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La aspirante de Podemos y la fábula de "Ivan": "Pausa y aplausos"
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Pilar Gómez

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La aspirante de Podemos y la fábula de "Ivan": "Pausa y aplausos"

Si acaba siendo la contrincante de Ayuso, pida a sus asesores que en los papeles incluyan medidas, datos, soluciones a los problemas y luego, si quiere, sonría

Foto: Alejandra Jacinto durante la segunda sesión del debate del estado de la región. (EFE/J. J. Guillén)
Alejandra Jacinto durante la segunda sesión del debate del estado de la región. (EFE/J. J. Guillén)
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La aspirante a candidata de Podemos en la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto, quiso hacer ayer de su intervención en el Debate del Estado de la Región una oda al ciudadano. Copiando la táctica de “médico y madre” de Mónica García en la pasada campaña electoral buscó humanizar su mensaje. Esta vez el protagonista fue “Ivan” (sin acento, como lo llevaba escrito en los folios de su discurso). La historia de este taxista era presuntamente una vivencia personal, pero estaba guionizada en las catorce hojas que le había preparado su equipo.

Foto: Isabel Díaz Ayuso durante el debate del estado de la región. (EFE/J. J. Guillén)
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Casualidad o suerte, “Ivan” servía para denunciar las siete plagas de Ayuso. El taxista criticaba que la presidenta se había rendido a las multinacionales que estaban hundiendo su sector; tenía una mujer que no podía trabajar porque le era imposible conciliar con la maternidad, y hasta un compañero al que le habían dado una cita médica para el año que viene. Para rematar, votó al PP, pero ahora, como confesó entre suspiros (también lo marca así la pauta), solo “puede hablar sin problemas” tras constatar que su clienta “es la de Podemos”.

“Lo último que me dió (en sus notas lleva acento, aunque no se deba acentuar) fue un mensaje para usted que, como comprenderá, no lo voy a reproducir literalmente”, apelaba a Ayuso. Era el colofón a la tragedia narrada por “Ivan” y aquí es donde el equipo de comunicación quería enfatizar. Según le marcaron a Alejandra Jacinto, llegaba el momento de poner una “Sonrisilla socarrona” para trasladar el sentir de “Ivan”: “Las empresas de sus amigos están trincando lo que no está escrito, como es tradición en el PP Madrileño (con mayúsculas según el autor). La diferencia es que ahora ya ni disimulan para regalar sectores enteros a sus clanes cercanos”. Entonces la bancada de diputados empezó a aplaudir como se refleja en el folio 2: “Pausa y aplausos”, escriben los asesores.

placeholder Alejandra Jacinto abraza a su compañera de partido Carolina Alonso. (EFE/J.J. Guillén)
Alejandra Jacinto abraza a su compañera de partido Carolina Alonso. (EFE/J.J. Guillén)

La coletilla de “Pausa y aplausos” se repite en varias ocasiones en la chuleta de la intervención, no vaya a ser que a alguno se le olvide mostrar el entusiasmo debido. También se le recomienda cuando debe mostrarse “muy molesta en tu actitud” (página 4) o “más enfadada aún” (página 6). Lo importante no es que lo sienta o no, es que haga parecer que es así. En Podemos son muy militaristas.

Señala Mariano Rajoy en su libro 'Política para adultos' que el carisma está sobrevalorado en política. Quizás porque él no lo tenía o simplemente porque le funcionaba la condición de gallego con todas sus connotaciones. Pero hay un tipo de políticos que son carismáticos, que trascienden en algún modo a los mensajes porque conectan con la gente. Ayuso es de esos. Es una cualidad innata que no se puede impostar. Hasta sus enemigos, dentro y fuera del PP, lo reconocen.

Foto: Isabel Díaz Ayuso, durante el debate del estado de la región. (EFE/J.J. Guillén)

Es un error plantarse frente a la presidenta como la defensora del madrileño medio porque a Ayuso la abrazan en los bares, las calles, los mercados sin necesidad de que le monten el decorado como a Sánchez y su “Gobierno de la gente”. En Madrid no cala el mensaje de que el PP es el partido de los “poderes oscuros” porque las bajadas de IRPF o la supresión de impuestos como el de sucesiones no es cosa de ricos y el PSOE lo sabe y en Podemos lo intuyen.

La aspirante a candidata de Podemos debería saber que los “Ivan” necesitan soluciones. Que empatizar no es gobernar. Las propuestas deben huir de la demagogia, que tiene las patas muy cortas. El votante de izquierdas está desmovilizado porque se siente menospreciado intelectualmente por sus representantes. Improvisaciones como topar los precios de los productos o las hipotecas solo generan falsas expectativas por estar fuera de la realidad. Si acaba siendo la contrincante de Ayuso, pida a sus asesores que en los papeles incluyan medidas, datos, soluciones a los problemas y luego, si quiere, sonría.

La aspirante a candidata de Podemos en la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto, quiso hacer ayer de su intervención en el Debate del Estado de la Región una oda al ciudadano. Copiando la táctica de “médico y madre” de Mónica García en la pasada campaña electoral buscó humanizar su mensaje. Esta vez el protagonista fue “Ivan” (sin acento, como lo llevaba escrito en los folios de su discurso). La historia de este taxista era presuntamente una vivencia personal, pero estaba guionizada en las catorce hojas que le había preparado su equipo.

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