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La política baja a la arena en busca del voto taurino
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Rubén Amón

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La política baja a la arena en busca del voto taurino

Con 20.000 “votantes al día”, Las Ventas escenifica las pancartas socialistas, la fama taurina de Ayuso, el enfoque identitario de Vox y un cartel gigantesco de Begoña Villacís

Foto: La candidata de Ciudadanos a la alcaldía de Madrid, Begoña Villacís. (EFE/Daniel González)
La candidata de Ciudadanos a la alcaldía de Madrid, Begoña Villacís. (EFE/Daniel González)
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La proximidad de la sede de Ciudadanos a Las Ventas explica la “resonancia” del gigantesco cartel electoral que identifica la fachada. Lo protagoniza Begoña Villacís, aspirante a la alcaldía y mayúscula referencia iconográfica de la pugna electoral que se escenifica tarde a tarde en la plaza de toros.

Es un territorio de máximo interés no solo porque cada día acuden a la Feria de San Isidro unos 20.000 votantes, sino porque la tauromaquia forma parte de la batalla cultural, popular e ideológica que se libra en las urnas el 28-M.

Foto: El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto al portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís. (EFE/Luis Millán)

Y no solo por la disputa de Cs, PP y Vox, sino por el esmero con que las pancartas y banderolas del PSOE delimitan el perímetro de Las Ventas. Juan Lobato, el candidato a la comunidad, y Reyes Maroto (Ayuntamiento) exhiben sus eslóganes y sus imágenes en la zona cero de la arena madrileña. Porque los toros no son de derechas. Y porque la afluencia de nuevos votantes —90.000 en el caso de las municipales— explica la campaña de familiaridad con que despliegan las caravanas del PP y de Vox.

El partido de Abascal instala cada tarde un par de quioscos electorales en el área peatonal de Las Ventas. No ya para regalar abanicos de cartón y pulseras taurinas, sino para hacer amalgamar los argumentos identitarios de la fiesta. Lo “español”, lo “nuestro”. Y las viejas tradiciones al servicio de las nuevas generaciones, más todavía cuando el fenómeno Roca Rey y el prohibicionismo que amenaza la tauromaquia han suscitado la presencia masiva de espectadores jóvenes que también se inician en el voto.

placeholder El candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, y la candidata socialista a la alcaldía de Madrid, Reyes Maroto. (EFE/Juanjo Martín)
El candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, y la candidata socialista a la alcaldía de Madrid, Reyes Maroto. (EFE/Juanjo Martín)

Ya se ocupa Santiago Abascal de acudir a Las Ventas con regularidad y entusiasmo para erigirse en primer valedor de la “fiesta nacional”. Le conviene de forma coyuntural su amistad estrecha con Morante de la Puebla. Y le secundan sus candidatos. Rocío Monasterio (comunidad) y Ortega Smith (Ayuntamiento) apuntalan la pasión taurina de la ultraderecha dejándose ver en el callejón y en las localidades postineras.

La posición del PP resulta la más cómoda y la más sólida porque es, al mismo tiempo, la institucional. Y porque la presidenta Ayuso ha demostrado un compromiso político, presupuestario y mediático inequívoco respecto a la tauromaquia. Lo acredita la ayuda a los ganaderos de reses bravas, el patrocinio de la escuela de tauromaquia, el incremento de la partida taurina —un 110% respecto al año anterior— y el despliegue de Telemadrid, cuyas cámaras van a transmitir 14 festejos de la presente isidrada.

Ayuso ha demostrado un compromiso político, presupuestario y mediático inequívoco respecto a la tauromaquia

Se le ha acusado a Ayuso de utilizar su televisión para hacer electoralismo. Y está bastante claro que Telemadrid funciona como un instrumento de propaganda personal, pero reviste mucho interés que la decisión de recurrir a los toros se interprete como una maniobra política. Querría decirse entonces que la tauromaquia ya no forma parte de la clandestinidad. Y que defenderla puede considerarse un procedimiento para conseguir votos.

Intenta recaudarlos la caravana vintage del PP que aparca cada tarde en la plaza de toros. Se trata de explotar la devoción de Ayuso. De prodigar la imagen de Martínez-Almeida. Y de ofrecer a los espectadores un kit de asistencia a los toros: botella de agua, abanico, pulsera.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Zipi)

Es menos explícita la posición de Ciudadanos, pero inequívoca respecto al rechazo de las consignas prohibicionistas. La idiosincrasia liberal de Cs abjura del intervencionismo del Estado en las libertades. Y considera la tauromaquia una expresión cultural que debe preservarse.

He aquí un punto de colisión con la política antitaurina de Más Madrid. Y no es que Mónica García pretenda restringir a la mínima expresión el presupuesto de los toros, sino que aboga por la corrida sin muerte. Ya había reclamado el cierre del Centro de Asuntos Taurinos. Y subestimado por idénticas razones el impacto turístico y económico de Las Ventas.

Conviene recordar que la izquierda socialista fue muy taurina. Que la movida se dirimía entre Rockola y Las Ventas, lo decía Jaime de Urrutia

Lo demuestra el ambientazo de los aledaños, igual que lo hacen las estadísticas. Unos 75 millones de euros extraordinarios engendra la isidrada entre hoteles, restaurantes y bares. Por no hablar de las entradas vendidas —440.000— y de la sensibilidad política de los votantes, cuya heterogeneidad rebasa el cliché de la tauromaquia como un espacio anómalo u anacrónico.

Conviene recordar que la izquierda socialista fue muy taurina. Que la movida se dirimía entre Rockola y Las Ventas, lo decía Jaime de Urrutia. Que la progresía intelectual llegaba en aluvión a Las Ventas. Y que las posiciones antitaurinas de Sánchez —“nunca me verán en una plaza de toros”— son una desventaja para Lobato y Maroto, por mucho que el uno y la otra se anuncien con sus cartelones delante de la primera plaza del mundo.

La proximidad de la sede de Ciudadanos a Las Ventas explica la “resonancia” del gigantesco cartel electoral que identifica la fachada. Lo protagoniza Begoña Villacís, aspirante a la alcaldía y mayúscula referencia iconográfica de la pugna electoral que se escenifica tarde a tarde en la plaza de toros.

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