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Enmienda a la totalidad (u oposición amordazada)
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Begoña Villacís

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Enmienda a la totalidad (u oposición amordazada)

Pocos minutos antes de comenzar el pleno, nos hemos encontrado con una enmienda a la totalidad con el único propósito de persistir en la ocultación de muchos datos de esos contratos

Foto: La delegada de Cultura y Deportes, Celia Mayer, comparece ante el pleno municipal a petición de Ciudadanos. (EFE)
La delegada de Cultura y Deportes, Celia Mayer, comparece ante el pleno municipal a petición de Ciudadanos. (EFE)

Votar es la esencia de la democracia. Tomar decisiones de acuerdo a la mayoría y, particularmente, ser capaces de constituir esas mayorías a partir de opiniones dispares mediante el consenso y la negociación; y, en el caso de los partidos de oposición, pedir que se voten determinadas propuestas, es una parte principal de nuestro trabajo, para participar en la adecuada mejora de los actos de gobierno.

Por eso, lo que ayer vivimos en el pleno municipal fue una perversión democrática. Porque independientemente de la mayoría que pueda tener un Gobierno, es en el pleno donde la oposición tiene que ejercer su misión de control e impulso, y el grupo del Gobierno defender sus argumentos y votar a favor o en contra.

Para los que no sepan lo que pasó: Ciudadanos llevaba una proposición muy elaborada para obligar al ayuntamiento a una mayor transparencia en todo lo relacionado con los contratos menores, para evitar las malas prácticas a las que me refería en mi artículo de la semana pasada. Y pocos minutos antes de comenzar el pleno, nos hemos encontrado con una enmienda a la totalidad con el único propósito de persistir en la ocultación de muchos datos de esos contratos a los ojos de la oposición y de los ciudadanos. Y es que, en este caso, la forma de actuar del PP durante muchos años ha sido heredada sin cambios por Ahora Madrid.

Entendemos que no todos los partidos piensan lo mismo. Que el Gobierno puede entender que es más funcional publicar las cosas con un formato u otro. Y por eso, entenderíamos que se hubiese presentado una enmienda para mejorar técnicamente nuestra propuesta. Hubiéramos llegado a un acuerdo. Pero nos hemos encontrado con un muro, una enmienda a la totalidad registrada tres minutos antes de la hora de inicio del pleno, sin otro propósito que el de reducir drásticamente lo que los madrileños -y sus concejales- puedan saber sobre los contratos menores a golpe de clic.

La forma de actuar del PP durante muchos años ha sido heredada sin cambios por Ahora Madrid

Un ejercicio de opacidad ejecutado con alevosa precisión, que nos priva a todos de conocer aspectos como la memoria sucinta del contrato, que nos dice por qué hace falta ese gasto y por qué se adjudica así; o como la publicación de las otras ofertas recibidas para asegurarnos de que el consistorio ha valorado debidamente a varias empresas en lugar de otorgar el contrato directamente a una de ellas sin más trámite, como hemos visto hace poco.

Además, no sé si saben ustedes que el número de iniciativas y propuestas que se admiten a cada grupo en cada pleno está tasado y reglamentado. Siendo así, esta argucia de la enmienda a la totalidad por parte del propio Gobierno les permite limitar todavía más la capacidad de propuesta de la oposición e incrementar la suya propia, convirtiendo nuestras iniciativas en las suyas. Una práctica que desde luego es bastante censurable, sobre todo si se usa como se ha usado ayer.

No quiero pensar cómo hubieran ardido Twitter y Facebook si a cualquier otro partido se le ocurre poner en práctica una treta semejante. Las horas extra de los 'community manager' podemitas hubieran convertido en 'trending topic' las palabras 'cacicada' y 'autocracia'.

Para que la enmienda a la totalidad saliese adelante, hacía falta un socio más que conformase la mayoría. Y allí acudió el PSOE a votar junto a Ahora Madrid

Claro que, para que la enmienda a la totalidad saliese adelante, hacía falta un socio más que conformase la mayoría. Y allí acudió el PSOE, de nuevo, a votar junto a Ahora Madrid. La falta de transparencia en la contratación, las malas prácticas y las pocas posibilidades que los concejales tenemos para conocer detalles de los contratos pasaban a un segundo plano ante la perspectiva de no sabemos qué acuerdo presente o futuro. Justo lo contrario de lo que propugnaban con el anterior Gobierno del PP.

Frente a ellos, Ciudadanos mantuvo la coherencia. Porque lo primero es la labor municipal para la que fuimos elegidos, y por encima de ella está la democracia, en la es muy importante que los gobiernos sean transparentes y exquisitamente pulcros con las capacidades de propuesta de la oposición.

En definitiva, que algunos han decidido amordazar a la oposición a base de enmiendas sorpresivas, para mantener su opacidad y su forma poco ortodoxa de gobernar. Apréndanselo, porque parece que esta antidemocrática situación nos la vamos a encontrar reiteradamente en el futuro.

Votar es la esencia de la democracia. Tomar decisiones de acuerdo a la mayoría y, particularmente, ser capaces de constituir esas mayorías a partir de opiniones dispares mediante el consenso y la negociación; y, en el caso de los partidos de oposición, pedir que se voten determinadas propuestas, es una parte principal de nuestro trabajo, para participar en la adecuada mejora de los actos de gobierno.

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