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El duelo obsceno de Sánchez y Ayuso ahoga a Feijóo
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Rubén Amón

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El duelo obsceno de Sánchez y Ayuso ahoga a Feijóo

El esperpento de la condecoración a Milei reanima un duelo que se venga de la injerencia del fiscal general y que desautoriza el liderazgo del presidente del PP, cada vez más abrumado por el populismo ayusista

Foto: Feijóo y Ayuso se saludan en un acto del PP en Madrid. (Europa Press)
Feijóo y Ayuso se saludan en un acto del PP en Madrid. (Europa Press)
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El fango no es una mera abstracción de la propaganda sanchista, también define el hábitat nauseabundo en que chapotean el líder socialista e Isabel Díaz Ayuso, conscientes ambos del beneficio político que implica el antagonismo y desprovistos del menor sentido de la responsabilidad.

Lo demuestra la ferocidad con que se han recrudecido las hostilidades a cuenta de la condecoración de Milei. Ayuso no la colocó en la pechera del gallo argentino, sino que la puso en la espalda de Sánchez.

Es la manera con que la emperatriz madrileña reanima el pulso con la Moncloa y se venga de la sordidez con que el fiscal general del Estado se ha involucrado en la causa de su novio para salpicarla de carambola.

Es una vergüenza que la institución que empodera a García Ortiz se ponga al servicio de una causa política. Y es un disparate que Díaz Ayuso se aproveche de la crisis diplomática con Argentina para galardonar a Milei.

Foto: El presidente de Argentina, Javier Milei. (EFE/Denis Balibouse)

No ya por la deslealtad al Gobierno y al Estado españoles, sino porque la ceremonia del pasado viernes golpea el liderazgo de Núñez Feijóo. Milei es el gran aliado ultramarino de Vox, la expresión más obscena del populismo y el reflejo de un extremismo que contraviene la moderación del presidente del PP. Ayuso vuelve a forzar las costuras del partido. Y se erige ella misma en jefa de la política exterior de los populares. Ha sucedido con Israel. Ocurre ahora con la excentricidad de su apoyo a Milei y con la identificación de Giorgia Meloni. Solo le falta —cuestión de tiempo— condecorar a Le Pen y sabotear hasta dónde pueda la línea centrista de Génova 13.

La pinza a Feijóo es tan evidente que Pedro Sánchez se relame del ninguneo al timonel gallego. La idea de escoger a Ayuso como rival, como monstruo político, como enemigo total, socava la autoridad del líder del PP y la convierte en la principal interlocutora de los duelos mediáticos.

Foto: Isabel Díaz Ayuso, durante uno de sus viajes a Estados Unidos. (EFE/Antonio Belchi)
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El problema de semejante estrategia consiste en que el debilitamiento de Feijóo beneficia la envergadura política de Ayuso. Nadie mejor que ella capitaliza y rentabiliza la corriente del antisanchismo, atrayéndose el voto de Vox y aumentando su capital electoral. Madrid se ha convertido en la gran fortaleza de PP. Lo demuestran las mayorías absolutas en el Ayuntamiento y en la Comunidad, como lo prueba la brecha de votos que ha ensanchado las europeas: 300.000 sufragios distancian a los populares de los socialistas.

El propio Sánchez ha renunciado política y conceptualmente al territorio que delimita el reino de Ayuso. Por eso dijo que la máquina del fango está calibrada en la Comunidad de Madrid, e identificó él mismo a Ayuso con la totalidad del territorio y el electorado, como si fuera un fenómeno indivisible y subestimara la oposición del Partido Socialista capitalino.

Tiene sentido que Ayuso se observe a sí misma como la solución providencial y populista de la derecha, pero estremece la frivolidad con que la presidenta madrileña pervierte la campaña contra Sánchez y se entromete en la política exterior a expensas de sus obligaciones institucionales.

El problema de semejante estrategia consiste en que el debilitamiento de Feijóo beneficia la envergadura política de Ayuso

No es admisible hacerle los coros a un presidente extremista que ataca e insulta al jefe de Gobierno español, ni resulta aceptable improvisar una condecoración cuya verdadera explicación radica en el castigo y escarmiento a Sánchez. Ayuso suscribe el ataque verbal de Milei. Le considera un "cobarde", un "corrupto" y una réplica de Maduro.

Avergüenza conocer que la medalla se anunció en Buenos Aires antes de comunicarse en Madrid. Y se prueba que el fango donde se agreden Sánchez y Ayuso no conoce ni reglas ni límites, pero la jerarquía de las afrentas sobreentiende que es mucho más grave la injerencia de un fiscal general en la vida de un ciudadano que la condecoración oportunista a un mamarracho. Milei se marcha de España con un galardón de baratillo. Se lo ha puesto Ayuso humillando a Feijóo, entre otras razones, porque el cambio de guardia en la Moncloa que defiende el presidente argentino es… Abascal.

El fango no es una mera abstracción de la propaganda sanchista, también define el hábitat nauseabundo en que chapotean el líder socialista e Isabel Díaz Ayuso, conscientes ambos del beneficio político que implica el antagonismo y desprovistos del menor sentido de la responsabilidad.

Isabel Díaz Ayuso Pedro Sánchez Alberto Núñez Feijóo
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