La encuesta que la Yolanda Díaz madrileña no quiere ver

El 28 de mayo en la Comunidad de Madrid habrá dos ganadores. En esta campaña se librarán dos batallas. En la primera, Ayuso lucha contra sí misma para superar su marca y alzarse con una mayoría absoluta que ya reflejan casi todas las encuestas. El otro frente está a su izquierda. Se elige líder de la oposición. En estas “metaelecciones”, Juan Lobato se impondría a Mónica García, según lo que vaticinarán los próximos sondeos. El sorpaso del PSOE a Más Madrid ha comenzado.

En el último tracking que este fin de semana ha circulado en los chats de sus señorías, Mónica García ya no es el referente de la oposición para la mayoría. El 46,8% se inclina por Lobato frente al 43,1 que apuesta por la Yolanda Díaz madrileña. La candidata de Podemos cierra el círculo con su 10,1. La cifra es meritoria teniendo en cuenta el grado de desconocimiento de la discípula de omnipresente líder morado. Quédese tranquilo si no sabe quién es.

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En intención de voto también hay vuelco. El PSOE con un 15% de los sufragios se impondría a su rival directo. Mónica García obtendría un 12,9 si hoy se sacasen las urnas. La candidata sorpresa, que hace apenas dos años hizo cortarse la coleta al mismísimo Iglesias, está en su peor momento. En los últimos, dos meses ha dilapidado su capital político. En febrero, seguía por encima de los socialistas, también en el sondeo extraoficial del que les vengo hablando, en el que en abril ha dejado de ser la favorita.

Las polémicas del bono social o su chalé sin licencia de Cercedilla han pasado factura. A su votante le gusta ver a Kichi y Teresa Rodríguez tendiendo lavadoras o con la nevera en la playa. La coherencia aún es un valor, aunque los políticos la desprecien. Mónica García no es quien quiso parecer y se ha visto. Ni mejor ni peor que su personaje, simplemente no es.

El caso contrario lo encarna el candidato del PSOE. Podríamos decir que cuanto peor mejor. Lobato a priori no tiene nada a favor. Heredó un partido destrozado, Madrid se ha erigido en el bastión “antisanchista” y hace tándem electoral con Reyes Maroto. Tampoco se apure en este caso si no sabe quién es.

Opinión

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¿Por qué le votan entonces?­­ Porque es lo que parece. Lobato es un político vocacional, de los de antes, aunque por edad pertenezca a los de ahora. Es socialista, también de los de antes. De esos que en bajito rechazan los pactos con Bildu, que respetan la propiedad privada y que creen que bajar impuestos no tiene ideología. Quizá por esto el presidente no le hará el honor de cerrar junto a él la campaña. Dicen que no hay mal rollo con Ferraz. Lobato es de hablar con todos y todas, otra cosa es que le escuchen. Con la candidatura al Ayuntamiento de Madrid le costó.

Sánchez estará en Barcelona. Se siente más cómodo. Allí están sus socios. Los independentistas volverán a ser clave para que el presidente no se levante del sillón de la Moncloa. Las encuestas apuntan a que será el segundo, todas salvo el CIS de Tezanos. El escenario es cada vez más parecido al de la Comunidad de Madrid. Feijóo se consolida en cabeza y Sánchez tendrá que darse codazos con Sumar.

Yolanda Díaz aún no es Mónica García. La vicepresidenta mantiene su candidez pese a la entrevista con Jordi Évole. El exceso de sinceridad le costó alguna llamada al orden de otros ministros. Es un rival duro para Sánchez, aunque los monclovitas se empeñasen en difundir que la plataforma con la que concurrirá a las generales es una creación suya. Ya se han dado cuenta de que la estrategia ha sido un error. Sánchez y Díaz están condenados a no entenderse según se acerque el fin de la legislatura. El presidente aspira a quedar segundo en las elecciones. La plata es oro para Lobato pero cartón para Sánchez.