De todo, de todo

"De todo, de todo, que no falte", dicho por la boca de alguien que se empeña en invitar a la última ronda, y a ti te incomoda porque sabes que no puede, que quiere quedar bien, pero que no tiene. Estampa clásica que situamos en bar de barrio con patatas alioli, pulpo a la vinagreta, fritanga y tortilla en el mostrador, domingo a la hora del aperitivo. Estampa hoy trasladable a escenarios preelectorales triunfalistas embanderados o no. Rentas básicas universales, ingresos mínimos vitales..., todo vale. Tras pasadas edicionesdonde sin complejos se apostó por prometer el pleno empleo con los resultados que hoy todos sabemos, alguien ha llegado a la conclusión de que el trabajo dignifica más de lo que renta electoralmente. Dejémonos de rodeos:a por lo votos, empieza el espectáculoy la subasta.¿Quién da más?

Candidatos pocodados a explorar el vigente mapeado de prestaciones y subsidiosque parecen desconocer la existencia del subsidio para cargas familiares, el de 45 años, el de 55, el plan Prepara, la renta activa de inserción, el REMI, la jubilación no contributiva, la incapacidad no contributiva...por no hablar de la ayudas de emergencia y otras ayudas municipales, subvenciones… Hay millones de votos en venta expuestos a la todo tipo de ingeniería electoral, millones de votos desengañados altamente inmunes, que miramos con recelo y vergüenza los actos menos sutiles de esta subasta nacional.

Rehúso porque, aunque se olvide, todo esto no se 'crea', como se dijo en la presentación de la fórmula. Todo esto hay 'alguien' que acaba pagándolo

De los creadores de los 400 euros para todos, de los generadores de pueblos fantasmas con pistas de paddle, hoy…. “la paga”. Tan triste es el burdo chantaje urdido como la inexistencia de un James Carville en aquellos equipos que les sugiera un “IT IS THE EMPLOYEMENT, STUPID”. Los españoles necesitan cobrar salarios, no pagas, necesitan retornar a mercados laborales de donde fueron expulsados y, especialmente, necesitan que los que los dirijan les hablen como adultos que son, que se preocupen de generar entornos de actividad y trabajo, no escenarios tropicales de fuego artificiales y fiestas populares que despiertan al día siguiente con resaca y un kilode basura por recoger.

Mi proceder, aunque es el mío:“No gracias, ya me lo pago yo”.No descubro la vacía intención de quien invita sin poder, no permito que mi café se sume a una cuenta de apuntes no saldados, de invitaciones buenistas e irresponsables. Ante la agradecida mirada de Paco, autónomo, camarero, y por mor de sus clientes de toda la vida, hoy financiero, rehúsoporque, como les suelo decir, aunque a menudo se olvide, todo esto señores, todo esto no se “crea”, como se dijo en la presentación de la fórmula (“crearé un ingreso…"). Todo esto hay “alguien” que acabapagándolo.