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Zapatero da la ‘espantá’: bueno para el PSOE, malo para España
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Zapatero da la ‘espantá’: bueno para el PSOE, malo para España

Cuenta Américo Castro que la palabra España era ya pronunciada por el vulgo que hablaba latín en la península ibérica hacia el año 300 de nuestra

Cuenta Américo Castro que la palabra España era ya pronunciada por el vulgo que hablaba latín en la península ibérica hacia el año 300 de nuestra Era. El vocablo español, sin embargo, sólo comenzó a usarse casi mil años después y procedía del sur de Francia. En concreto, de la región del Languedoc. La palabra español, por lo tanto, en un extranjerismo, lo cual no deja de tener su interés.

Para más inri, fue un filólogo suizo, Paul Aebischer, quien demostró el origen provenzal del nombre que los españoles se dan a sí mismos, como recuerda Américo Castro. Y lo que es todavía más importante, se quejaba el gran lingüista e historiador de la escasa atención dedicada a analizar las consecuencias que tuvo el hecho de que pasara un milenio entre el nacimiento de España como expresión territorial y el uso del vocablo español para referirse a sus habitantes, lo que sin duda influyó en la creación de una conciencia histórica colectiva.

Como se ve, los problemas de identidad de España no son nuevos. Vienen de antiguo. Y eso explica las enormes dificultades que ha tenido este país para centrar el debate político, históricamente alejado de forma palmaria de lo que interesa a los ciudadanos. Sabemos lo que es España, pero no muy bien lo que ocupa y preocupa a los españoles. Y esta clave hay que entender que Zapatero haya anunciado en el peor momento para el país que no optará a ser el candidato de su partido para las elecciones de 2012. Si lo hubiera hecho al comienzo de su primer mandato -como lo hizo Aznar- todo hubiera sido mejor.

No hace falta ser un lince para darse cuenta que abrir el melón sucesorio en este contexto económico es un auténtico disparate, pero no porque lo diga Botín. Y recuerda a aquellas terribles palabras que pronunció un dictador haitiano en las escalerillas del avión que le llevaba al exilio: ‘Les dejo un cigarro encendido por las dos puntas’, dijo a los soldados que le custodiaban. La espantá del presidente camina en esa dirección.

Riesgos ciertos

Zapatero anuncia que no será candidato sólo para salvar el pellejo de su partido, pero no para ayudar a España. Entre otras cosas debido a que su anuncio pone punto y final a la legislatura con un año de anticipación. Desde ya los ministros son provisionales en un país con casi cinco millones de parados, lo cual es un auténtico dislate que sólo emponzoñará un poco más la política y dañará la economía. Los riesgos son ciertos y es probable que se manifiesten en las próximas semanas si los mercados perciben un agotamiento en las reformas económicas. Y eso lo pagará el diferencial de la prima de riesgo.

Hasta las próximas elecciones se discutirá hasta la saciedad sobre el nuevo escenario -no se sabe muy bien por qué y para qué- pero al final triunfará el arte de la verborrea y del reproche con una oposición envalentonada dedicada en exclusiva a desgastar al candidato/a.. El ruido como instrumento de persuasión. Y el clásico ‘y tú más’ como aportación de este país a la historia de las ideas. ¿Alguien piensa que los problemas de Estado se pueden atacar con un presidente con un pie fuera de La Moncloa? ¿O con un candidato Rubalcaba asediado por el caso Faisán y con sombras sobre su verdadero estado de salud? ¿Y qué me dicen de una ministra de Defensa más preocupada de su imagen pública de lo que ocurre en los cuarteles?

"Zapatero anuncia que no será candidato sólo para salvar el pellejo de su partido, pero no para ayudar a España. El anuncio pone punto y final a la legislatura con un año de anticipación. Desde ya los ministros son provisionales en un país con casi cinco millones de parados".

No, los jefes de Gobierno salen cuando el mandato está vencido después de un calendario previamente conocido por los electores. O, como es lógico, cuando pierden las elecciones, pero nunca como un movimiento táctico para salvar su partido de una derrota probable a mitad de partido. Zapatero tenía el derecho a estar dos legislaturas. Él mismo lo anunció en privado, pero un presidente no puede convertir su renuncia en un instrumento de acción política para lograr réditos electorales. Sobre todo en un país con una enorme debilidad institucional diseñada al servicio de La Moncloa por ausencia de una verdadera sociedad civil con capacidad de influencia.

Los paganos de tanta pamplina será esa España que funciona y que sobrevive a pesar del Gobierno, que diría Rodríguez Braun. Que incluso resiste a un sistema político endogámico e impermeable a las demandas ciudadanas. Probablemente, por el hecho de que el poder ejecutivo ha acabado por convertir al legislador en un mero apéndice de sus intereses. El poder legislativo -aquí está la tragedia en la decisión de Zapatero- ha muerto a manos del ejecutivo. La visita de los 40 principales a Moncloa no es más que el fracaso de un sistema de representación abrasado por un presidencialismo asfixiante que ha alejado al Parlamento de la vida real de los españoles. Como de hecho se manifestará con toda crudeza en los próximo e interminables 12 meses.

Ayer mismo era patético oír a los dirigentes socialistas celebrar la decisión de Zapatero. Hubieran dicho lo mismo si el presidente decide repetir.

Cómplices de la inacción

Este país ha perdido más de dos millones de empleos durante la crisis –nada menos que el 10% de toda su fuerza laboral-, pero el Parlamento no escucha a quienes crean puestos de trabajo -que los hay- y que son ninguneados por las instituciones. ¿Conoce usted alguna visita de los emprendedores españoles al viejo caserón de la carrera San Jerónimo? En su lugar, sólo hay fotos huecas que intentan demostrar que detrás del inquilino de La Moncloa -ahora con fecha de caducidad-  está lo más granado del capitalismo patrio. Una verdadera sandez que convierte a algunos empresarios en cómplices de la inacción política mediante la creación de lobbys u otros instrumentos de influencia política que sólo sirven para desviar un poco más la atención.

Es verdaderamente curioso que en el Congreso de los Diputados no se haya creado ni siquiera una comisión para escuchar a quienes conocen de verdad los problemas de las empresas, y que podrían enseñar a sus señorías lo que hay que hacer para salir de un crisis que empezó siendo económica y que corre el peligro de acabar siendo política por desafección ciudadana.  

"El poder legislativo -aquí está la tragedia en la decisión de Zapatero- ha muerto a manos del ejecutivo. La visita de 'los 40 principales' a Moncloa no es más que el fracaso de un sistema de representación abrasado por un presidencialismo asfixiante que ha alejado al Parlamento de la vida real de los españoles".

Como sostiene Galo Mateos, estamos en un país que sólo mira hacia atrás, hacia el pasado, y que es incapaz de otear el futuro, lo cual explica que a estas alturas de la crisis haya sido incapaz de identificar los sectores de progreso. Y que ni siquiera ha hecho lo obvio, que es escuchar a esa diáspora intelectual que ha tenido que marcharse al extranjero para poder desarrollar su creatividad.

Economistas, ingenieros, científicos de prestigio… están hoy fuera de España mientras su país sigue mirando al pasado. El diletante Boyer nombrado presidente de ese fantasmagórico consejo asesor de competitividad; Pedro Solbes, consejero de Enel… El pasado en estado puro frente a un futuro que se escapa y que necesariamente pasa por saber hacia dónde va el país, aunque sólo sea para no repetir los errores pretéritos. Como decía Germán Bernácer, probablemente el mejor economista que haya dado jamás este país, ‘hoy no hay fronteras para las ideas, y menos para las científicas...’. Y lo decía hace 80 años.

Fuentes Quintana recordaba  que fue Ortega quien primero se dio cuenta de lo que pasaba en 1931. En las Cortes Constituyentes, dijo al resto de diputados: “Tienen que estudiar la situación económica, porque va a condicionar el desarrollo de España. Así que llamen a los economistas para que les den un diagnóstico y sepamos qué hacer”. Nadie le hizo caso y todo el mundo sabe como acabó la historia.

El mundo está creciendo. Se estima que en 2050 seremos 9.000 millones de habitantes en la Tierra. Pero en España, como siempre, mirando al pasado y a sus propias tripas políticas. Mal negocio y peor futuro.

Cuenta Américo Castro que la palabra España era ya pronunciada por el vulgo que hablaba latín en la península ibérica hacia el año 300 de nuestra Era. El vocablo español, sin embargo, sólo comenzó a usarse casi mil años después y procedía del sur de Francia. En concreto, de la región del Languedoc. La palabra español, por lo tanto, en un extranjerismo, lo cual no deja de tener su interés.

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