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Rubén Amón

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San Isidro 2023: ¡que viene Morante!

La proeza sevillana del torero de La Puebla magnetiza una feria que mide la fuerza de Roca Rey y que pone en competencia a los toreros en mejor forma: El Juli, Luque, Ginés Marín, De Justo y Tomás Rufo

Foto:  El diestro Morante de la Puebla. (EFE/Julio Muñoz)
El diestro Morante de la Puebla. (EFE/Julio Muñoz)
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Morante de la Puebla ya era una referencia nuclear en la feria de San Isidro que comienza este miércoles, pero la proeza de Sevilla -el primer rabo en medio siglo- ha disparado el interés y los precios respecto a las tres tardes en las que interviene el maestro (11 y 18 de mayo, 2 de junio).

No hay billetes para las dos primeras. Y muy pocos para la última, aunque es cierto que el gran fenómeno taquillero de la temporada se llama Roca Rey. También abrió la Puerta del Príncipe en Sevilla. E inaugura la isidrada para testimoniar la alternativa de Álvaro Alarcón. Porque es El Juli quien se le otorga. Y quien regresa a Las Ventas después de la fabulosa actuación de 2022. Por eso ha recurrido a una de sus ganaderías fetiche (La Quinta), aunque disponga de otras opciones (4 y el 11 de junio) para resarcirse.

Ha logrado la empresa de Madrid (Plaza1) convencer a las grandes figuras para alistarse tres tardes -incluido Alejandro Talavante- pero la dinámica de la última temporada y el comienzo de la presente apela al interés de Tomás Rufo y concede más interés aún al magnetismo de Daniel Luque y de Ginés Marín, cuyas deslumbrantes actuaciones en la feria de abril estimulan una isidrada que recompensa la obstinación y mérito de Emilio de Justo.

Foto: El diestro Morante de la Puebla sale por la Puerta del Príncipe tras cortar dos orejas y el rabo a su segundo toro. (EFE/Julio Muñoz)

La grave cogida que sufrió el matador extremeño en Las Ventas hace un año le impidió cumplir con los paseíllos de la feria de 2022. Cuatro tardes tiene delante de sí en el serial que se avecina. Y puede que la más atractiva consista en la lidia de los victorinos, mano a mano con Ureña.

El acontecimiento cerraría la feria el 4 de junio, sino fuera porque Plaza1 ha incorporado un epílogo siete días después en homenaje a la memoria del Yiyo. Queda un mes y se han agotado las localidades. Encabeza la terna El Juli y la cierra Roca Rey en otra temporada de expectativas arrolladoras.

Son 24 tardes las que identifican la isidrada del 23. Parecida a las anteriores en su misión internacional -de Francia a México- y en su variedad de encastes, pero también distinta porque van observarse jornadas de descanso -los martes, casi siempre-; porque Telemadrid va a involucrarse en la transmisión de catorce festejos; y porque las nuevas condiciones de explotación de Las Ventas permite a la empresa liberalizar los precios.

Foto: El diestro Morante de la Puebla. (EFE/Caro)

Los abonados tradicionales no han conocido sobresaltos presupuestarios como premio a su lealtad, pero las entradas sueltas de los espectáculos postineros multiplican los precios hasta límites nunca conocidos. Puede llegarse a pagar 450 euros por un tendido bajo de sombra. Lo mismo que vale la entrada más cara del Teatro Real -y del Covent Garden de Londres-, aunque el boleto VIP permite disfrutar de catering, atenciones y acceso privilegiado.

La dimensión people de la isidrada coexiste con la más terrenal e imprevisible. San Isidro acostumbra a coronar a un torero sorpresa o a una figura “del pueblo”. Ángel Tellez lo fue el pasado año con el temple de su mano izquierda. Por eso comparece en dos corridas de garantías -Juan Pedro Domecq, El Parralejo-, aunque la competencia del favorito de la afición venteña también se la disputan Francisco de Manuel -el triunfador de la feria de Otoño- y Fernando Robleño, cuya recompensa al faenón que cuajó en Madrid en el desenlace de la temporada explica que se le haya anunciado tres veces... pero con divisas exigentes: Escolar, Adolfo Martín y la marca de Domecq que menos gusta a las figuras: Santiago.

El "morantazo" de Sevilla ha crujido la temporada. Y ha orientado el interés de la isidrada al magnetismo y tiranía de Morante de la Puebla

Larga e intensa se anuncia la feria que empieza este miércoles. Toda ella la televisa la nueva plataforma Mundotoro (antes lo hacía Movistar). Beneficia a la captación de abonados la inercia triunfal de Sevilla. Y conviene al cosmopolitismo de Mundotoro el reclamo de los toreros extranjeros. No ya los más consolidados de Francia -Castella, Juan Leal, Lea Vicens- sino la presencia de matadores mexicanos: El Payo, Leo Valádez, Isaac Fonseca aspiran a malograr la maldición de Eloy Cavazos, el último matador azteca que fue capaz de abrir la Puerta Grande de Madrid hace medio siglo (1972).

El morantazo de Sevilla ha crujido la temporada. Y ha orientado el interés de la isidrada al magnetismo y tiranía de Morante de la Puebla, aunque la feria de 2023 reviste otros grados de sensibilidad para sopesar la forma de algunos toreros en crisis -Manzanares, Aguado, Perera, Urdiales…-; para encontrar un delfín entre los novilleros -Jorge Martínez, Christian Parejo, Marcos Linares-; para ratificar a Diego Ventura como máxima figura del escalafón de rejoneadores; y para lamentar -mucho- la ausencia de Juan Ortega, víctima de un incomprensible sacrificio empresarial que despoja a los aficionados de la mejor dimensión del toreo de capote.

Morante de la Puebla ya era una referencia nuclear en la feria de San Isidro que comienza este miércoles, pero la proeza de Sevilla -el primer rabo en medio siglo- ha disparado el interés y los precios respecto a las tres tardes en las que interviene el maestro (11 y 18 de mayo, 2 de junio).

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