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Macarena Olona ya ha perdido
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Pilar Gómez

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Macarena Olona ya ha perdido

Se resistió hasta el último minuto a ser candidata y aún no ha dejado su escaño en el Congreso. Por ahora, no suma más que la marca y Juanma no la hará vicepresidenta

Foto: Olona junto a Abascal en un mitin en Jaén. (EFE/José Manuel Pedrosa)
Olona junto a Abascal en un mitin en Jaén. (EFE/José Manuel Pedrosa)
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Macarena Olona se resistió hasta el último momento. Tenía dudas sobre su salto a Andalucía y parece que su intuición no le fallaba. Era la diputada estrella. Las malas lenguas cuentan que fueron los celos de Espinosa de los Monteros los que aconsejaron su traslado al sur. Olona no dejaba a nadie indiferente en la sesión de control al Gobierno. Era el azote dialéctico, pero también en los tribunales. Su preparación jurídica ha hecho que Vox se anote varios tantos en el Supremo contra Sánchez que el PP no supo aprovechar.

Las encuestas le son favorables, pero no tanto. La candidata, llamada a romper las expectativas, duplicará los escaños del partido de ultraderecha en el Parlamento andaluz. Si se cumplen los sondeos será un buen resultado, aunque no el esperado. La candidata no suma más que la marca. El desconocido Juan García-Gallardo, hoy vicepresidente de Castilla y León, ya rompió ese techo. Olona está llamada a una misión superior, a mirarse de tú a tú con Juanma Moreno. Si la campaña no lo remedia, y parece que no, habrá perdido incluso superando la veintena de diputados.

En su equipo hay nervios. Se ha visto con la cancelación de actos. Ella, por si la jugada no sale bien, no ha abandonado su escaño en el Congreso. Como comentan en el hemiciclo lo está dejando "en diferido". Se está haciendo un Edmundo. Como el candidato de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid se guarda la baza de volverse a Madrid. Lo negará hasta el final. Su única jugada es hacerse con la vicepresidencia. Abascal ya ha advertido que no va de órdago y que si el PP necesita uno solo de sus votos pedirá sillones. Para Juanma esto no es negociable.

Juanma y Olona son incompatibles. No aguantarían un 'First dates'

Más allá de que otra alianza con la ultraderecha sería letal para el proyecto de Feijóo, una vicepresidenta con su personalidad es inasumible. Si hay que repetir las elecciones se hará, aunque no es lo que persigue el PP. Génova dejará manga ancha a su barón favorito. En la izquierda jalean que Juanma está disimulando y que acabará en los brazos de Vox, pero Olona hace imposible esta pareja. Si fueran a 'First Dates', nunca tendrían una segunda cita. Aventuro que ella se levantaría de la mesa. Tiene carácter.

Está tirando de su genio como se ha visto en los debates. Juanma no entra al cara a cara. Sabe que sería un error como lo fue la polémica por el empadronamiento de Salobreña. Se crece en la adversidad, aunque ahora parece más pequeña que cuando paseaba con su traje de gitana en la Feria o bailaba en cueros al son de La Macarena. Hubo un tiempo donde se dijo que el "efecto Olona" movilizaría a la izquierda. Pues ni eso parece. En el PSOE hay caras de funeral. Ningún sondeo lleva buenas nuevas a Ferraz. Los 33 escaños de la proscrita Susana Díaz son hoy una quimera.

Foto: Macarena Olona, a su llegada a la sede regional de RTVE para participar en el debate. (EFE/José Manuel Vidal)

Vox está mordiendo en los feudos socialistas. El voto del campo está en pie de guerra. El discurso antiinmigración funciona. Sobre los mares de plástico el discurso fácil de Olona surfea bien. Le gusta decir eso de que las mujeres y los homosexuales no pueden pasear tranquilos por culpa de los musulmanes que viven ilegalmente en España. La tragedia de los que cada día se dejan la vida en una patera para llegar a la costa de Granada le es ajena. Es lo que tiene no vivir en Salobreña.

Los politólogos teorizan sobre que buena parte del voto indignado que en su día se fue a Podemos hoy está en Vox. Hay muchas coincidencias en los extremos. Por ejemplo, ambos partidos son los menos votados por las mujeres. Quizás sea la intuición femenina la que nos lleva a detectar el machismo imperante en el "heteropatriarcado" de Iglesias. Las Irene Montero no nos representan y las Olona tampoco. Esto también resta a la candidata verde. No conecta con sus iguales. Queda una semana para la noche electoral y este artículo puede acabar siendo un cúmulo de desatinos. Los andaluces deciden.

Macarena Olona se resistió hasta el último momento. Tenía dudas sobre su salto a Andalucía y parece que su intuición no le fallaba. Era la diputada estrella. Las malas lenguas cuentan que fueron los celos de Espinosa de los Monteros los que aconsejaron su traslado al sur. Olona no dejaba a nadie indiferente en la sesión de control al Gobierno. Era el azote dialéctico, pero también en los tribunales. Su preparación jurídica ha hecho que Vox se anote varios tantos en el Supremo contra Sánchez que el PP no supo aprovechar.

Susana Díaz Parlamento de Andalucía Partido Popular (PP)