden que estamos hablando no de policías o guardias civiles, sino de espías. Se imaginan a 007 rellenando formularios para capturar al "doctor No".

El "método del árbol" podría explicar por qué hay un desfase entre los dieciocho líderes soberanistas, incluido Pere Aragonès, que la exdirectora del CNI acreditó habían sido "pinchados" acorde a la legalidad y los más de sesenta que registra el informe de los expertos en ciberseguridad de Citizen Lab de los que los servicios secretos se desentienden. El presidente de la Generalitat sería "el tronco" y el resto "las ramas". Nunca lo sabremos porque las cosas de los espías deben ser secretas para preservar la integridad del Estado. Es el Gobierno el que tiene obligación de conocerlas y el que las conoce. No son diligencias judiciales, no se pueden utilizar como pruebas, son información que recopilan los gobiernos para trazar sus líneas de actuación, para detectar a los enemigos.

Foto: La exdirectora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Paz Esteban. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El 'procés' fue una amenaza real para la integridad de España. No porque se estuviera persiguiendo una ideología, que no era el caso, sino porque se pusieron en riesgo la seguridad y la integridad de los ciudadanos cuando el movimiento derivó en la violencia de los CDR. En aquellos días el Gobierno temió que pudiera llegar a haber muertos en los enfrentamientos entre los agentes de policía y los encapuchados. Se cortaron vías y se amenazaron infraestructuras clave para el Estado. Es lícito buscar quién movía los hilos. Era otoño de 2019. Las fechas coinciden con el análisis del teléfono de Aragonés que desveló que estaba contaminado con Pegasus. En los informes que en la Comisión de Secretos Oficiales se enseñaron a los grupos políticos se acredita el quién, el cuándo, el cómo y el porqué de los seguimientos. El CNI actuó acorde a legalidad.

¿Pero quién escuchaba el móvil del presidente de la Generalitat en enero de 2020? ¿Por qué Paz Esteban no llevó al Congreso esos documentos? Sánchez aseguró en su comparecencia que los independentistas podrían haber sido espiados, como le sucedió a él y a sus ministros, por agentes extranjeros. Algo no cuadra. Al presidente y sus ministros de Defensa e Interior se les robaron datos en la primavera de 2020 en plena crisis con Marruecos. No veo yo a Mohamed VI interesado en con quién y de qué hablaba Aragonès en enero. Les doy una pista. En esas fechas, Sánchez estaba negociando su investidura y necesitaba los apoyos de ERC. Fueron unas Navidades de alta tensión porque sin los republicanos no podría seguir en la Moncloa.

¿Quién escuchó a Aragonés en los días de la investidura? Eso es lo que debemos saber

¿Facilitaría en algo al presidente conocer de primera mano las intenciones de sus socios necesarios? ¿Jugó con ventaja el Gobierno? Seguramente sí, pero esto no entra dentro de la política de transparencia de Félix Bolaños. No es tan descabellado pensar que aprovechando que las comunicaciones del líder de ERC estaban intervenidas, el presidente tuviese acceso a información privilegiada que le facilitaría su negociación con los independentistas para sacar adelante los apoyos necesarios. Los informes llegan a su despacho. Si el juez autorizó la utilización de Pegasus en noviembre, por ejemplo, en enero todavía estaba vigente o incluso se pudo prorrogar o incluso se pudo hacer sin orden judicial por aquello del "tronco" y las "ramas". Esto es lo que nunca sabremos y sí deberíamos saber, porque esto sí es uso político del CNI. No es el organismo el que funciona mal o comete errores, es el Gobierno el qué debe velar por el buen uso. Lo dice la ley que regula el CNI y Sánchez lo sabe, pero no lo puede contar. Es un secreto.

Entre los espías existe el conocido "método del árbol". La metáfora esconde una forma de actuar que en estos tiempos nos obligaría a llevarnos las manos, por lo menos, a la cabeza. Cuando se detecta que un sujeto puede suponer una amenaza para el Estado, se solicita al juez autorización para intervenir sus comunicaciones. Con el plácet del Supremo se infecta con Pegasus, lo que en el argot de inteligencia llamarían "el tronco". Una vez que tienes acceso a las conversaciones del personaje principal de la trama, se empieza a escuchar a las "ramas", que son todos los actores que giran en torno al protagonista y que permiten al CNI completar el marco. Para acceder a la intimidad de las "ramas" no se vuelve a pedir al juez que autorice cada una de las intervenciones. Esto es un secreto, pero no olviden que estamos hablando no de policías o guardias civiles, sino de espías. Se imaginan a 007 rellenando formularios para capturar al "doctor No".

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