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Sánchez, Ayuso y el 'coñazo' de Madrid
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Sánchez, Ayuso y el 'coñazo' de Madrid

El misterio de la candidatura a la alcaldía y la crisis sanitaria de la Comunidad exageran el madrileño-centrismo de la información, pero también justifican un duelo nacional al que Feijóo asiste como atónito espectador

Foto: Pedro Sánchez recibe en la Moncloa a Isabel Díaz Ayuso en julio de 2021. (EFE/J. J. Guillén)
Pedro Sánchez recibe en la Moncloa a Isabel Díaz Ayuso en julio de 2021. (EFE/J. J. Guillén)
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Reparaba el colega Teodoro Leon Gross en el abuso informativo que se ejerce desde Madrid a cuenta de los asuntos locales. Se refería a la paliza que estamos dando con la candidatura socialista a la alcaldía. Y con el revuelo que ha precipitado la huelga de los sanitarios, protagonistas estos últimos de una manifestación masiva en las calles del foro.

No es Madrid la única comunidad donde se revelan los problemas de personal ni las listas de espera, ni la degradación endémica de la atención primaria, pero sí es la única donde gobierna Isabel Díaz Ayuso.

Foto: Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso. (EFE) Opinión
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Es la razón por la que Moncloa despliega la campaña de desprestigio contra la emperatriz de la derechona. Y es el motivo por el que ella misma aprovecha el acoso de Sánchez para sustraerse a su negligencia. Ayuso se encubre en la conspiración de la izquierda. Y caricaturiza la revuelta de las batas blancas como si la hubiera urdido el presidente del Gobierno.

Busca Sánchez el cuerpo a cuerpo con Ayuso. Y Ayuso reacciona con idéntica pasión, aunque ocurra a expensas de radicalizar el PP y de forzar a Feijóo a una posición extraordinariamente incómoda. El trumpismo de Ayuso se define en todas las categorías y clichés, desde las obsesiones comunistas a la negación del cambio climático. Y puede tener cierto sentido que un partido se reconozca en voces y criterios diferentes, pero el populismo de Ayuso —“si hay un médico parado en España, lo contrato esta tarde”— sobrentiende un sabotaje a la moderación de Feijóo, cuya gira americana ha permitido a la lideresa madrileña, ya de paso, fantasear con la sede vacante.

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta del PP de Madrid y de esta comunidad, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Se explican así mejor las razones que convierten la crisis sanitaria en un problema informativo nacional. Porque la mani de este domingo ha sido multitudinaria. Porque la crisis en cuestión es el pretexto que dirime la reanudación del duelo Sánchez-Ayuso. Y la excusa que encuentran el uno y la otra para restregarse el oportunismo y la intensidad de un debate electoral que sorprende a Núñez Feijóo de comparsa o de espectador atónito.

Tanto desautoriza Ayuso a su jefe de filas, tanto Sánchez malogra la estrategia con que el presidente de los populares aspiraba a concitar el voto de los socialistas antisanchistas y de los huérfanos de Ciudadanos. Y es verdad que el populismo de Ayuso seduce a los votantes de Vox, pero también representa un límite a la expansión electoral en la zona tibia del electorado. Por eso Sánchez moviliza a su ministros y a sus rapsodas, enfatizando el antagonismo con la presidenta de Madrid. La utiliza como atajo para desarmar a Feijóo.

Foto: Adriana Lastra, Ángel Gabilondo y Jorge Javier Vázquez, durante un acto de la campaña de 2021. (EFE/Chema Moya)

No hablamos, por tanto, de la actualidad informativa del foro, sino de la repercusión extracomunitaria de un duelo que afecta a la política nacional igual que lo hace la quiniela de la alcaldía a la capital de la corte.

El Partido Socialista necesita reanimar su credibilidad absoluta en las elecciones autonómicas y municipales. De ahí la importancia informativa de Madrid. Y del empeño con que Sánchez pretende recuperarla después de 33 años de subordinación y divisiones. Ya lo decía el lema de la movida: "de Madrid al cielo”, aunque las expectativas del PSOE se resienten de una realidad política totalmente adversa. Por la pujanza de Almeida. Por la tonicidad de Ciudadanos en su posición de llave mágica. Por la solidez de Más Madrid en la izquierda de la izquierda. Y porque la mayor esperanza de los socialistas capitalinos radica acaso en alcanzar la tercera plaza.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Trata Sánchez de remediar la adversidad con el recurso de un candidato estelar. Y no lo tiene, entre otras razones porque la propuesta a la silla caliente reviste todas las circunstancias de un martirio electoral.

El misterio de la candidatura equivale a la angustia del vacío, de tal manera que Sánchez aspira a remediarlo con la solución de superministro/a.

Es entonces donde adquiere explicación la dimensión nacional de las municipales madrileñas. Afrontarlas implica la certeza de un fracaso y la urgencia de una crisis de Gobierno. Una reforma del gabinete ministerial. Y hasta una solución que el jefe del Ejecutivo podría sopesar en nombre de su cinismo y su instinto superviviente: quitarse de encima a Marlaska para convertirlo en candidato a la alcaldía. Y no va a suceder porque se ha anunciado el este lunes la candidatura de Reyes Maroto al patíbulo, pero la operación de escarmiento redundaría en el maquiavelismo del presidente. Y definiría al castigo ejemplar que supondría convertir al ministro del Interior en un concejal raso de las filas opositoras, acaso para ocuparse de las multas de aparcamiento.

Reparaba el colega Teodoro Leon Gross en el abuso informativo que se ejerce desde Madrid a cuenta de los asuntos locales. Se refería a la paliza que estamos dando con la candidatura socialista a la alcaldía. Y con el revuelo que ha precipitado la huelga de los sanitarios, protagonistas estos últimos de una manifestación masiva en las calles del foro.

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