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El PP se lo debe a Ortega Lara y Miguel Ángel Blanco
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Pilar Gómez

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El PP se lo debe a Ortega Lara y Miguel Ángel Blanco

Con la llegada de Feijóo, algunos de esa generación que despertó tras el asesinato de Gregorio Ordóñez, como Iñaki Oyarzabal, han recuperado poder

Foto: Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Miguel Toña)
Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Miguel Toña)
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Es prioritario que los populares construyan un proyecto ilusionante que combata el nacionalismo y deslegitime el terrorismo. No podemos permitir que reescriban aquel 13 de julio de 1997. Van a cumplirse veinticinco años, pero seguro que usted recuerda perfectamente dónde estaba aquel día. Yo sí. Acababa de terminar mi primer curso de periodismo y, ese día, comía con unas amigas. Había risas, planes de verano, pero también inquietud. Como toda España, estábamos pendientes del secuestro de Miguel Ángel Blanco. El chico rubio de ojos tristes era en esos momentos de angustia un poco familia de todos. Años después, por mi trabajo, conocí a su hermana, Marimar Blanco. La hermana de verdad, la que junto con sus padres sintió aquella tarde que les arrebataban la vida. Su mirada es serena como su alma. No hay tristeza.

Los dos tiros en la nuca que disparó el etarra "Txapote" al concejal del PP removieron las tripas de la sociedad y despertaron algunas conciencias políticas. El precio fue altísimo. Las calles se llenaron de manos blancas contra los capuchones negros. El silencio del miedo se rompió al grito de "¡Basta ya!", también por primera vez en el País Vasco. En una de esas concentraciones, un grupo de seis ertzaintzas protagonizó un gesto inédito. Ante los manifestantes y entre gritos de "asesinos" se quitaron el casco, mostraron su rostro y se abrazaron a los manifestantes. Cara a cara.

Foto: Almeida ha pedido paciencia a los madrileños Opinión

ETA había enterrado a otro inocente, pero también empezó a cavar su propia tumba. Años más tarde, otro cachorro del PP vasco, Antonio Basagoiti, marcaría un antes y un después en la política vasca al permitir, con sus votos, que el socialista Patxi López fuese el único lendakari no nacionalista. Basagoiti pertenecía a un grupo de jóvenes, el mismo de Miguel Ángel Blanco, dispuestos a cambiar las cosas, incluso su propio partido. Ahora el PP lo preside Carlos Iturgaiz, como cuando ajusticiaron al concejal de Ermua. La guerra entre la dirección de Pablo Casado y Alfonso Alonso remató a las siglas en una suerte de coalición con Ciudadanos.

Con la llegada de Feijóo, algunos de esa generación que despertó tras el asesinato de Gregorio Ordóñez, como Iñaki Oyarzabal, han recuperado poder. Alfonso Alonso está volcado en la actividad privada, pero será una pieza clave para la refundación. El gallego se fía de él. Los populares están en un proceso de 'casting' para encontrar líder. En estos momentos hay otras prioridades. Las autonómicas y municipales son antes, pero ya hay movimientos para buscar sustituto a Iturgaiz. No será de forma inminente. La dirección está satisfecha con la pacificación que ha llevado a cabo.

El banquillo es escaso y por eso han vuelto a sonar los de siempre. Borja Semper es un clásico, pero huye de la política. Oyarzabal es uno de los "ojeadores". Son muchos los que consideran que debe ser él quien se haga con las riendas. Si tiene que dar el paso lo hará por responsabilidad, aunque aspira a encontrar a "alguien mejor". Más allá de las personas, el PP tiene que volver a encontrar su sitio. Se lo deben a Miguel Ángel Blanco. No pueden ser irrelevantes, porque todo el vacío lo está ocupando el "jefe" de los verdugos.

Foto: Conde-Pumpido con Dolores Delgado. (EFE/Fernando Alvarado) Opinión

Otegi quiere ser lendakari y si lo logra verá justificada cada una de las más de 800 víctimas de ETA. Nunca ha condenado las muertes. El secuestrador, evolucionado a "hombre de paz" y actual "socio preferente" del Gobierno, está engordando otra serpiente. Esta vez las armas son los votos. Legítimos pero manchados de sangre. El plan pasa por trasladar la colaboración PSOE-Podemos-Bildu del Congreso al Parlamento Vasco. El presidente necesita de la izquierda abertzale para repetir en la Moncloa. Está atado de pies y manos como lo estuvo Ortega Lara. Otro mártir (se cumplen también 25 años de su encierro) que sí vive para ver cómo se reescriben sus 532 días en un zulo a cambio de sacar adelante una ley de memoria histórica. Ortega Lara milita en la causa de Vox. Un dato más que exige que el PP vuelva a ser el referente del centro-derecha. Armar un proyecto que les permita recuperar el votante perdido. Hacer política para conectar con los vascos, no para contentar a Madrid. El PNV está noqueado por el crecimiento de Bildu, que le ha llevado a escorarse a la izquierda. Hay una oportunidad. Los populares deben presentar una alternativa al nacionalismo y alzar la voz para deslegitimar al terrorismo. Que no reescriban aquel 13 de julio de 1997. Se lo debemos a Miguel Ángel Blanco.

Es prioritario que los populares construyan un proyecto ilusionante que combata el nacionalismo y deslegitime el terrorismo. No podemos permitir que reescriban aquel 13 de julio de 1997. Van a cumplirse veinticinco años, pero seguro que usted recuerda perfectamente dónde estaba aquel día. Yo sí. Acababa de terminar mi primer curso de periodismo y, ese día, comía con unas amigas. Había risas, planes de verano, pero también inquietud. Como toda España, estábamos pendientes del secuestro de Miguel Ángel Blanco. El chico rubio de ojos tristes era en esos momentos de angustia un poco familia de todos. Años después, por mi trabajo, conocí a su hermana, Marimar Blanco. La hermana de verdad, la que junto con sus padres sintió aquella tarde que les arrebataban la vida. Su mirada es serena como su alma. No hay tristeza.

Miguel Ángel Blanco Partido Popular (PP) ETA (banda terrorista)