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El dilema que lastra a Feijóo: ¿y qué hacemos con los otros?
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Pilar Gómez

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El dilema que lastra a Feijóo: ¿y qué hacemos con los otros?

El gallego es consciente de que debe reforzar su equipo, pero no quiere sublevar al partido. El responsable de Economía, Juan Bravo, es el perfil a potenciar para frenar el desgaste

Foto: Feijóo, en un acto del PP en Lugo. (EFE/Eliseo Trigo)
Feijóo, en un acto del PP en Lugo. (EFE/Eliseo Trigo)
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En Génova aún están con el control de daños tras afrontar la primera crisis de la era Feijóo. El presidente del PP no encaja bien los contratiempos. En Galicia se vivía mejor. El fracaso de la renovación del CGPJ ha sido un golpe bajo. Sánchez es especialista. Feijóo lo sospechaba, pero hoy lo sabe. Ahora toca recomponerse. En menos de una semana parte de la opinión publicada ha pasado de ver en Feijóo el presidente que España necesita a poner en entredicho sus capacidades para llegar a la Moncloa. Algunos en el PP también dan ya pábulo a la idea de que no se llegue al Gobierno en 2023. El hecho de tener en la recámara un barón como "Juanma" alimenta estas cábalas.

La clave está en cómo ve la opinión pública, eso que Sánchez llama "la gente", a Feijóo. Las encuestas reflejan un frenazo. Es pronto para hablar de tendencia. El líder del PP no era tan bueno hace siete meses ni tan malo ahora. El votante de derechas sigue fiel. El reto pasa por mantener y aumentar el trasvase de votos que venía del PSOE. Y aquí viene el dilema ante el que han estado desde Aznar a Rajoy o Casado. ¿Hay que endurecer el discurso?, ¿Sucumbir ante los que piden más ideología? ¿Hay que seguir ofreciendo pactos al PSOE? ¿Es suficiente la economía? ¿Es Ayuso la que manda en el PP?

"Las encuestas reflejan un frenazo. Es pronto para hablar de tendencia. El líder del PP no era tan bueno hace siete meses ni tan malo ahora"

Las respuestas son complicadas. La izquierda tiene la habilidad de poner lentes de aumento sobre estos dilemas que llevan años atormentando y dividiendo al principal partido de centroderecha. Se trata de ser pragmáticos. Aznar, que está catalogado como de los "duros" en el espectro del PP, hizo lo mismo que Rajoy, al que se sitúa en el lado "blando". Gobernó negociando con la CiU de Jordi Pujol y el PNV de Javier Arzalluz. El señor del 3% y el padre de la "raza vasca". Después logró una mayoría absoluta histórica. Movilizó a ese electorado de centro que decide. Años después Rajoy repitió el guion. La receta está inventada: una política económica sólida que garantice el Estado de bienestar y mucha mano izquierda para consolidar políticas de centroderecha. Nadie dice de Aznar que es un "maricomplejines". El poder todo lo cura.

Feijóo debe proteger su aura de presidenciable. Rodearse de los mejores. ¿Y qué hacemos con los otros?, se lamentaba hace unos días con un viejo amigo, el presidente del PP. En su desembarco fue conservador en los cambios para no agitar el partido. De cara al año electoral urge un refuerzo del equipo. No es suficiente esperar a la lista de las generales. Ha diseñado una estructura en la cúpula de contrapoderes con Cuca Gamarra, Elías Bendodo y Miguel Tellado. El andaluz asume las labores de portavoz. Debe ser la cara desagradable. Ya lo hizo con "Juanma" y funcionó. En él está el cortafuegos para Feijóo.

Foto: Feijóo, en el centro de la imagen. (EFE/Pedro Puente Hoyos) Opinión

Hay que potenciar a figuras como la de Juan Bravo. El responsable de Economía es el prototipo. Es solvente en los argumentos y amable en las formas. Ni un ápice de arrogancia para defender un discurso desde la convicción. Obró el cambio de modelo en Andalucía desde la disciplina que da ser inspector de Hacienda. Es hijo de la España de las oportunidades. Padres trabajadores que pelearon por darle una formación. El viaje en el ascensor social suele parir buenos políticos. El antídoto para evitar errores es que de las cifras hable quien sabe. Puro sentido común.

La economía es el mejor asidero del PP para llegar y también el peor escenario para gobernar. Juan Bravo lo sabe y por eso apuesta por remar para sacar el barco de España a flote "a pesar del Gobierno", con permiso del profesor Rodríguez Braun. Lo sencillo es dejar que se hunda y tocar el violín. Algunos de los más beligerantes, aplaudirían, pero Feijóo dejaría de ser el hombre de Estado que es.

En Génova aún están con el control de daños tras afrontar la primera crisis de la era Feijóo. El presidente del PP no encaja bien los contratiempos. En Galicia se vivía mejor. El fracaso de la renovación del CGPJ ha sido un golpe bajo. Sánchez es especialista. Feijóo lo sospechaba, pero hoy lo sabe. Ahora toca recomponerse. En menos de una semana parte de la opinión publicada ha pasado de ver en Feijóo el presidente que España necesita a poner en entredicho sus capacidades para llegar a la Moncloa. Algunos en el PP también dan ya pábulo a la idea de que no se llegue al Gobierno en 2023. El hecho de tener en la recámara un barón como "Juanma" alimenta estas cábalas.

Alberto Núñez Feijóo PNV CGPJ Partido Popular (PP)
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