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Hasta que despiertes, mi amor, lucharé por ti
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Galo Mateos

Mensajes de Narnia

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Hasta que despiertes, mi amor, lucharé por ti

Si puede recitar de memoria cinco personajes de la vida social española en menos de 20 segundos, es usted nuestro hombre; apague la televisión y escuche

Si puede recitar de memoria cinco personajes de la vida social española en menos de 20 segundos, es usted nuestro hombre; apague la televisión y escuche atentamente lo que vamos a decirle.

Una de las más eficientes  armas de destrucción masiva de libertades ha penetrado en su cerebro con intenciones de someterle a la siniestra voluntad de Wall Street. Le dirán que esta vez podrá disfrutar de la Gran Depresión, pero en color y con todos los adelantos. Que nunca una depresión estuvo mejor servida. Y si después de una larga panzada en su sillón, una cálida voz sale de su receptor diciendo: “Repita conmigo, soy libre, soy libre”; desconfíe, puede que solo haya extraños intereses detrás de hacerle creer que lo es.  Abra su twitter o su facebook y lo comprobará, es la realidad.

Francamente, usted no es más que clase media. Un producto que antes fue necesario. Ahora ya no. Sin que nadie nos oiga, usted es un maldito código de barras. Así que, por favor, no estorbe con sus privilegios pasados. A lo mejor pensaba desaprensivamente que su vida iría a mejor continuamente. ¿Y la banca qué? Pensaba sin contar con ellos, tal vez. Creía que se lo podría llevar con usted o que sus hijos lo heredarían. Qué confundido. Acepte que jamás disfrutó de unas libertades tan inimaginables como ahora. Le han desplumado, de acuerdo, pero ni en sus mejores sueños podría haber imaginado que sus hijos tendrían derecho a… en fin, a todo esto. Aunque ahora lo privaticemos y lo adjudiquemos a conocidos, ya sabe, no a cualquiera, ahora tiene que, digamos, financiarlo. Son tiempos difíciles para el bienestar. Esta fiesta hay que pagarla y hemos pensado precisamente en usted.

Si se le está pasando por la cabeza cosas como la ocupación del Congreso o sumarse a manifestaciones callejeras, ojito con lo que hacemos, que tenemos un sistema representativo consolidado, que le permite votar libremente a sus representantes preferidos, de entre dos opciones, no como antes. Molesta la ingratitud.

Tal vez sea de esos que piensan que con un pequeño porcentaje del PIB mundial dedicado al desarrollo, se podría desterrar el hambre, el analfabetismo,  y evitar guerras o catástrofes predecibles. Despierte por favor. Necesitamos el 30% del PIB mundial, para solucionar lo más perentorio, la crisis financiera, que tantos bonus ha frustrado, no queramos ahondar en la herida. El planeta no sangra por alimentos, agua o energía, sangra por dinero y usted insolidario, con la cabeza en las nubes.

Qué culpa tienen los ricos de que usted estuviese debajo cuando la cagaron, vamos a ver. No se dio cuenta de lo que le podía caer encima y ahora viene reclamando. Nadie desea la miseria de nadie, pero es que usted lo ha puesto a huevo creyéndose los mensajes. Un poco de perspicacia no le hubiese venido mal. Ahora a ver como lo arreglamos, entrégueme la casa y ya veremos qué solución política le damos a esto. No crea que somos unos desaprensivos por quedarnos  con sus bienes presentes y futuros, es su parte del contrato y nadie le puso una pistola en el pecho. Pero pegado ahí todo el día  a la tele, oyendo consignas, "España va bien”, “nunca bajan, aproveche esta oportunidad única de ser propietaria”, “menos que un alquiler”…una inconsciencia de su parte, que ahora hemos de arreglar entre todos ustedes.

La última tontería es esa de que la tierra es un almacén en el que hace millones de años que no entra mercancía. Que solo sacamos sin orden ni concierto. Mire usted, son los mercados quienes determinan ese orden, así que no proteste. Si no confía en ellos, en quién va a confiar. Y por qué no confiar, además, en la evolución científica. Investigue, haga algo, ¿o es que todo va a ser protestar y no actuar? De acuerdo, no hay crédito y ya no tiene con qué avalarlo, pero el que la sigue, la consigue.

Madrugue, y cada mañana, cuando salga a buscar trabajo o a ganarse la vida, le reconfortará dar un beso a ese país que tanto dice querer y susurrarle al oído: hasta que despiertes, mi amor, lucharé por ti.

Si puede recitar de memoria cinco personajes de la vida social española en menos de 20 segundos, es usted nuestro hombre; apague la televisión y escuche atentamente lo que vamos a decirle.